Volodímir Zelensky, presidente de Ucrania, ha diseñado un ‘Plan de la Victoria’ con el objetivo de asegurar el respaldo de Occidente en la guerra contra Rusia. Este plan, presentado durante su visita a Estados Unidos en medio de la Asamblea General de la ONU, tiene como foco obtener el compromiso de seguridad de parte de Joe Biden antes de las elecciones estadounidenses de 2024, en las que Donald Trump, quien ha mostrado simpatía hacia Vladimir Putin, podría retomar el poder.
La preocupación de Zelensky radica en el hecho de que una victoria republicana podría derivar en una drástica reducción del apoyo militar y económico hacia Ucrania, debilitando sus opciones en la guerra. Este temor se basa en las declaraciones de Trump, que ha asegurado que pondría fin al conflicto en “dos días”. Lo que se interpreta desde Ucrania como una posible negociación favorable para Putin.
Los cuatro puntos clave del ‘Plan de la Victoria’ de Zelensky
El plan de Zelensky consta de cuatro puntos principales. El más importante de ellos es la garantía de seguridad para Ucrania. Esta garantía, según se ha planteado, sería similar a los compromisos que los países miembros de la OTAN mantienen entre ellos. No obstante, en este caso tendría lugar sin que Ucrania forme parte de la Alianza de manera oficial. Para Kiev, es esencial que el acuerdo se concrete antes de las elecciones estadounidenses. El presidente ucranio quiere asegurar un respaldo estable sin importar el resultado electoral en Estados Unidos.
Los otros tres puntos del plan incluyen:
- El apoyo militar a una operación en Kursk para debilitar las fuerzas rusas en múltiples frentes
- La entrega de nuevas armas avanzadas de tecnología occidental
- Un acuerdo económico que permita la reconstrucción postguerra de Ucrania para disipar el temor a una nueva intervención rusa en el futuro
El ‘Plan de la Victoria’ de Zelensky llega en un momento crucial para el ejército ucraniano. Durante los últimos meses, las fuerzas rusas han mostrado un resurgimiento en los territorios del Donbás, poniendo en jaque los avances conseguidos por Ucrania en el último año. En este contexto, la contraofensiva ucraniana en Kursk pretende forzar a Rusia a dividir sus tropas y, con suerte, debilitar su capacidad para controlar múltiples territorios a la vez. Sin embargo, los resultados de dicha operación aún no se han comunicado de manera oficial.
La situación en el sur del país, sobre todo en las ciudades de Selidove y Pokrovsk, es crítica. Las tropas ucranianas están en un punto en el que la defensa simultánea de varias áreas se vuelve insostenible, y eso podría favorecer una retirada estratégica, a pesar de que la resistencia sigue siendo la opción preferida por los mandos militares de Kiev.
La postura de Rusia y la falta de interés en la negociación
Mientras Zelensky busca apoyo internacional, Rusia ha mostrado poco interés en las negociaciones. La estrategia de Putin es clara: afianzar el control sobre los territorios ocupados —en particular, Crimea, Lugansk y Donetsk— sin grandes concesiones. Es más, cualquier propuesta de paz que no incluya la aceptación de esta nueva realidad territorial ha sido descartada por Moscú.
A pesar de esto, Zelensky ha promovido la idea de una nueva conferencia internacional de paz, programada para noviembre de este año, a la que Rusia ha sido invitada. Sin embargo, las señales de que el Kremlin participará en este evento son mínimas. Putin prefiere seguir fortaleciendo sus posiciones sobre el terreno antes de sentarse a negociar con Kiev.