La reina Letizia ha vuelto a dar un golpe de efecto con su vestuario. En su última aparición en Oviedo esta mañana, donde ha viajado para presidir el acto central del Día Mundial de las Enfermedades Raras en el Auditorio-Palacio de Congresos Príncipe Felipe, ha apostado por un traje de raya diplomática de la firma francesa Sandro, compuesto por una chaqueta cruzada de doble botonadura y pantalones de pierna ancha.
La monarca redefine con esta elección el ‘power dressing’, toda una declaración de intenciones en un contexto donde la vestimenta es también discurso. No se trata de un simple guiño a la moda sartorial, sino de un gesto medido en un terreno donde el vestuario es un lenguaje paralelo. Ni siquiera la lazada era una concesión a lo tradicional.

La reina Letizia junto al presidente de Asturias, Adrián Barbón (i) y el presidente de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER), Juan Carrión (d). EFE/J.L.Cereijido.
No es la primera vez que juega con los códigos, pero sí una de las más evidentes. Ya en otras ocasiones ha aparecido con trajes estructurados y aires de ‘power dressing’, pero la corbata, o su efecto, es un paso más.
Este accesorio, conocido en el mundo de la moda como lavallière, tiene raíces históricas que se remontan a la duquesa de La Vallière en el siglo XVII y fue popularizado en los años 60 por Yves Saint Laurent. Con este gesto, la reina Letizia rinde homenaje a la tradición sartorial masculina e imprime su sello personal. Para completar el look, ha apostado por sus ya conocidos mocasines negros de tacón grueso de Massimo Dutti.

La reina Letizia en un acto organizado por FEDER con el objetivo de visibilizar la realidad de más de tres millones de personas en España, este martes en Oviedo. EFE/J.L.Cereijido.
En la calle, las reacciones han oscilado entre la admiración y la perplejidad. Hay quienes han visto en ella un guiño a la modernidad y quienes han interpretado el gesto como una provocación innecesaria. Pero lo de hoy es otra cosa: no es sólo moda; es una forma de comunicación, y la Reina la utiliza, como siempre, con maestría para expresar su compromiso y empatía hacia las causas que apoya.

Conjunto de Sandro: Chaqueta de mujer de traje a rayas (395 euros) y pantalón recto a juego (245 euros)