Hace falta un talento especial para convertir un bolso en una obra de arte que trascienda el paso del tiempo. Takashi Murakami, con su estilo inconfundible de arte pop japonés, lo logró en 2003 al transformar el Monograma de Louis Vuitton en una explosión de color y vitalidad que marcó una época.
Bajo la dirección de Marc Jacobs, entonces director creativo de la maison, nació una colección que fusionaba la elegancia clásica francesa con el espíritu irreverente de la cultura contemporánea japonesa. Aquella primera colaboración fue un fenómeno que redefinió los límites entre moda y arte.
Hoy, dos décadas después, Louis Vuitton celebra el vigésimo aniversario de esa alianza histórica reeditando más de 200 piezas que rinden homenaje a su legado compartido. Pero no es una simple reedición, es una reinterpretación que aprovecha las tecnologías de impresión más avanzadas para realzar los colores más vibrantes y redefinir cada detalle. Es, en otras palabras, un tributo al pasado con la mirada puesta en el futuro.
El Monogram Multicolore, ese patrón inolvidable que convirtió bolsos como el Speedy, el Alma BB o el OnTheGo en objetos de deseo, regresa con su característico dinamismo. Sobre fondos blancos y negros, los tonos vivos y los motivos florales del diseño de Murakami vuelven a brillar con la misma fuerza con la que conquistaron las pasarelas hace veinte años.
Pero esta colección no se queda en los clásicos; incluye también una serie de complementos que reimaginan el universo visual del artista japonés, desde cinturones y carteras hasta llaveros, zapatillas y tablas de skate.
Entre las piezas más icónicas destacan las versiones actualizadas de sus personajes más célebres, como el Superflat Panda, que aparece ahora en zapatillas y accesorios. Las flores sonrientes del Superflat Garden también se cuelan en frascos de perfume como Attrape-Rêves, confirmando que Murakami tiene un don para transformar cualquier objeto cotidiano en una celebración de la vida y el color.
Para lanzar esta colección, Louis Vuitton ha elegido a Zendaya como embajadora. La actriz y modelo encarna a la perfección el espíritu de esta reedición: moderna, atrevida y profundamente conectada con la cultura pop global. Su presencia en esta campaña subraya su relevancia en el mundo actual, donde el lujo busca conectar con audiencias jóvenes y diversas.