'ROYALS'

Matilde de Bélgica, impecable con un total look de Dior en rosa empolvado

La Reina reaparece en el Palacio Real de Bruselas con un estilismo firmado por Dior que equilibra la delicadeza del rosa con la fuerza de los códigos clásicos

En la realeza de hoy en día, el lenguaje del estilo se escribe con trajes a medida, paletas sutiles y elecciones que, sin necesidad de palabras, proyectan posicionamientos. Esta semana, Matilde de Bélgica ha ofrecido una de esas lecciones silenciosas con un estilismo que, además de captar titulares, refuerza su narrativa como una de las royals con mejor comprensión de su propia imagen pública.

La reina presidió un acto institucional en el Palacio Real de Bruselas enfundada en un impecable conjunto rosa empolvado firmado por Dior, la casa que con más frecuencia viste sus apariciones clave. La elección no es caprichosa: la alianza de Matilde con Dior es también un pacto con la elegancia atemporal.

Imagen: EFE

El traje, compuesto por un top con detalle en el escote y una falda fluida midi, resalta la silueta sin marcarla en exceso. La línea es sobria, el tejido, vaporoso, y el color -un rosa empolvado entre el nude y el pastel- dialoga con los interiores dorados del palacio sin competir con ellos. La reina camina en armonía con su entorno, como si su estilismo estuviera pensado no solo para vestirla, sino para situarla dentro de un relato visual coherente.

El peinado, un recogido con volumen, y el maquillaje, casi imperceptible, terminan de construir un look que no compite por el protagonismo, sino que lo ejerce desde la coherencia. Porque si algo ha cultivado Matilde de Bélgica en sus años como reina consorte, es una estética sólida que no responde a las modas, sino a los valores que quiere proyectar: serenidad, empatía, discreción y fortaleza.

Imagen: EFE

A sus 51 años, la reina Matilde ha encontrado en la moda una herramienta de relato. Sin estridencias, sin riesgo innecesario, pero con una estrategia clara: comunicar cercanía sin renunciar al poder del detalle. Su estilo no busca el golpe de efecto, sino la profundidad del eco. Un vestido rosa puede ser solo eso, pero también puede ser una invitación a mirar más allá.

En tiempos donde otras figuras reales apuestan por el impacto o la tendencia, ella escoge la constancia. Y Dior -que ha vestido a mujeres como Grace Kelly o Jackie Kennedy– es el aliado perfecto para esa misión: representar la modernidad desde la tradición, el lujo desde la contención.

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