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Uñas de gel, ¿sí o no? Los expertos opinan

Nos recomiendan ser cautelosas con el uso de uñas de gel y sugieren que se tomen medidas preventivas. Esto es todo lo que tienes que saber si recurres a esta técnica en exceso

Marlene Dietrich en Angel (1937)
Marlene Dietrich en Angel (1937)

La manicura y pedicura, tal como las conocemos hoy, comenzaron a practicarse en el siglo XIX. Fue en concreto en 1830, cuando el médico francés Sitts inventó un palo de naranjo para empujar las cutículas, marcando así el inicio de lo que hoy conocemos como la manicura moderna. Desde entonces, su práctica ha evolucionado con diferentes tratamientos y técnicas, incluyendo el uso de esmaltes de uñas, uñas postizas y, en los últimos años, las uñas de gel y acrílicas.

La popularidad de las uñas de gel como la manicura duradera por excelencia cada vez es mayor; un tratamiento que no solo ofrece un acabado impecable, sino que también proporciona una mayor resistencia al desgaste causado por cualquier tipo de actividad, especialmente cuando llega el verano. La facilidad de mantener una manicura perfecta durante varias semanas sin necesidad de retoques frecuentes ha provocado que muchas mujeres opten por esta opción, asegurando que sus uñas luzcan siempre impecables durante los meses de julio y agosto. Sin embargo, el uso excesivo de este tipo de manicura empieza a generar preocupación entre los profesionales y expertos en la materia, especialmente los médicos de atención primaria.

Uñas de gel

Créditos: Pexels

La Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) ha alertado sobre los riesgos potenciales asociados con las uñas de gel, que van desde daños en la estructura de la uña hasta problemas de salud más serios. A menudo, algunas de estas patologías están infradiagnosticadas porque los pacientes no buscan atención médica a menos que las alteraciones sean muy notables, dolorosas o visible

Una de las principales ventajas de las uñas de gel es su durabilidad. Si las comparamos con el esmalte tradicional, las uñas de gel pueden durar hasta tres semanas sin astillarse, siendo la opción ideal para cualquier escenario, especialmente si llevamos una vida ajetreada o nos vamos de vacaciones.

También ofrecen un acabado brillante y un aspecto natural que aumenta las probabilidades de elegir esta opción. Además, este tipo de uñas de gel permiten una amplia variedad de diseños y colores, desde acabados más sobrios hasta decoraciones súper elaboradas con estampados que se han puesto súper de moda.

Los riesgos de recurrir a las uñas de gel

Sin embargo, los expertos mencionados aseguran que el uso de este tipo de tratamiento puede llevar al debilitamiento de la uña natural debido a los procesos de pulido y retirada de gel, que pueden provocar fracturas y lesiones en la uña.

Otra preocupación es la posibilidad de desarrollar dermatitis alérgica de contacto. Los productos químicos presentes en los esmaltes de gel, especialmente los acrilatos, pueden causar reacciones alérgicas en la piel alrededor de las uñas; unas reacciones que pueden manifestarse como enrojecimiento, picazón y erupciones.

Además, el gel expuesto con lámparas UV o LED también plantea riesgos. La exposición repetida a la radiación ultravioleta, aunque sea por períodos cortos, puede acumularse y aumentar el riesgo de daño a la piel, e incluso cáncer de piel.

La CAMFiC sugiere que, si decides utilizar uñas de gel, tomes ciertas precauciones para minimizar los riesgos; como asegurarte de que la aplicación sea realizada por profesionales capacitados, limitar la frecuencia de las manicuras con gel y optar por períodos de descanso entre aplicaciones para permitir que las uñas naturales se recuperen.

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