BIENESTAR

Onmymeal, nutrición personalizada para mejorar la vida de los pacientes con cáncer

Desde su experiencia como nutricionista oncológica, Pilar Hernández ha creado una plataforma que acompaña a pacientes con cáncer a través de la alimentación: sin mitos, sin fórmulas mágicas, pero con evidencia científica y apoyo real. Porque, cuando todo tambalea, volver a mirar el plato sin miedo también es empezar a sanar

Cuando comer se convierte en un reto, nace Onmymeal

Pilar Hernández ha visto de cerca lo que significa comer con miedo. Desde su experiencia como nutricionista oncológica fundó Onmymeal, una plataforma que no promete curas milagrosas, pero sí un acompañamiento real a pacientes con cáncer que se enfrentan, plato a plato, a uno de los tramos más complejos del tratamiento: alimentarse sin rendirse.

La idea no nació en una servilleta en un bar ni en una charla inspiradora de madrugada. Nació de ver sufrir y de escuchar. De observar cómo, en medio del cáncer, mucha gente dejaba de saber cómo enfrentarse a un plato de comida. Pilar Hernández vio durante años cómo los pacientes se sentaban en su consulta con una mezcla de agotamiento, miedo y culpa.

Además del malestar físico, había otro problema que se colaba sin invitación: los mitos. Ese ruido constante que viene de internet, de amigos bienintencionados, de gurús que prometen salvación en forma de jugo verde…, generando confusión y ansiedad en los pacientes y sus familias. Y así nació Onmymeal. Como una forma de devolver algo de claridad. “Surge como una solución basada en evidencia científica para brindar apoyo nutricional personalizado a pacientes oncológicos. Nuestro enfoque no solo considera las necesidades nutricionales específicas, sino también el contexto emocional y el acompañamiento continuo para mejorar la calidad de vida”, explica Hernández.

Pilar Hernández, fundadora del proyecto

En este sentido, explica que uno de los mitos más comunes es que ciertos alimentos pueden alimentar el cáncer o que eliminar completamente grupos de alimentos mejorará el pronóstico. “También hay muchas dietas restrictivas que, en lugar de ayudar, pueden debilitar al paciente. En Onmymeal trabajamos para desmitificar estas creencias y promover una alimentación equilibrada y adaptada a cada fase del tratamiento”, confiesa la nutricionista oncológica. Por eso, en Onmymeal trabajan para desmontar esas ideas y recuperar algo de paz mental.

Porque la comida, cuando hay cáncer, es parte del proceso de recuperación. “La nutrición es fundamental en la recuperación”, asegura la experta. “Contribuye al mantenimiento de la masa muscular, la cicatrización, el manejo de los efectos secundarios y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Un buen estado nutricional puede reducir complicaciones y favorecer una mejor tolerancia a los tratamientos, lo que repercute positivamente en la calidad de vida y en el pronóstico a largo plazo”.

Pero claro, comer bien no es tan simple cuando el cuerpo va por libre. Ahí es donde este proyecto afina: “Cada plan se diseña de manera personalizada, teniendo en cuenta el tipo de cáncer, el tratamiento, los efectos secundarios, el estado nutricional previo y las preferencias alimentarias del paciente. Además, consideramos el contexto familiar y social para que las recomendaciones sean prácticas y sostenibles. Todo esto se hace bajo la supervisión de profesionales especializados en nutrición oncológica”, concreta.

Todo se hace bajo supervisión de profesionales especializados. Gente que entiende que no se puede dar la misma receta a todo el mundo. Porque aquí no hay lugar para el copiar y pegar. “Consideramos también el contexto familiar y social para que las recomendaciones sean prácticas y sostenibles”, explica Pilar Hernández.

Pero Onmymeal no se limita a los pacientes oncológicos. El proyecto ha ido creciendo, abriéndose a más perfiles: “También ofrecemos apoyo a personas sanas que desean adoptar hábitos alimenticios saludables. Además, cualquier persona con patologías (intolerancias, alergias, obesidad, problemas digestivos) para ayudar a través de la alimentación puede encontrar recursos útiles en nuestros programas”.

La nutricionista habla sin rodeos de la prevención: “Recomiendo priorizar alimentos frescos, ricos en fibra y antioxidantes, y evitar el consumo excesivo de ultraprocesados y azúcares añadidos. Es importante mantener una alimentación variada, equilibrada y acompañarla de actividad física regular. El autocuidado y la prevención siempre deben ser una prioridad“.

Eso sí, reconoce que no siempre es fácil. “El mayor desafío es lidiar con los efectos secundarios del tratamiento, como la pérdida de apetito o los cambios en el gusto“. Pero también -y esto lo repite varias veces- está el componente emocional. Porque si comer da ansiedad, si el miedo aparece con el tenedor, hay que hacer algo más que dar recetas. “Por eso el acompañamiento continuo es clave”.

Nuestro objetivo es seguir creciendo como una comunidad de apoyo para pacientes con cáncer, promoviendo la alimentación basada en evidencia científica. Queremos expandir nuestros recursos educativos y colaborar con más profesionales del ámbito oncológico para crear sinergias que mejoren la calidad de vida de los pacientes”, concluye la experta.

Sin duda, cuando la enfermedad lo revuelve todo, comer bien -sin miedo, sin culpa, sin mitos- puede ser una forma de volver a sentirse en casa.

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