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¿Nueva en la vitamina C? Aquí tienes lo que debes (y no debes) hacer

No hace falta que sea enero para proponerse una piel nueva. A veces basta con una gota, o mejor dicho, con un sérum bien elegido. La vitamina C, esa vieja conocida de las naranjas que ahora conquista neceseres y tocadores, se ha convertido en el nuevo imprescindible del cuidado facial. Pero no todo vale: hay que saber cuándo, cómo y por qué usarla

La vitamina C no es nueva, pero como todo lo que merece la pena, ha aprendido a reinventarse. Antes era cosa de madres que insistían con los zumos en invierno y farmacéuticos que recetaban refuerzos para el sistema inmunitario. Hoy se desliza entre los dedos como un secreto de tocador que todas quieren compartir.

En un mundo donde los tutoriales de skin care duran más que un corto de Almodóvar, y donde se venera el glow como si fuera una religión, la vitamina C ha encontrado su sitio. Discreta pero eficaz, empieza a formar parte de la rutina matutina de muchas mujeres y hombres que han entendido que cuidar la piel no es vanidad, sino un acto de resistencia.

“Los beneficios reales están bien documentados: es un antioxidante fuerte, estimula la producción de colágeno, ayuda a unificar el tono de la piel y mejora la luminosidad. No es casualidad que sea uno de los ingredientes más recomendados por dermatólogos y formuladores”, asegura Aura Serras, directora de iS CLINICAL en España, quien no habla de promesas sino de evidencias. “Es un antioxidante potentísimo. Reduce las líneas finas, unifica el tono, protege del sol y de la ciudad, que a veces envejece más que el tiempo”, explica con precisión clínica.

En su opinión, los efectos se notan en pocas semanas, pero el verdadero cambio está en la constancia, en hacer de ese gesto cotidiano una pequeña ceremonia de reencuentro con uno mismo. “Aunque el famoso glow inmediato de la vitamina C es muy seductor, sus verdaderos superpoderes están en el uso constante, especialmente cuando hablamos de piel madura o expuesta a estrés urbano (polución, radiación, estrés oxidativo…)”, añade la experta.

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Cuándo y cómo usarla

La vitamina C se lleva mejor por las mañanas, bajo la crema hidratante y antes del SPF. Su misión es proteger y prevenir, no tanto corregir. Aunque si te pasaste con el sol o el estrés, también sirve de redención cutánea. No importa tu tipo de piel ni tu edad: lo único importante es la constancia y encontrar el producto que se adapte a ti, no al revés. Y entonces, sucede. Esa sensación de que la piel respira mejor. Más clara, más elástica, más tú.

¿Qué señales debería buscar una persona común para identificar un buen sérum de vitamina C y evitar caer en promesas sin respaldo? Aura Serras, directora de iS CLINICAL en España, lo tiene claro:

  1. Tipo de Vitamina C: La forma más conocida y potente es el ácido L-ascórbico. La que usamos en IS CLINICAL, es de generación avanzada y estable.
  2. Concentración efectiva: La concentración ideal suele estar entre 10% y 20%. Menos de eso, y probablemente no obtendrás grandes beneficios. Más de eso, y puede aumentar el riesgo de irritación, sin mayores mejoras si la fórmula no está bien equilibrada. Dato clave: Un buen laboratorio suele indicar claramente el porcentaje y la forma de la vitamina C. Si no lo hacen… sospecha.
  3. Fórmula antioxidante completa: La vitamina C trabaja mejor en equipo. Una buena fórmula suele estar reforzada con otros antioxidantes, como: Vitamina E (tocopherol), Ácido ferúlico, Extractos botánicos antioxidantes, Extremozimas o zinc (como en iS Clinical), Estos ingredientes estabilizan la vitamina C y multiplican su acción protectora.
  4. Envase adecuado: La vitamina C es muy sensible al aire, la luz y el calor. Así que: Evita frascos transparentes, mejor si es airless o cuentagotas de vidrio opaco, ideal si indica duración tras apertura.
  5. pH adecuado: El ácido L-ascórbico necesita un pH bajo (alrededor de 3.5) para penetrar bien la piel. Una fórmula con pH mal ajustado será menos efectiva (aunque también puede ser más suave si está pensada para pieles sensibles).
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Un toque de historia (y glamour)

¿Sabías que fue en los años 30 cuando la vitamina C se aisló por primera vez, gracias al químico Albert Szent-Györgyi? Él ganó un Nobel por ello, sin saber que décadas después su descubrimiento se convertiría en uno de los pilares de la cosmética moderna. Desde Hollywood hasta Seúl, pocas rutinas beauty ignoran hoy su poder.

Incluso celebrities como Hailey Bieber o Cate Blanchett la mencionan entre sus imprescindibles. No por moda, sino por resultados.

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