Sofia Loren, la eterna diva del cine italiano, celebra este año su 90 cumpleaños con la misma elegancia y presencia que la ha acompañado a lo largo de una de las carreras más brillantes del séptimo arte. Ha sido referente de belleza, talento, y símbolo de la mujer italiana, una que desafía las barreras del tiempo y continúa siendo musa de la moda y el cine, incluso en la actualidad. Desde sus primeros pasos como una “maggiorata” en las películas de los años 50 hasta su colaboración con Dolce & Gabbana, Sofia Loren es un icono eterno.
Nacida el 20 de septiembre de 1934 en Roma como Sofia Villani Scicolone, la actriz creció en un entorno humilde en el pequeño pueblo de Pozzuoli. Su belleza fue evidente desde el principio, ganando varios concursos de belleza que marcarían el inicio de su carrera. En la década de 1950 formó parte de una generación de actrices conocidas como “maggioratas”, mujeres voluptuosas con una exuberancia física que rompía con los cánones de belleza frágil de la época. Junto a figuras como Gina Lollobrigida y Silvana Mangano, representaban una nueva feminidad: mediterráneas, fuertes y seguras de sí mismas.
Su debut en el cine italiano con pequeños papeles fue el preludio de lo que sería una carrera internacional. Sin embargo, fue su colaboración con el legendario director Vittorio De Sica en películas como La Ciociara (1960) la que consolidó su estatus como actriz de peso, llevándola a ganar el Oscar a Mejor Actriz y convirtiéndose en la primera intérprete en recibirlo por una actuación en lengua no inglesa.
Con el paso de los años, Sophia Loren se hizo un nombre en Hollywood, donde compartió pantalla con algunos de los actores más importantes de la época como Cary Grant, Frank Sinatra y Gregory Peck. Filmes como El Cid (1961) y Arabesque (1966) la convirtieron en una de las estrellas más rentables y adoradas del cine internacional. No obstante, a pesar de su éxito en Estados Unidos, nunca se desvinculó de sus raíces italianas, continuando su colaboración con directores de su país como De Sica y Ettore Scola.
También logró lo que pocas actrices han conseguido: trascender las fronteras geográficas y culturales. Su estilo personal, siempre elegante y refinado, con esa mezcla de glamour y sencillez, fue admirado e imitado por millones de mujeres. De hecho, llegó a ser una embajadora del cine europeo en todo el mundo.
La eterna musa de la moda
En la última década, Sophia Loren ha vuelto a las andadas. Los diseñadores Domenico Dolce y Stefano Gabbana, conocidos por celebrar la feminidad italiana, han encontrado en ella una musa atemporal. Su colaboración con la casa de moda Dolce & Gabbana ha dado lugar a campañas publicitarias como en 2016, cuando la firma lanzó el labial “Sofia Loren No. 1”, una edición especial inspirada en su inconfundible estilo. Este gesto, además de ser un homenaje a su deslumbrante carrera, también es una muestra del respeto y admiración que sigue inspirando en la industria de la moda.
La propia actriz, al hablar de esta colaboración, mencionó con humildad cómo la belleza no está ligada a la edad, sino a la actitud y a la confianza con la que una mujer se proyecta. Y es que, a lo largo de su carrera, Sophia Loren ha demostrado que la belleza verdadera no se desvanece con los años. Con más de seis décadas en la industria del entretenimiento, su presencia sigue siendo tan brillante como cuando debutó en la gran pantalla. O mejor, muchísimo mejor.