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La técnica furoshiki, perfecta para detallistas: cuando el envoltorio es el regalo

Cuando se trata de regalar, cada detalle cuenta. La técnica furoshiki consiste en envolver de manera especial y personalizada un objeto con telas. Paciencia, belleza y sostenibilidad son algunas de las ventajas de esta tradición milenaria.

envolver regalos con la técnica del furoshiki
Imagen de @keikofuroshiki

Regalar y transportar: así es el furoshiki

Todo comienza con una tela. A ser posible cuadrada y puede ser de algodón o seda. Todo dependerá de la forma del objeto que se envuelva… y del nivel de detalle que se quiere demostrar. Hasta la archiconocida Marie Kondo lo usa en sus rutinas de orden domésticas. 

El furoshiki no solo es una técnica sino una tradición japonesa muy arraigada en las costumbres del país nipón. Las primeras menciones a esta manera tan especial de envolver objetos se remontan al periodo Nora, del que se conserva el primer furoshiki de la historia destinado a objetos como el kesa o kesaya – hábito religioso – de los monjes. Además, el furoshiki siempre estuvo relacionado con los baños públicos. En los “atillos” se podía incorporar lo necesario para lavarse, además de secarse posteriormente. 

Es a partir del siglo XIX cuando el furoshiki se popularizó, gracias entre otros factores a la fabricación de telas de manera mecanizada, lo que abarató su coste y permitió incluir los escudos y apellidos familiares en la tela, antes sólo reservados para las clases pudientes.

El último intento por ponerlo de moda partió de la figura de Yuriko Koike, Ministra de Medioambiente a principios de los años 2000, en defensa no solo de la tradición japonesa sino como estrategia sostenible contra el uso de plásticos. 

¿Por qué el furoshiki es especial?

El envoltorio es la primera demostración de interés por la persona a la que se le hace el regalo. El esfuerzo y cuidado con el que se ha elegido la tela, los cruces o los nudos, también simbolizan el tipo de relación que hay entre el que regala y el que recibe. Para aprender a envolver correctamente, el furoshiki, como casi todas las tradiciones japonesas, guarda un protocolo. Cada tipo de nudo o cruce está pensado para la forma concreta del objeto. 

El nudo básico es el mamasubi,  idóneo para objetos cuadrados (aunque no solo) ya que solo implica dos nudos. 

Para envolver botellas, la mejor técnica es la binnihondutumi.

 

Si se trata de cuidar y transportar hojas de papel grandes como láminas, la técnica más correcta es la makimono dutsumi

Fukusa, la otra técnica para envolver 

La técnica fukusa es similar al furoshiki con una salvedad: su uso está más vinculado a momentos más formales o de más cortesía como la ceremonia tradicional del té o los regalos monetarios que hoy en día se siguen ofreciendo en las bodas. 

Son envoltorios mucho más pequeños y normalmente el material es de seda. En su origen se usaban para evitar el deterioro de objetos importantes o especiales a causa del sol o polvo.