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Meghan Markle, la reina de su propio show aunque la crítica no la corone

La duquesa de Sussex se lanza al 'universo lifestyle' con su programa 'Con amor, Meghan.' La idea era clara: una mezcla de recetas, consejos de vida y una estética de catálogo que la consolidara como gurú del bienestar. Sin embargo, la crítica ha sido implacable, acusando el show de ser un monumento al narcisismo. A pesar de todo, Netflix renueva por una segunda temporada

Meghan Markle. Cortesía Netflix

Meghan Markle ha vuelto. En realidad, nunca se fue, pero ahora lo ha hecho en forma de programa de televisión con nombre de carta de despedida: Con amor, Meghan. La duquesa de Sussex, experta en reinventarse, ha decidido probar suerte en el universo del lifestyle y el resultado ha sido una serie de Netflix donde enseña a sus seguidores a decorar una mesa con servilletas de lino, cortar flores con la delicadeza de un jardinero real y preparar meriendas dignas de Pinterest.

Pero la crítica no ha comprado el paquete. Ni la vajilla artesanal, ni los consejos de bienestar, ni la música de fondo de piano suave. Según The Guardian, el show es “tan inútil que podría ser el último de los Sussex en Netflix”. En The Daily Mail, un crítico confesó haber “perdido las ganas de vivir” tras ver el episodio sobre cómo hacer cubitos de hielo infusionados. The Financial Times fue más académico: “Un viaje al ego que no merece la pena”.

Meghan Markle. Cortesía Netflix

Las redes tampoco han sido compasivas. En Twitter se acumulan comentarios donde se compara el programa con “una versión de bajo presupuesto de Goop” (la marca de bienestar de Gwyneth Paltrow) y donde se acusa a la duquesa de “querer ser Oprah sin haber sido nunca Oprah”.

Hay quien la ve como una influencer tardía con presupuesto ilimitado, y quien cree que esto es solo el principio de un Meghan Markle Cinematic Universe donde pronto venderá velas con su nombre y hará directos sobre cómo organizar una mudanza emocional.

Meghan Markle. Cortesía Netflix

Pero en Montecito, entre jardines diseñados al milímetro y tazas de té sin manchas, la duquesa de Sussex no parece preocupada. Y Netflix tampoco. La plataforma ha confirmado una segunda temporada del programa. Y no porque haya arrasado en audiencia (los datos sugieren que los espectadores lo han recibido con la misma emoción con la que se recibe una factura de la luz), sino porque, en el fondo, Meghan Markle sigue generando conversación. Y eso, en el negocio del streaming, es más valioso que cualquier aplauso de la crítica.

Mientras tanto, ella sigue su camino. Primero fue actriz, luego royal, después activista y ahora embajadora del buen gusto. Su nombre sigue presente, aunque no siempre como ella quisiera.

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