Por fin, nueve días después de la caída del régimen autocrático, el mandatario sirio derrocado el domingo 8 por los rebeldes sirios ha roto su silencio. Desde que el grupo islamista HTS tomara Damasco, la capital de Siria, todo lo que se sabía de él era a través de medios oficialistas rusos, que aseguraban, que el mismo domingo llegó a Moscú, donde se le concedería asilo “por razones humanitarias”.
Este lunes, ha publicado un comunicado en su perfil de Facebook en el que Bachar al Asad asegura que “durante los últimos acontecimientos no me planteé ni una sola vez la posibilidad de renunciar o solicitar asilo en otro país, ni recibí ninguna propuesta al respecto”. Asad reconoce que se enteró de la caída de Damasco en Jmeimim, la base militar rusa donde se refugió el 8 de diciembre, tras el avance de los insurgentes.
Asad admite que un presidente “no puede ser una persona que renuncia al pueblo al que pertenece o que lo traiciona a él y a su Ejército”.
“No abandoné el país según un plan”
Asad justifica su salida. Según él, “no abandoné el país según un plan, ni lo dejé en las últimas horas de los combates, como se rumoreaba, sino que permanecí en Damasco hasta el domingo por la mañana, cumpliendo con mis obligaciones. Ante la propagación del terrorismo dentro de Damasco, me dirigí a Latakia en coordinación con mis amigos rusos para proseguir desde allí las operaciones de combate. Al llegar a la base de Jmeimim por la mañana, quedó claro que las tropas se habían retirado de todas las líneas y que las últimas posiciones del Ejército habían caído”, declaró el sátrapa.
Según Asad, “su intención era seguir luchando”. Pero “a medida que la situación sobre el terreno en la zona seguía deteriorándose, la base militar rusa de Jmeimim, a la que había llegado esa mañana, fue objeto de intensos ataques de drones”, detalla el dictador caído.
“Sin medios viables para abandonar la base, Moscú pidió al mando de la base que organizara una evacuación inmediata a Rusia en la tarde del domingo 8 de diciembre, recuerda Asad, que insiste en que “por lo tanto, no abandoné Siria como parte de un plan, como se ha informado.
Para el autócrata, “Siria está ahora en manos de los terroristas”.
Asad asevera que en un “momento tan crítico de la historia de la nación, en el que la verdad debe prevalecer, es esencial abordar estas distorsiones. Lamentablemente, las circunstancias imperantes en ese momento, incluido un bloqueo total de las comunicaciones por razones de seguridad, retrasaron la publicación de esta declaración”.
Además, Asad promete que, cuando la oportunidad lo permita, habrá un “relato detallado de los acontecimientos que se desarrollaron”.
En cuanto a todas las imágenes de su palacio y lujoso estilo de vida, con un centenar de coches de alta gama, entre otras excentricidades, Asad intenta defenderse en el comunicado. “Nunca he buscado posiciones para obtener beneficios personales, sino que siempre me he considerado el custodio de un proyecto nacional, apoyado en la fe del pueblo sirio, que creyó en su visión. He mantenido una convicción inquebrantable en su voluntad y capacidad de proteger el Estado, defender sus instituciones y defender sus decisiones hasta el último momento”.
E insiste, “cuando el Estado cae en manos del terrorismo y se pierde la capacidad de hacer una contribución significativa, cualquier puesto queda sin propósito”.