Bastaría con echar un vistazo a las últimas imágenes de las celebridades más chic paseando por la calle para preguntarse si de repente, todo el mundo se ha convertido en un audiófilo. Desde Bella Hadid hasta Sarah Jessica Parker hicieron de los Apple Airpods Max el último accesorio de moda, y aunque su elevado precio y su aún mayor tamaño parecían no encajar en un momento en el que los auriculares XS eran los que reinaban, las tendencias volvieron a dar uno de esos giros radicales a los que nos tienen acostumbrados y se encargaron de aplaudir a los headphones atrapa-miradas. Lo que habría que preguntarse también es si teniendo en cuenta que ahora es complicado que una famosa salga de casa sin que su estilista haya orquestado cada detalle del look, los auriculares no forman ya también forma de este outfit moldeado…
La moda siempre ha guardado en su corazoncito un lugar destacado para este complemento. Firmas como Dolce & Gabbana suben a sus pasarelas modelos con cristales cuyos precios tienen cuatro cifras, y la marca italiana se asoció el año pasado con Razer Barracuda para lanzar la Dolce & Gabbana Edition, por lo que no todo es estética: incluso las grandes marcas se alían con los reyes del sonido. Pero los auriculares no están dispuestos a dejarse llevar por las cambiantes tendencias, y prueba de ello son los Sonos Ace, que han sido ajustados por los mejores expertos en sonido del mundo para ofrecer una experiencia de sonido única. Su perfil combina detalles de metal con un sofisticado acabado mate que le dan un toque de elegancia e incorpora unas almohadillas mullidas de espuma viscoelástica y un diseño ligero que se ajusta perfectamente a la cabeza para garantizar una gran comodidad durante todo el día… Porque si alguna vez has llevado auriculares XL, sabes que cuando llevas mucho tiempo con ellos, en ocasiones necesitas un respiro, pero con Sonos Ace, no hace falta break alguno.
Los auriculares XL son ya empleados por las celebridades como un accesorio más, e incluso han llegado a servir para denotar cierto estatus, como vimos en Succession, serie en la que el personaje de Kendall Roy lleva los suyos, que por cierto, son de Beyerdynamic. Pero ahora las celebrities apuestan por auriculares con cable, siendo Lily Rose Depp y las Olsen unas de las primeras en volver a llevar este tipo de cascos que hasta ahora, parecían estar prohibidos por las leyes fashionistas, que habían hecho del bluetooth un must.
“Los auriculares con cable son toda una declaración de intenciones. Una persona que los usa se desvincula por completo de las tendencias modernas y quiere regresar a esos tiempos más simples del pasado”, escribe Elena Cavender en ‘Mashable’. “Creo que la gente está aburrida de la tecnología millennial minimalista, de que todo sea elegante y limpio, y pienso que el maximalismo está regresando. De la misma manera que ha regresado la moda del año 2000, también lo ha hecho la tecnología Y2K. Hay fundas para teléfonos que hacen que tu teléfono parezca un Motorola Razr. Creo que es algo que hace que parezca que a quien lleva este tipo de cascos, muchas cosas le dan igual…” No le importa mantenerse al día con la tecnología, ni encajar, dice Shelby Hull, responsable de la cuenta de Instagram @wireditgirls, a Artículo14.
El tipo de cascos que llevas, así como la marca en la que confías, dice mucho de ti. Algunas, como Sonos, mandan el mensaje de que realmente, te importa la calidad del sonido, y firmas como Apple indican que confías en una firma por su trayectoria y por ese constante FOMO que tanto nos define. Luego están las que demuestran que sencillamente, la estética retro te fascina. Por descontado, los maxi auriculares de Kendall Roy envían al momento el mensaje de que necesitan desconectar, pues se trata de personas con un nivel de estrés tan elevado, que han de huir del mundanal ruido aunque haya que pagar para hacerlo cientos de euros… Porque muchos de estos auriculares no son precisamente baratos.
Incluso a mediados de los 2000, en Nueva York y San Francisco, las autoridades advirtieron a la gente de que los cascos del iPod servían a los ladrones para saber que estaban ante alguien con cierto poder adquisitivo. De repente, un cable blanco era una señal inequívoca de que ese robo iba a salir rentable, aunque fuera, como poco, por el iPod. Cuando Apple lanzó el dispositivo en 2001, se convirtió en un inmediato símbolo de estatus, y lo cierto es que desde entonces, el tipo de auriculares que cada uno elige indica quien puede permitirse un modelo concreto en el instante en el que ha salido al mercado.
Porque como bien sabemos ocurre con el iPhone, y cómo no, con los AirPods (que generaron más de 38 mil millones de euros entre septiembre de 2020 y 2021), hay quienes pese a no disponer de nóminas generosas, no lo dudan ni un segundo a la hora de comprarse las últimas novedades tecno. Pero los auriculares con cable que ahora vuelven a estar de moda traen consigo una buenísima noticia: por fin es posible ser chic sin tener que desembolsar inmensas cantidades, pues precisamente, ante el amor por el bluetooth, estos modelos que no lo necesitan son muchísimo más baratos que el resto.
Creo que indican claramente que estás en tu propio mundo, lo cual es difícil de hacer con la tecnología inalámbrica. Con ellos, puede parecer que estás optando por estar contigo mismo,
alejándote conscientemente de lo que está sucediendo de una manera más proactiva, lo que podría estar conectado con presentar una apariencia de autocuidado y una vocación de desaceleración. Además, es muy atractivo saber que unos meros auriculares hablan de tus gustos, de tu identidad y de tu sensibilidad, y comprender esto es fundamental para explicar por qué tienen un papel tan grande en la cultura”, asegura a Today.com.
Los que somos ciertamente despistados podemos agradecer el regreso de los auriculares con cable, porque no necesitan ser cargados y porque creo que es más fácil dejarte olvidados los AirPods, que lógicamente van por separado y tienen su propia caja, a una maraña de cables. Porque ese es otro asunto… La forma en la que llevas los cables también dice mucho de ti, y en mi caso, no dice nada bueno.