Stella McCartney ha decidido retomar las riendas de su firma homónima, adquiriendo la participación minoritaria que hasta ahora poseía el conglomerado de lujo LVMH. La decisión marca un hito en su trayectoria, reafirmando su compromiso con la independencia creativa y empresarial.
Desde sus inicios, McCartney ha desafiado las convenciones de la industria. En 1997, sorprendió al ser nombrada directora creativa de Chloé, una de las casas más emblemáticas de París. En ese momento, la crítica fue feroz: Karl Lagerfeld, su predecesor en la marca, desestimó su talento con un comentario que quedó grabado en la memoria colectiva del sector: “Las casas de moda deberían contratar a grandes nombres de la moda, no a grandes nombres de la música”. A pesar de todo, revitalizó la marca con diseños frescos y juveniles que capturaron la atención de las nuevas generaciones.
En 2001, lanzó su propia marca en colaboración con el Grupo Gucci -ahora Kering-, estableciendo desde el principio una política firme de sostenibilidad al eliminar pieles y cueros de sus colecciones. Esta postura, poco común en el lujo de la época, la consolidó como una visionaria que anticipaba las demandas éticas de los consumidores.
Tras 17 años de colaboración con Kering, en 2019, McCartney adquirió la totalidad de su marca, sorprendiendo al poco tiempo al asociarse con LVMH, rival directo de su antiguo socio.
Ahora, al recomprar la participación de LVMH, la diseñadora británica opta por una vez más navegar en solitario en el competitivo mundo de la moda. A pesar de esta separación, la hija del Beatle continuará colaborando con LVMH en su rol de Embajadora Global de Sostenibilidad, asesorando al CEO Bernard Arnault y al equipo ejecutivo en iniciativas sostenibles, un área en la que su experiencia es ampliamente reconocida.
Así, la británica, está a punto de recuperar la propiedad total de su casa de moda homónima al recomprar la participación minoritaria que estaba en manos de LVMH, aproximadamente cinco años después de que el conglomerado de lujo la adquiriera. Tanto McCartney como LVMH han confirmado este cambio en un comunicado conjunto esta semana.
Este anuncio llega en un momento complicado para el sector del lujo. Mientras que las grandes marcas con una clientela acomodada y consolidada se mantienen relativamente resilientes, las marcas más pequeñas han tenido dificultades frente a la desaceleración económica global. La decisión de McCartney de recuperar la independencia de su marca podría ser una estrategia para sortear estos desafíos mientras permanece fiel a su compromiso con la sostenibilidad.