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Millie Bobby Brown: “No me avergonzaré por cómo soy. Esto es acoso, dejad de opinar”

A sus 21 años, la actriz ha estallado contra el escrutinio de siempre: ese que disecciona su cara, su cuerpo y sus decisiones con la meticulosidad de un cirujano sin bisturí, pero con mucho tiempo libre

Millie Bobby Brown EFE/EPA/ANDY RAIN

La gente tiene un don prodigioso para hablar de lo que no le incumbe. Es una de las cosas que hacen sin descanso, como respirar o dormir mal. Desde que existe internet, además, lo hacen a velocidad de ráfaga y con la puntería de un francotirador sin código deontológico. Millie Bobby Brown, que desde los 10 años viene protagonizando titulares, lo sabe mejor que nadie. Ha aprendido que no importa lo que haga o deje de hacer, siempre habrá alguien con la lupa puesta sobre su piel y un teclado listo para escupir juicios con tono doctoral.

La última vez ha sido por lo de siempre: su físico. A sus 21 años, la actriz apareció en la promoción de su nueva película, Estado Eléctrico, con un vestido dorado, el pelo recogido y una confianza que no parecía hacerle flaco favor a nadie. Pero las redes, esas redes, encontraron lo de siempre: demasiado mayor, demasiado seria, demasiado algo. Hay un sector de la población obsesionado con que las mujeres famosas crezcan con la discreción de los bonsáis: sin desorden, sin arrebatos, sin cambios drásticos.

Millie Bobby Brown EFE/EPA/ALLISON DINNER

Brown, en un ataque de lucidez y hartazgo, decidió responder con un mensaje corto y contundente: “Dejadme crecer”. Lo dijo en un vídeo y en Instagram, ese patio de colegio donde todo el mundo grita al mismo tiempo. Explicó que lleva una década enfrentándose a lo mismo y que está cansada de que su cara y su cuerpo sean material de disección para gente que no la conoce ni de lejos. Lo preocupante, dijo, es que muchas de esas críticas vienen de otras mujeres.

“Quiero hablar sobre algo que afecta a todas las jóvenes que crecen bajo el escrutinio público. Creo que es necesario alzar la voz sobre esto. Comencé en esta industria cuando tenía 10 años. Crecí frente al mundo y, por alguna razón, la gente parece incapaz de crecer conmigo. En cambio, actúan como si debiera quedarme congelada en el tiempo, como si todavía tuviera que verme como en la primera temporada de Stranger Things. Hablemos de los artículos, los titulares y las personas que están desesperadas por derribar a las jóvenes. ¿Por qué los de la Generación Z como Millie Bobby Brown envejecen tan mal?, por Lydia Hawken. ¿Qué se ha hecho Millie Bobby Brown en la cara?, por John Ely. Millie Bobby Brown es confundida con la madre de alguien mientras guía a su hermana menor Ava por Los Ángeles, por Cassie Carpenter. Matt Lucas de Little Britain lanza un cruel ataque contra el nuevo look de ‘mamá’ de Millie Bobby Brown, escrito por Bethan Edwards, amplificando un insulto en lugar de cuestionar por qué un hombre adulto está burlándose de la apariencia de una joven. Esto no es periodismo. Esto es acoso. El hecho de que escritores adultos dediquen su tiempo a analizar mi rostro, mi cuerpo y mis elecciones es perturbador. El hecho de que algunos de estos artículos sean escritos por mujeres, aún peor”, confiesa la actriz en su cuenta de Instagram.

Y añade: “Siempre hablamos de apoyar y elevar a las jóvenes, pero cuando llega el momento, parece más fácil derribarlas por clics. Las personas desilusionadas no pueden soportar ver a una niña convertirse en mujer en sus propios términos, y no en los de ellos. Me niego a disculparme por crecer. Me niego a hacerme más pequeña para encajar en las expectativas irreales de quienes no pueden aceptar la transformación natural de una joven. No me avergonzaré por cómo luzco, cómo me visto o cómo me presento. Nos hemos convertido en una sociedad en la que es mucho más fácil criticar que dar un cumplido. ¿Por qué la reacción instintiva es decir algo horrible en lugar de algo amable? Si tienes un problema con eso, me pregunto: ¿qué es lo que realmente te incomoda? Hagámoslo mejor. No solo por mí, sino por cada niña que merece crecer sin miedo a ser destrozada simplemente por existir”.

La actriz británica Millie Bobby Brown posa a su llegada al estreno europeo de la película ‘Estado Eléctrico’ en Madrid EFE/J.P.Gandul

En este mundo que dice haber aprendido tanto, las viejas costumbres siguen estando de moda: hacer de la apariencia femenina un tema de conversación nacional, lanzar juicios envueltos en papel de seda (o sin envolver, a pelo), y tomarse la confianza de opinar sobre cuerpos ajenos como si fueran bienes públicos. Millie Bobby Brown no es la primera ni será la última en vivirlo. Pero al menos, esta vez, ha decidido no callarse.

El problema, en realidad, no es ella. No es su pelo, su vestido, su forma de maquillarse o la expresión de su cara. El problema son los otros, los que miran y escudriñan como si les fuera la vida en ello.

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