Por fin, a menos de tres meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el Partido Demócrata pudo dar oficialmente el pistoletazo de salida a su campaña electoral.
Detrás queda una profunda división y el temor a que su primera opción, el presidente Joe Biden, de 81 años, no lograra vencer a su rival, el republicano Donald Trump. Tras el paso atrás de Biden debido a la presión demócrata, el partido ha tenido que elegir y montar una campaña en un tiempo récord.
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, durante un mitin en Atlanta
Kamala Harris
El plan menos doloroso y la opción más económica era la compañera en la papeleta de Biden, su vicepresidenta Kamala Harris. El primero en respaldarla fue el propio presidente, el mismo día que decidió no presentarse como candidato. Después, llegó la oleada de apoyos de pesos pesados en las filas demócratas. Harris heredó el equipo de campaña de Biden en Delaware y desde el primer momento emocionó a los simpatizantes del partido que sentían desafección por alguien tan anciano como Biden. Lo cierto es que la repercusión, por el momento, -y aún teniendo todo en contra- es de récord. Harris no sólo ha repuntado en las encuestas, sino que ha logrado donaciones millonarias históricas. En menos de dos semanas, más de 310 millones de dólares.
Apoyo de los delegados y vicepresidente
Tras lograr el apoyo de los delegados del Comité Nacional Demócrata, Harris eligió a su ‘número dos’, una de las decisiones más complicadas y fundamentales para candidata. Así, este martes, Harris anunció que su compañero de ‘ticket’ es Tim Walz, el gobernador de Minnesota.
“Kamala Harris necesitaba elegir a un vicepresidente que fuera tranquilizadoramente convencional y agradable, pero que reforzara sus credenciales progresistas”, explica a Artículo14 Alison Brysk, profesora distinguida de Estudios Globales y Ciencias Políticas en la Universidad de California. “Walz es una gran elección porque es un hombre blanco de mediana edad del Medio Oeste con un historial de acercamiento a los votantes rurales, de clase trabajadora e independientes”, añade Brysk.
La profesora destaca que Walz “ha sido un gobernador popular y competente, por lo que tiene experiencia para dirigir cuando es necesario, pero también ha articulado un fuerte mensaje liberal que resuena en los electorados históricos del Partido Demócrata“.
La candidata a la presidencia, Kamala Harris, y Tim Walz en su primer mitin de campaña en Filadelfia
Lo cierto es que Walz no “procede de un estado indeciso que pueda dar puntos en el colegio electoral como otros candidatos”, pero sí “puede ayudar a movilizar a los votantes del Medio Oeste y a los votantes de clase trabajadora y a los jóvenes”.
En opinión de Brysk, era “importante que una mujer líder tenga un suplente masculino que parezca capaz pero que no le haga sombra“. Así, destaca la profesora estadounidense, “Walz, por ejemplo, se consideraba la opción segura frente a Shapiro, con posiciones controvertidas sobre Israel”.
Gira por los estados clave
Junto a Walz, Harris ha comenzado una gira por los distintos estados del país, con mítines el martes en Pensilvania, el miércoles en Wisconsin y Michigan, el jueves en Carolina del Norte, el viernes en Arizona y este sábado en Nevada.
Tim Waltz y Kamala Harris durante su primer mitin en Filadelfia
“La campaña de Harris ha sido algo precipitada en general, pero hasta ahora el Partido Demócrata parece estar aprendiendo de los problemas de Hilary en 2016 y de la mala campaña de Harris en las primarias de 2020, y basándose en los equipos y la experiencia de las campañas de Biden y Obama”, explica Brysk.
Convención Nacional Demócrata
El siguiente paso para Harris es la Convención Nacional Demócrata, que arrancará el 19 de agosto en Chicago, donde, en unas elecciones más convencionales, se hubiera votado a Harris y presentado oficialmente al candidato a vicepresidente. Sin embargo, por la necesidad de mostrar unidad, el apremio y la posibilidad de que los republicanos litigaran, ya este martes, el Comité Nacional Demócrata anunció que era la candidata con el 99% de los votos de los delegados.
Harris, tras un fin de semana realizando entrevistas personales con los candidatos, finalmente anuncio el martes, en un mitin en Pensilvania junto a él, que su escogido era Walz.
“Para la selección de un vicepresidente, no es tan importante que los estadounidenses se comprometan profundamente con el candidato: solo es importante que genere un alcance positivo y que no cometa errores ni tenga escándalos”, reconoce Brysk.
Últimos sondeos de principios de agosto: Kamala Harris frente a Donald Trump
Esta es precisamente la razón por la que Harris-Walz está ahora mucho mejor posicionado que Trump-Vance, porque Walz equilibra el atractivo moderado de Harris, mientras que Vance refuerza los aspectos más controvertidos y problemáticos de la retórica reaccionaria, patriarcal y racista de Trump. No hay garantías, pero en general se trata de un avance muy positivo para el futuro de la democracia en Estados Unidos.
Debates
Tras la cita en Chicago vendrán los debates entre rivales. No sólo Harris se enfrentará a Trump, también Walz debatirá con el candidato a vicepresidente republicano, JD Vance. Trump y la campaña acordaron dos debates, el primero en junio (el fatídico para el presidente que lo cambió todo) en la CNN, y un segundo el 10 de septiembre en ABC. Sin embargo, el equipo de Trump canceló el del 10 de septiembre. El expresidente quiere que sea en la Fox el 4 de septiembre.
En cuanto a los vicepresidentes, la cita inicial iba a celebrarse el 25 de septiembre, pero se canceló. Walz retó el martes a Vance a debatir, tras llamarle “raro”.
“Esta es precisamente la razón por la que Harris-Walz está ahora mucho mejor posicionado que Trump-Vance, porque Walz equilibra el atractivo moderado de Harris, mientras que Vance refuerza los aspectos más controvertidos y problemáticos de la retórica reaccionaria, patriarcal y racista de Trump. No hay garantías, pero en general se trata de un avance muy positivo para el futuro de la democracia en Estados Unidos”, concluye la profesora Brysk.
Ahora sí, arranca la campaña presidencial en Estados Unidos.