Salud

La relación entre la menopausia y un mayor riesgo cardiovascular

Los cambios hormonales propios de la menopausia provocan un aumento de los niveles de colesterol en las mujeres. ¿Hay alguna forma de paliar sus efectos?

¿Sabías que según datos del INE, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares es mayor en mujeres que en hombres en España? Danacol ha presentado los resultados del estudio MENOCOL, que revela que el 60% de las mujeres españolas de entre 45 y 65 años no asocian que con la llegada de la menopausia puede aumentar el nivel de colesterol y, por tanto, lo que suponer un riesgo para su salud cardiovascular. La reducción de estrógenos que se produce durante la menopausia está ligada a un incremento de entre el 10% y el 15% de los niveles de colesterol LDL 2, aumentando la posibilidad de sufrir un evento cardiovascular.

La importancia de la alimentación

Los cimientos de una buena salud en la menopausia dependen de los hábitos de vida que tengamos. El papel es crucial. Los suplementos o la terapia hormonal pueden ser una extra, pero hay que individualizar cada paso. Sin duda, los hábitos de vida pueden marcar que una menopausia sea más llevadera, comenzando por la alimentación. A mis pacientes les digo siempre que en vez de una ensaladita para cenar, preparen una tortilla con atún; que dejen de hacer dietas en las que se cuentan calorías, que no valen de nada, y apuesten por una alimentación saciante rica en proteínas”, explica la doctora Marimer Pérez.

“Tenemos nuestra maravillosa Dieta Mediterránea, llena de frutas, verduras, legumbres… que nos pueden ayudar a mejorar las cifras de colesterol si aseguramos su consumo diario, fomentando una alimentación cardiosaludable y aumentamos nuestra actividad física. Además, introduciendo en nuestra dieta alimentos enriquecidos con esteroles vegetales como Danacol, ayudamos a reducir de manera natural los niveles de colesterol LDL hasta un 10% en un periodo de tres semanas, y después a mantenerlo en cifras de normalidad. Pero para poder hacerlo, lo más importante es ser conscientes de que, con la llegada de la menopausia, hay que vigilar especialmente nuestro colesterol”, comenta la nutricionista Marta Verona.

¡A sudar!

Aunque la mortalidad coronaria es más alta en los varones que en las mujeres, después de los 50 años, aumenta rápidamente en las mujeres y se desacelera en los varones. Por eso, es fundamental apostar por un estilo de vida saludable en el que el ejercicio es clave. “El ejercicio físico regular ayuda a bajar el colesterol, a mantener la tensión arterial y a regular el peso y ese acumulo de grasa en zona abdominal que es tan peligrosa. Hablamos de la distribución androide de la grasa, pues al caer los estrógenos, aumenta el perímetro abdominal y va aumentando la grasa visceral, que es la proinflamatoria. A las mujeres nos preocupa habitualmente la subcutánea, que es la que se ve, pero no es tan peligrosa. Sin embargo, es la que no se ve la que incrementa muchas veces el perímetro abdominal y se deposita sobre nuestros órganos. Por ello es importante ejercitar el músculo y aumentar esa masa muscular para revertir o mejorar el gasto energético que tanto se reduce en menopausia. El músculo hace que el gasto energético en reposo sea mejor y por tanto, el consumo calórico. Por descontado, no hay que olvidar el cardio”, señala Marimer Pérez.

El porqué y cómo prevenir

Comenta que los hábitos de vida saludables son fundamentales para disminuir el efecto inflamatorio que tiene la caída de estrógenos, responsable del aumento del colesterol “malo” y de los triglicéridos. “Hay un mal metabolismo lipídico y ese colesterol malo puede depositarse en las arterias formando las famosas placas de aterosclerosis. La disfunción endotelial es aquí vital: el estrógeno hace que las arterias sean elásticas y puedan adaptarse a los cambios de torrente sanguíneo, por lo que cuando baja, las arterias se vuelven más rígidas, algo que junto con el aumento de colesterol, supone un riesgo”, dice la ginecóloga.

Según una reciente investigación publicada en la revista ‘Neurology’, la menopausia más temprana y un mayor riesgo cardiovascular son dos factores de riesgo que influyen en los resultados cognitivos en las mujeres. También hay que señalar que la aparición de una menopausia temprana (antes de los 45 años) o el fallo ovárico precoz (previa a los 40 años) pueden incrementar de forma llamativa los riesgos cardiovasculares, pues por cada año de menopausia, antes de los 45 años se incrementa un 3% el riesgo cardiovascular. “Me gustaría haber sabido mucho antes que el cuerpo de las modelos que admiraba no es el que necesita en la menopausia, cuando necesitamos mujeres con más masa muscular. A partir de los 35 y 40 años hay que incidir en los ejercicios de fuerza y dar importancia al descanso. Lo importante es saber que es una carrera de fondo, quizás la maratón más larga que vayas a correr en tu vida. Más vale empezar por cosas sostenibles en el tiempo, es decir: nada de dietas healthy ni de tomar 400 suplementos. Lo oportuno es abogar por la paciencia, la fuerza de voluntad y la resiliencia”, dice Marimer Pérez.

“Se habla poco de la salud cardiovascular, y tampoco se habla lo suficiente de que más del 50 % de mujeres de 60 años tendremos osteoporosis si no nos cuidamos, algo que te invalida y te hace una mujer dependiente. Hay que hablar de una mujer funcional, que se puede mover y que puede subir sus maletas, porque las que más vamos a cuidar de nosotras somos nosotras mismas. El autocuidado no es acto de egoísmo, sino un acto de amor hacia ti y hacia los demás, porque hace que seas una mujer no dependiente”, añade.

Es vital recordar que la menopausia es una etapa más de la vida y que al ser su llegada inevitable, resulta primordial adoptar cuanto antes unos hábitos de vida saludables que harán que en el futuro, mirar hacia el pasado no suponga una mirada de orgullo y agradecimiento. El autocuidado no es un capricho: es calidad de vida.

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