Blake Lively se ve inmersa en un polémico huracán a causa de la supuesta enemistad que tiene con el co protagonista de su última película, ‘Romper el círculo’, Justin Baldoni, que es además el director de la cinta. Pero que no cunda el pánico ni la fiebre amarillista: no hemos venido a hablar de ESE conflicto, sino de otro bastante más ligero y apetecible, dos adjetivos que creemos son los que mejor le sientan al verano… ¿O no? La actriz siempre ha sido alabada por su estilo. Se dio a conocer al dar vida a Serena Van Der Woodsen, una adinerada joven neoyorquina que se transformó en la it girl del momento gracias a la serie ‘Gossip Girl’.
en una era en la que de hecho, el término it girl sí tenía sentido. Porque al entrar en juego las redes sociales, las celebridades comenzaron a orquestar sus looks de la mano de un equipo de estilistas que se aseguraba de que desde el vestido elegido para un estreno hasta el outfit con el que comprar un smoothie (por cierto, ¿en Hollywood compran pan?) fuera digno de editorial de moda. El estilo dejó de ser fruto de un trabajo de acierto y error para ser una fórmula estilística conseguida a base de grandes marcas, contactos y buenos nombres, y precisamente el encanto de Blake Lively es que siempre ha prescindido de la ayuda de los estilistas.
De hecho, hasta la fecha, esta osadía fashionista había jugado a su favor hasta el punto de que el mismísimo Karl Lagerfeld adoraba su estilo e hizo de la actriz imagen de Chanel. Sin embargo, vivimos en una era en la que pisar la alfombra roja sin la asesoría de un profesional de la moda es casi delito, y en la gira promocional de ‘Romper el círculo’, Blake Lively se ha encontrado con la furia de internet a causa de sus looks tanto en la película, como en el tour de promoción. El armario del personaje al que la actriz da vida en la novela ha sido ideado por Eric Daman, que era además el responsable de vestuario de ‘Gossip Girl’, donde Blake Lively se convirtió en un icono de estilo. “Es emocionante que los looks hayan generado tantos comentarios, bien sean positivos o negativos. A las redes sociales les gusta criticar basándose en absolutamente NADA. Por eso, creo que cuando la gente realmente vea el contexto de la ropa y cómo se combina en las escenas, así como la forma en la que Blake lo lleva todo al dar vida a Lily, se emocionará. He de decir que hasta ahora, la reacción de algunas de las personas con las que he hablado y que han visto la película ha sido muy positiva y emocionante”, ha asegurado Daman a ‘Hollywood Reporter’. Blake Lively es una de las actrices que se ha sumado al denominado ‘method dressing’, que consiste en apostar por looks a lo largo de la gira promocional de una película que estén inspirados en la misma. Las expertas en la materia son, indudablemente, Zendaya (cuyo estilista es Law Roach) y Margot Robbie, que trabaja su estilo de la mano de Andrew Mukamal. Para hacer un guiño al personaje al que da vida en su nuevo largometraje, Blake ha decidido que todos sus outfits sean florales, pues su personaje es florista, pero muchos creen que sus elecciones, más allá de los motivos flower power, carecen de cohesión y consistencia.
Al fin y al cabo, los guiños a las películas no pueden ser siempre tan evidentes y han de contar con cierta coherencia narrativa y estilística, pero cuando eres tú la encargada de hacer el trabajo de un profesional, las cosas no son tan fáciles…“Es mucho trabajo; quiero decir, no es tan difícil, porque todos nos vestimos solos todas las mañanas. Por eso, en el momento en el que tienes la ropa, simplemente eliges qué ponerte, como lo hace cualquier otro ser humano. Pero al tener un estilista es más fácil, porque tienes acceso a ropa directamente”, explicaba la actriz a ‘WWD’. “La parte difícil es ver todos los desfiles de moda, tomar capturas de pantalla de todos los looks que te gustan y llamar a cada marca. Tengo un asistente que ayuda a llamar para conseguir los looks. Sin duda, el hecho de que pueda trabajar así es que tengo relaciones con los diseñadores”, aseguraba.
Porque por supuesto, el hecho de que en esta promoción haya contado con marcas como Valentino, Oscar de la Renta y Versace es una prueba más de que hay que ser Blake Lively para poder tener acceso a determinados looks sin que haya un estilista de por medio. Además, ha apostado también por otras firmas menos conocidas, por lo que la actriz no se limita a echar un vistazo a las colecciones de los grandes, con los que como ha afirmado, tiene una maravillosa relación, sino que también se esfuerza por ir más allá y ayudar a las firmas emergentes. Probablemente no tengo estilista porque tengo problemas de control y un gran ego; esa es probablemente la respuesta honesta. Pero en realidad, simplemente me gusta poder elegir mis looks. Amo el diseño, amo la moda y es una forma de ser creativa”, aseguraba a ‘WWD’. Y en realidad, no sabemos bien, como tantas veces ocurre con ella, si lo dice de broma o no. Eso es lo que está desquiciando de hecho a muchos ahora al echar la vista atrás para revisitar algunas entrevistas del pasado o al examinar las entrevistas actuales: la actriz lanza algunos dardos que en ocasiones, no son fáciles de interpretar.
Pero lo interesante y lo curioso de que muchos critiquen su estilo es que un armario ajeno a las tendencias es aplaudido únicamente cuando es un hombre el que lo luce. “Un estilo agresivamente malo puede indicar otras virtudes: es bien sabido que los genios de la tecnología en Silicon Valley se visten informalmente, proyectando la imagen de un disruptor (pensemos en Mark Zuckerberg con una sudadera con capucha) o aparecen en público desaliñados, sugiriendo que nos hallamos ante un genio que ha pasado la noche en vela, como pasa con Sam Bankman o con el pelo indómito de Fried”, escribe en ‘Business of Fashion’ Joan Kennedy, que aclara que las “dudosamente acertadas” elecciones a lo largo del tour de prensa de Lively son sin embargo consideradas por muchas personas como divertidas.
Blake nunca ha querido vender la imagen de la diva que posturea, sino la de una mujer normal… Pese a ser multi millonaria, famosa y bellísima, claro. Y por eso, tiene todo el sentido del mundo que su armario también intente ser normal… Pese a estar repleto de firmas famosas, bellísimas y carísimas, claro. Porque Blake Lively puede jugar a ser la vecinita de al lado, pero nunca va a serlo, a no ser que vivas en Bedford, New York.