La historia de Terete se distingue en el mundo de la gastronomía por su origen único y entrañable. Alberto Andrés Alonso, conocido cariñosamente como “Terete”, debido a su complexión robusta, da nombre al local que decidió́ abrir. Junto a su esposa, abrió un pequeño establecimiento en Haro, donde ofrecían asados y traían, también, alimentos de fuera. Fue un tiempo más tarde, cuando vieron que realmente les apasionaba lo que hacían y decidieron dar comidas o, lo que se conocía más como “cuarto y cazuela”, que incluía un cuarto de cordero y una asadurilla de cordero con huevo, acompañado de vino y de un postre casero.
Desde sus inicios, el cordero ha sido el plato estrella de Casa Terete, conocido por su buena calidad y su preparación sencilla. Con el paso de las generaciones, el restaurante ha ido creciendo y ganando prestigio. El 26 de marzo de 1962, se celebró en Madrid el IV Campeonato Nacional de Cordero, donde el Señor Bombín, representante de Casa Terete, recibió la medalla conmemorativa del acto, al ser la tercera generación familiar, con Cristino Andrés Alonso y su hermana Carmen. Cristino, esposo de Aurora Peña, era un hombre con mucho desparpajo y un gran don de gentes y, él fue el encargado de dar a conocer Terete por toda España. Mientras tanto, fueron Aurora y Carmen quienes se encargaron de ampliar la carta, introduciendo productos tradicionales de gran calidad, como la menestra, siendo hoy en día, uno de los platos más solicitados.
El esfuerzo y la pasión por su trabajo hizo que Alberto Gutiérrez se contagiase de ese amor que desprendía su familia y decidió seguir sus pasos, siendo el cuarto relevo generacional, junto con su esposa. Alberto se enamoró del vino y, en honor a ese amor especial y al cariño que le tenía a su hija Cristina, le puso su nombre en uno de los dos vinos que elaboro, el “Viña Cristina” y el “Terete”. Cuando la gente hablaba de Alberto, todos destacan su generosidad y su capacidad de sacarle el lado positivo a todo. Por ello, al morir, dejó un gran vacío difícil de reemplazar. Gracias a la valentía de Mari y de todos sus hijos, siguieron adelante con el restaurante y lo convirtieron en un hogar. Cuando Mari decidió jubilarse, fue Cristina la que siguió en la cocina, ya que contaba con años de experiencia en el restaurante, junto a sus hermanos pequeños, Javi y Alberto. Éstos son el gran ejemplo de que, si tienes un sueño, hay que luchar por él. Además, esta quinta generación, ha conseguido cumplir un proyecto, la ampliación de los calados, que ya inició en el año 1969, su padre y, han sido sus hijos, en el ano 2010, los que comenzaron a ver los primeros resultados, dando de nuevo vida a la zona de las cuevas. No sólo son estos sus proyectos más destacados, si no que, tras la pandemia, se vio la fuerza con la que resurgió este restaurante, años muy duros, donde nació́ la idea de la venta online e incluso del reparto a domicilio. Además, hace un par de años se inauguró un espacio llamado “trasiega”, que consiste un merendero, dotado con un gran equipo profesional de cocina, para que todo el que quiera, pueda disfrutar de momentos único en familia.
Ahora, le toca a Jaime y a Alberto seguir los pasos de su familia. Jaime, el hermano mayor, es un apasionado del vino, al igual que lo fue su abuelo y, Alberto, el pequeño, sigue los pasos de su madre y su abuela en la cocina. Sin duda alguna, esto no sería posible sin el gran equipo que hay detrás: camareros, cocineros, sin olvidarnos de los pastores que, cada vez son menos los que quedan, y que realizan una labor imprescindible. Ambos hermanos son los encargados de que el cordero que se sirve en sala siga siendo tan espléndido como el de sus inicios, eligiéndolos personalmente con los diversos pastores de la Rioja y la zona que linda con Álava.
Creo que no hablamos de un restaurante, si no que hablamos de una familia, un ejemplo de superación que ha demostrado que, si trabajas y luchas, las cosas salen. El cordero es buena prueba de un plato sencillo y bueno, que refleja el alma de la lucha familiar. Hay que agradecer también a toda la gente del pueblo que hace que todo esto sea posible y a toda la gente que viene de fuera, que hace que se les llenen los ojos de lágrimas y de orgullo.
Receta menestra de verduras
Ingredientes para 4 personas:
- 1kg de penca de acelga
- 1/2 docena de alcachofas
- 100g de guisantes
- 100g de alubias verdes
- 100g de zanahorias
- 100g de champiñones
- 80g de harina
- 1 cebolla
- Caldo de verdura
- Aceite de oliva
Elaboración:
- Comenzamos limpiando todas las verduras y las reservamos en un cuenco.
- A continuación, cocemos la alcachofa, la acelga troceada junto con el resto de las verduras (los guisantes, las alubias verdes, las zanahorias y los champiñones, estos dos previamente cortados).
- Una vez tengamos todas las verduras cocidas y frías, procedemos a rebozar las alcachofas y las pencas de acelga en harina y huevo.
- En una cazuela aparte, rehogamos la cebolla y preparamos un roux, mezclándola con harina y aceite de oliva.
- Una vez rehogado, añadimos el caldo de verduras.
- Cuando este hierva, hacemos capas con la acelga, la alcachofa y el resto de las hortalizas ya cocidas, cocemos a fuego lento durante 8 minutos aproximadamente.
- ¡Y listo! A disfrutar de esta deliciosa menestra de verduras.