Martha Stewart. El nombre suena a “calabazas de Halloween perfectamente talladas”, “mesa navideña con vajilla de porcelana”, “manual de urbanidad que nunca supimos que necesitábamos.” Pero la verdadera Martha Stewart tiene tantas capas como uno de sus suculentos pasteles de chocolate. Desde sus inicios en Nueva Jersey hasta su imperio millonario, el salto de Stewart de ama de casa modelo a ícono cultural ha sido una auténtica montaña rusa.
Empezó como una niña de familia polaca en Jersey, y rápidamente se abrió camino. Fue modelo, luego bróker de Wall Street y, finalmente, emperatriz del hogar gracias a su talento para hacer que cualquier receta o truco de jardinería pareciera esencial para la vida. En los ochenta, se lanzó a las masas con su primer libro de cocina, Entertaining, y ahí comenzó su reinado. ¿La receta de su éxito? Agregar dosis de elegancia sin perder ese toque “hecho en casa”.
El escándalo que casi la derrumba
Todo era perfecto en su mundo de encaje y flores hasta que en 2001 el nombre “Martha Stewart” apareció en un escándalo de uso de información privilegiada. La historia: vendió acciones de ImClone justo antes de una caída brutal, evitando una buena pérdida (aunque no lo suficiente). En 2004, una jueza la mandó a prisión por obstrucción a la justicia y fraude. Y sí, se pasó cinco meses en prisión federal (la “universidad del crimen” en su currículum), donde hasta tejió ponchos.
Lo que habría hundido a muchos fue, para Stewart, una oportunidad de reinvención. Salió de prisión decidida a reclamar su trono y se mostró más dura y valiente que nunca. No solo volvió a la televisión con fuerza, sino que siguió expandiendo su marca y su influencia, pero con un nuevo giro.
¿Y después? Martha dio el salto hacia el siglo XXI con un giro que nadie vio venir: se alió con el rapero Snoop Dogg para un programa de cocina. Así nació Martha & Snoop’s Potluck Dinner Party, una combinación tan improbable que funciona a la perfección. Ella, la reina de las mermeladas caseras; él, el rey del “indie cool” y, juntos, un éxito absoluto. Su química en pantalla ha atraído a fans de todas las edades y se ha convertido en un fenómeno de culto, llevando a Martha al Olimpo de la cultura pop.
Y si algo nos ha enseñado Martha es que nunca deja de evolucionar. Ella ha sabido surfear las olas de las redes sociales y los memes con una habilidad envidiable. Hoy en día, puede colgar una foto suya en la piscina, “cara de pato” incluida, y dejar a Instagram boquiabierto. Y por si esto fuera poco, Netflix ha estrenado un documental sobre su vida, un homenaje a su legado, sus errores y su éxito.
La mujer que en algún momento representó la “perfección de la ama de casa” ahora es una de las caras más atrevidas y frescas de la cultura pop. Su carrera es una clase magistral en resiliencia y en cómo tomar los giros inesperados de la vida (léase: cárcel, escándalos financieros y memes) y convertirlos en plataformas de éxito.