Mujeres mayores de 60: existe el sexo. El recordatorio encierra una insinuación molesta para quienes se puedan dar por aludidas y hasta las propias teclas inician su propia revuelta al escribir sobre ello. Antes de ‘Cincuenta sombras de Grey’, millones de lectoras habían encendido sus libidos y aprendido a fantasear sin límite con ‘Miedo a volar’, una novela de culto escrita por Erica Jong en 1973. ¿Y ahora les decimos casi condescendientes que a los 60, 70, 80 y más allá pueden seguir practicando sexo?
De las cuatro protagonistas de ‘Sexo en Nueva York’, la que se daba permiso para disfrutar sin miramiento ni quebraderos de cabeza era la más veterana, Kim Cattrall (Samantha). Y de eso hace ya 25 años. Ahora, por citar solo un ejemplo, está Madonna. A punto de cumplir 66, presume de nuevo novio, Akeem Morris, de 28, con el que parece llevar a la práctica el lema “úsalo o lo perderás”. Son ellas las que confirman bien alto y con redobles de tambores que hay sexo después de los 60.
Por si quedase alguna duda, añadimos los datos de una encuesta del Instituto Kinsey realizada en Estados Unidos a mujeres que superan esta edad. El 74 por ciento dice que sus orgasmos son igual de buenos que antes, o incluso mejores, y dos tercios tienen claro que seguir sexualmente activas les aporta grandes beneficios para la mente y el cuerpo. Y a falta de parejas potenciales, se dan placer a sí mismas.
Si nos obstinamos en seguir hablando de la sexualidad de la mujer madura es porque de esta encuesta se desprende otro dato decisivo: El 57 por ciento de las encuestadas confiesa que su apetito sexual desde la menopausia va en caída libre y en parte se debe a la bajada de estrógenos y los cambios vaginales. Los tejidos se vuelven más finos, más secos, menos elásticos. Si no se toman las medidas adecuadas, las relaciones pueden volverse incómodas y muy dolorosas. Alrededor del 85 por ciento experimenta sequedad, ardor, dolor y otras sensaciones negativas que acaban repercutiendo en su deseo, más si empiezan a sentirse menos atractivas.
Son síntomas que han sido ignorados durante mucho tiempo, pero, según el estudio de Kinsey, las actitudes son bien diferentes. La gran mayoría dice que no quiere resignarse a ver cómo su libido sigue menguando. La mujer hoy está más informada que nunca y se interesa por esos tratamientos o productos que podrían potenciar su deseo sexual. Incluso las octogenarias. Ya no es solo el hombre el que alerta al médico de su disfunción sexual, la apatía sexual femenina y las molestias durante el coito se han vuelto motivo corriente de consulta médica y farmacológica, sobre todo porque existen soluciones casi a la carta: hormonas, cirugía, cosmética, juguetería erótica, entrenamiento del suelo pélvico y todo tipo de terapias. Como bien se deduce, la sexualidad madura ha desatado una gran fiebre del oro. Bienvenida sea si, casi por primera vez en la historia, pone el foco en el sexo femenino.
Cualquier problema físico tiene remedio, pero las consultas tienen también presente el estado de salud, la calidad de la vida sexual previa, la comunicación con la pareja y la disponibilidad de intimidad. Es decir, esos otros factores decisivos en la vida sexual. Son asuntos que involucran a nuestras mentes y de nuevo citamos a Kinsey para mencionar la importancia que tiene para una mujer sentirse sexy, sacar partido a su cuerpo, saber lo que quiere y expresarlo o, mejor aún, llevarlo a cabo. Y en esto la edad es un plus, pues, salvo excepciones, la confianza en una misma va tomando cuerpo con los años.
Quedan, como era de esperar, muchos mitos por desterrar. Lauren Streicher, ginecóloga y profesora de la Universidad Northwestern, además de ser una de las autoras del informe Kinsey, desmiente la idea de que las personas con relaciones sexuales viven más. Ella le da la vuelta: las personas sanas tienden a tener relaciones sexuales. Pero advierte que sexo no significa penetración, otra convicción que por fin va perdiendo fuerza. “Con el paso del tiempo, las personas están redefiniendo la sexualidad en términos de lo que hacen y con quién lo hacen. Conscientes de la dificultad de erección de él o los problemas de sequedad vaginal de ella, optan por practicar la masturbación mutua, el sexo oral y la estimulación manual”. De hecho, el 60 por ciento de las mujeres maduras eliminan el coito como práctica imprescindible para tener una experiencia sexual satisfactoria. Todo ello completa el repertorio de la nueva sexualidad a partir de los 60: nuevas costumbres, mayor confianza y soluciones a la carta. ¿Se puede pedir más? Sí, un novio como el de Madonna.