Testigo directo

Los primeros fallos en el sistema de deportación exprés de Meloni en Albania

La primera ministra italiana ha puesto en marcha su proyecto de externalización migratoria, pero cuatro de los primeros 16 internos desplazados desde Italia hasta la reconvertida base de la Aeronáutica albanesa han tenido que regresar en pleno estreno

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Activistas sostienen una pancarta que representa a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y al primer ministro albanés, Edi Rama, mientras el primer grupo de migrantes interceptados en aguas italianas llega a Shengjin, Albania, este miércoles EFE/EPA/MALTON DIBRA

Con la llegada de los primeros 16 inmigrantes, todo hombres en edad adulta originarios de Bangladesh y Egipto, se concreta el acuerdo con el primer ministro Edi Rama que costará más de 670 millones de euros a Italia en los próximos cinco años.

Dos días de viaje para los 16 inmigrantes rescatados en aguas internacionales por Italia y trasladados en ‘Libra’, una nave de la marina militar, fuera del territorio comunitario, a Albania donde el Gobierno de Giorgia Meloni pretende poner en marcha un sistema de deportación en tiempo récord.

18.000 euros por migrante

En la mañana del miércoles, a las 8 de la mañana, el buque italiano atracaba en el puerto de Shengjin tras un viaje de poco más de 48 horas que, según estima el diario italiano ‘La Repubblica‘ y han confirmado fuentes expertas en la materia, podría haber costado entre 250.000 y 290.000 euros al Gobierno italiano, unos 18.000 euros por inmigrante.

 

El ambicioso plan de Meloni

La primera parada para este pequeño grupo, que ha servido a Giorgia Meloni para poner en práctica ante el mundo su ambicioso plan, es dentro del propio puerto de la localidad costera y turística de Schengjin, en la frontera norte del país. Ahí se ha construido durante los últimos meses un centro de identificación con capacidad para 200 personas que servirá para realizar los primeros controles médicos y que será el paso previo para los inmigrantes. Luego, como ocurrió por primera vez en la tarde del miércoles, fueron trasladados a 20km, en una zona rural del interior de Albania, a un gran centro de jurisdicción italiana donde se procesará su solicitud de asilo.

Allí, según ha sido organizado el centro, una ex base de la Aeronáutica albanesa de más de 70.000 metros cuadrados, se encuentra un centro de acogida con 880 plazas, aún sin terminar por completo, para aquellas personas a las que se les conceda el derecho de asilo y que permanecerán allí cuatro semanas hasta que puedan ser enviadas a Italia. Para las personas a las que venga denegada la solicitud de asilo, se ha construido un centro de repatriación con 144 plazas y para quien cometa delitos dentro de la estructura, una pequeña cárcel para, como máximo, 20 personas.

Sin embargo, cuatro de los solicitantes de asilo deberán regresar a Italia. Entre los migrantes bangladesíes trasladados había dos menores de edad, de 16 años. También había dos adultos en situación de extrema vulnerabilidad. Todos tendrán que volver al país transalpino en el 'Libra'.

Un lugar de paso

El objetivo es que en 28 días se dirima el futuro de cada inmigrante y que este centro sirva para lugar de paso, de ida a Italia o de vuelta a sus países, durante poco tiempo. Le tocará hacerlo a un Tribunal de Roma, la capital italiana, que se encargará de estos casos de manera telemática. Pero durante los últimos años las cifras de repatriaciones de los gobiernos italianos han sido particularmente bajas, se habla en la prensa de solo un 20% con resultado exitoso, debido a la falta de acuerdos con los países de origen, lo cual convierte los objetivos del Ejecutivo Meloni en un enorme reto burocrático que además podría chocar también con el derecho internacional.

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La primera ministra italiana, Giorgia Meloni

Hace solo unos días, el 4 de octubre, el Tribunal de Justicia de la UE estableció en una sentencia la limitación de los países considerados seguros. Un concepto, este, fundamental para entender las ambiciones del Gobierno de extrema derecha italiano que, piensa rechazar las solicitudes de asilo de los migrantes provenientes de naciones consideradas seguras, pero que en realidad están en el punto de mira de las asociaciones que velan por los derechos humanos como Egipto, Túnez o Libia. Lo que establecía el TJUE era una limitación de estos países lo que, de cara a las peticiones de asilo de los inmigrantes, les ofrece mayores respaldos pero que choca directamente con la idea de Palazzo Chigi. Quedará a cada tribunal encargado del caso, en cualquier zona de Italia, atenerse o no a esta sentencia.

Solo hombres

Con respecto al principio que establece este protocolo, solo los hombres en edad adulta provenientes de los considerados “países seguros”, cuya resolución de la solicitud de asilo será seguramente denegada y se procederá a una deportación, pueden ser enviados a Albania. Además, deben ser rescatados por la Guardia Costera italiana y no haber llegado, por ejemplo a Lampedusa, con sus propios medios en su barca.

Además, se descarta explícitamente enviar a mujeres, personas vulnerables y menores, y no será posible separar familias. El filtro se realizará en alta mar y allí, en una nave hub en medio del Mediterráneo, el Gobierno italiano deberá realizar este filtro para que ningún migrante con destino Albania pise territorio italiano antes de llegar a este puerto de Shengjin.