MODA

Mujeres en traje: a medida sienta mejor

Prendas para mujeres, hechas por mujeres: las sastres se hacen un hueco en redes elevando el poder y la silueta femenina.

El cine ha dejado para el recuerdo a un Sean Connery en traje de franela azul en pleno momento 007. No es el único que ha iconizado el traje masculino. Desde Robert de Niro vestido de traje salmón por Armani en Casino hasta el gangster Thomas Shelby con el club collar, chaleco y abrigo hasta la rodilla. El traje masculino siempre ha alimentado la imagen del hombre de éxito, el gentleman irresistible que consigue todo lo que se propone.

El actor irlandés Pierce Brosnan en Wimbledon 2024. Imagen IG
@streetstylemvm

“Nada me sienta mejor que un traje” cantaba el personaje de Barney Stinson en Cómo Conocí a Vuestra Madre convirtiéndose en un referente legendario que hacía gala de sus constantes conquistas gracias a su outfit. La imitación viene de atrás, desde que Beau Brummel estandarizara el traje masculino en el s.XVIII, el estilo de los royals, el llamado “old money style”, ha sido imitado y condensado en la figura del príncipe Carlos como referente de elegancia (aunque solo sea en el vestir).

Imagen IG @iurimarini

Del traje skinny con deportivas blancas hasta la tendencia oversized. Los sastres y expertos como AskOkey en moda comparten los “do’s and dont’s” en cuestión de trajes masculinos pero ¿qué pasa con las mujeres? ¿dónde están las sastre?

Mujeres en traje: sastres e iconos

Los editoriales de moda coinciden: el traje tiene que estar en el fondo de armario de cualquier mujer. Símbolo de elegancia y empoderamiento, actrices como Diane Keaton, Gill Anderson, Marlene Dietrich o los maxi trajes de Rhianna, han convertido al traje femenino (y a medida) en un icono de la moda. 

Imagen IG de @sonyaglyn junto a Rachel Ann Jensen

Sin embargo, detrás del circuito hollywoodiense, son las mujeres sastre las que tantas veces permanecen ocultas en una industria profundamente masculinizada. Por ejemplo, Caroline Andrew, la sastre británica ha conseguido una abultada comunidad de seguidores con los que comparte los encargos de sus clientes. “Ya lo siento muy yo”, confiesa la influencer Brit Bones durante una prueba del traje a medida. Los colores, texturas, largos y anchos son solo algunas de las sutiles pero determinantes decisiones que debe tomar. “Es un traje para el día a día.”

La escuela británica de sastrería, con vestuarios de madera caoba y moqueta incluida, es fuerte pero no es la única. Desde México, Fátima Santaclara imparte cursos de sastrería femenina, la podcaster Sonya Glyn comparte historias sobre tendencias en trajes en su canal de Youtube, la camisería bespoke de Nina Luzzi es solicitada por big names de medio mundo o plataformas como The Deck, se han especializado en la venta de piezas femeninas.

Las marcas españolas no se quedan atrás: Bleis, Sumissura, Blanam o Lasastre se han posicionado entre el público femenino que quiere un traje duradero y distintivo.

¿Por qué elegir un traje a medida?

Por muy tópico que suene, optar por un traje a medida es una inversión más que una compra sin más. Frente al fast fashion, la sastrería tradicional es una tabla de salvamento para la durabilidad de las prendas. Reconocidas autoras como Marta. D. Riezu reflexiona ampliamente sobre la sostenibilidad de las prendas en La Moda Justa, un ensayo actual y crítico con las compras compulsivas y baratas.

La personalización de un traje a medida tampoco se queda atrás. Frente a tallas y patrones estandarizados – a veces imposibles- y poco fiables, la sastrería se caracteriza por respectar la siluetas y formas de cada individuo sin forzar.

La protección de la artesanía, del trabajo manual con atención al detalle o la calidad de los materiales – desde el lino, el algodón o la seda – convierten un traje a medida en una aspiración. Y por último y no menos importante, un traje a medida se adapta, se amplía o reduce, en definitiva, y citando a Robert Dumas, jefe de Hèrmes, “el lujo es lo que se puede reparar”.

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