MODA

Kris Kristofferson, el icono de la moda ‘country’

Rebeldía, elegancia y talento. No era el típico galán de Hollywood. Su belleza era cruda, despojada de artificios..., y ahí residía la clave de su encanto

Kris Kristofferson y Barbra Streisand en "Ha nacido una estrella" (Frank Pierson, 1977)

El mundo del cine y la música ha perdido a una de sus figuras más icónicas, Kris Kristofferson. Actor, cantante y compositor, encarnaba una masculinidad cruda y sin artificios, tanto fuera como dentro de la gran pantalla.

En sus películas consolidó su imagen de forastero carismático. Papeles como el del piloto renegado en Convoy (1978) o el del músico torturado en Ha nacido una estrella (1976), donde compartió cartel con la gran Barbra Streisand, reforzaron esa aura de tipo duro pero sensible. Su cabello largo y despeinado, la barba ligeramente desaliñada y su predilección por prendas informales pero adecuadas a su carácter definieron una moda masculina que huía del glamour excesivo.

Si hablamos de su estilo, fusionaba como pocos lo mejor de la estética del vaquero estadounidense con ese toque bohemio que se hizo popular en las décadas de 1970 y 1980. Nacido en Brownsville, Texas, en 1936, su conexión con la cultura del Oeste siempre se reflejó en su manera de vestir a través de chaquetas de cuero desgastadas, camisas de cuadros y botas de cowboy que formaban parte de su atuendo diario.

“Ha nacido una estrella” (Frank Pierson, 1977)

Un ídolo del country rock

El Kris Kristofferson de los años 70 era más que un ídolo del country rock, representaba una contracultura que rompía con los moldes de la sociedad conservadora de la época. Fue piloto militar, boxeador y el artista que alcanzó la fama sin comprometer su esencia. Aunque parecía estar al margen de las modas, su forma de vestir se volvía tendencia sin proponérselo; convirtiéndose en uno de los grandes precursores de un estilo que podemos ver hoy en Joaquin Phoenix o Ryan Gosling, quienes, al igual que él, apuestan por una imagen relajada y sin pretensiones. Chaquetas de cuero desgastadas, camisas de franela o denim, y un par de botas bien usadas definían su uniforme diario. En él, lo simple se convertía en sinónimo de elegancia.

Pero gran parte del atractivo de Kris Kristofferson también radicaba en su capacidad de ser dos cosas a la vez: el hombre duro, rebelde y desafiante, y el amante sensible y poético. Conocido como el vaquero moderno, no temía expresar su lado emocional. De hecho, escribió algunas de las baladas más tiernas y melancólicas del country y el rock. Canciones como Me and Bobby McGeesí, fue compuesta en 1969 por Kris Kristofferson y Fred Foster aunque la mayoría la asocia a Janis Joplin- o Help Me Make It Through the Night eran tan desgarradoras como sensuales, y es fácil entender por qué esa combinación conquistaba a tantas (y tantos).

Verlo en pantalla, por ejemplo en su icónico papel en Ha nacido una estrella (1976), era presenciar esa misma dualidad. Interpretaba al músico atormentado, un hombre atrapado entre el éxito y la autodestrucción, que amaba intensamente pero también se alejaba. Fuera de ella, Kris Kristofferson nunca dejó de ser quien era. No se dejó arrastrar por las modas ni las expectativas de Hollywood. No buscó la fama, sino que la fama lo encontró a él. Y esa autenticidad es lo más seductor que una persona puede ofrecer.

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