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Alemania: ¿qué dirán los primeros que tienen voz?

Alemania
Un cartel electoral de Olaf Scholz mancillado en Alemania Efe

Este domingo los alemanes cogerán en realidad tres papeletas y no dos como vienen haciendo los últimos años. La tercera será la supervivencia de un modelo colectivo de democracia en el que, con suerte, muchos hemos nacido, crecido y madurado. Una idea de pertenencia, con todas las salvedades que se quieran hacer, que ahora todo va de centrarse en la diferencia para invalidar, a una comunidad de valores occidentales centrados en el respeto a la ley y el respeto a las personas, que se dio en llamar, los derechos humanos. Ni siquiera así, reducido a la mínima expresión, casi al absurdo, tampoco subsiste. A fuerza de tirar a izquierda y derecha, se rompió la cuerda por el centro… y son los moderados, los que no quieren ni tanto woke ni tanto cock (discúlpenme), los huérfanos. O papá o mamá, se acabó la familia.

Con las otras dos papeletas, los alemanes elegirán a un partido en una y en la otra al candidato de su circunscripción que, si es el más votado, puede ganar directamente su escaño en el Bundestag. Esto es particularmente importante en estas elecciones, porque la CDU de Friedrich Merz que encabeza las encuestas, necesita el menor número de partidos pequeños posibles dentro del Congreso alemán. Vamos a explicarlo bien. Tal y como están las encuestas, el partido de centro derecha CDU junto con sus hermanos bávaros de la CSU, alcanzan un 30% de los votos. Detrás está la radical AfD con un 20%, los socialdemócratas del actual canciller Olaf Scholz están de terceros con un 16% y los Verdes tienen un 14% de intención de voto. Todo sería más o menos razonable con estos cuatro partidos dentro del Busdentag pero, en la parte de debajo de la tabla concurre la extrema izquierda prorrusa, Die Linke, con un 7%, una alianza de extremas izquierdas llamada BSW que tiene aproximadamente el 5% y el liberal FDP, que entró en el Gobierno en 2021 y no llega al 4%.

El umbral del 5% en Alemania

Para poder sobrevivir, estos tres partidos necesitan llegar al 5% que les permite entrar en el Bundestag. Sin embargo, sería tremendamente útil para la futura coalición de gobierno que no ocurriese ya que esos votos se repartirían de forma proporcional entre los cuatro grandes lo que daría una mayor estabilidad a la futura coalición de gobierno. Justamente en España esto, no nos lo tienen que explicar. Alemania no quiere Frankenstein.

Alemania

El canciller alemán, Olaf Scholz, y el líder conservador, Friedrich Merz, durante el debate del miércoles

Que tienen que gobernar en coalición es un hecho. Que la CDU va a ganar parece que también. Quiere hacer su coalición o bien con los socialdemócratas del SPD, bien con los Verdes. No quiere necesitar a ambos para poder hacerla. Y está decidido que no van a permitir que entre la AfD en ninguna coalición de gobierno posible, a pesar de que el voto oculto que puede haber haga que la diferencia entre ellos sea aún menor.

En busca de un gobierno monocolor

Tal y como está el panorama internacional, con EE UU amenazando y Rusia empoderada por el bullier, lo que más convendría a alemanes y europeos sería un gobierno fuerte monocolor con capacidad para tomar decisiones de forma rápida y sin tener que buscar acuerdos que, tantas veces, se convierten en chantajes. Esto no puede ser. Por eso, la segunda mejor opción es necesitar sólo a uno de los dos partidos que no son necesariamente cercanos en lo ideológico (socialdemócratas y verdes), pero, curiosamente sí frente al desafío de valores en que nos encontramos. Es probable que Merz prefiera el SPD que a los Verdes, si miramos a la contracción de la agenda green por clean que está enmendando Bruselas. Todo esto en el caso en que pueda elegir entre ellos y no necesite a ambos. Si es así es porque alguno de los cuatro más abajo, habrían entrado en la cámara y complicado el resultado.

Inmigración

Inmigrantes musulmanas en Alemania

Dicho esto, en estos últimos días de campaña, con el tema de la inmigración como pivote central de estas elecciones -que recordemos que son anticipadas después de que Scholz perdiese la confianza del Bundestag y quedarse sin mayoría para gobernar- el efecto del último ataque terrorista cometido en Múnich y el apoyo explícito de Elon Musk a la AfD (y el implícito de Vance en Múnich al verdadero problema europeo); queda por ver si los números finales se parecen a lo anunciado en las encuestas.

Unas elecciones cruciales

Es manido aquello de que todas las elecciones son importantes, pero estas son decisivas y por tanto, no lo diré. Tan solo un apunte, son las primeras elecciones después de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. No una llegada cualquiera. Son unas elecciones que se celebran, además, en el país causa y origen de este proyecto de paz y seguridad llamado Unión Europea. Y unas elecciones en las que tienen voz, a través del voto, ciudadanos europeos que conocen bien a Rusia y a Vladimir Putin.

Es decir, el domingo se celebran unos comicios que podrán ser también causa y origen de un nuevo equilibrio en Europa y en el mundo. Atentos.