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Kathy Bates, su antes y después tras perder 45 kilos

La actriz de 70 años reapareció en los Premios Emmy espléndida, asegurando, orgullosa, que lleva seis años con un plan de alimentación especial para prevenir la diabetes

“No creo que haya estado tan delgada desde que estaba en la universidad”. Kathy Bates, la renombrada actriz ganadora del Óscar por su papel en Misery y conocida por su actuación en películas icónicas como Titanic, ha experimentado una transformación física espectacular en los últimos años, logrando perder más de 45 kilos. El fin de empezar con esta dieta estricta, allá por 2018, no fue un impulso estético, sino más bien una decisión motivada por la preocupación por su salud y la posibilidad de desarrollar diabetes, una enfermedad con antecedentes familiares.

En entrevistas recientes, la estrella de Hollywood ha hablado con franqueza sobre su viaje hacia un cuerpo más saludable, sus motivaciones para perder peso y los beneficios emocionales y físicos que ha ido experimentando desde entonces. En varias de ellas, ha recordado cómo su sobrepeso afectó su carrera y su bienestar personal, sobre todo durante su participación en la serie Harry’s Law en 2011. En ese momento, la actriz estaba en su punto más alto de peso, algo que, ha asegurado, dificultaba su capacidad para trabajar de manera eficaz. En concreto, durante una entrevista con Variety, compartió que por aquel entonces se sentía “físicamente agotada”, tenía que sentarse constantemente y le resultaba muy complicado caminar.

“Misery” (Rob Reiner, 1990)

La situación, además de afectarle a su salud física, impactaba, según ha confesado, en su autoestima. De hecho, en esa época, Bates, que ya era una de las actrices más queridas y respetadas de la industria, sentía que su sobrepeso se estaba convirtiendo en una barrera en su vida profesional. Aunque seguía obteniendo papeles, notaba que su estado físico limitaba su capacidad para desempeñar su trabajo al máximo. Sin embargo, más allá de los efectos en su carrera, lo que verdaderamente la impulsó a tomar acción fue el temor a desarrollar diabetes, una enfermedad que había afectado a varios miembros de su familia.

En una entrevista con Extra en 2019 reveló que el diagnóstico inminente de esta enfermedad le aterrorizó. Se dio cuenta de que debía tomar medidas urgentes para mejorar su salud y evitar seguir el mismo camino que algunos de sus seres queridos. Según Bates, uno de los cambios más importantes en su vida fue aprender a escuchar a su cuerpo y moderar su ingesta de alimentos. En concreto, un consejo clave que recibió de su sobrina fue prestar atención a las señales corporales y a ese suspiro involuntario que ocurre alrededor de 20-30 minutos después de empezar a comer. Este suspiro, según explicó Bates, es una forma en la que el cuerpo indica que ha comido lo suficiente. Al aprender a identificarlo, la actriz pudo controlar mejor sus porciones y evitar los excesos, lo que fue clave en su proceso de pérdida de peso.

“Tomates verdes fritos” (Jon Avnet, 1991)

La pérdida de peso también le ayudó en su lucha contra el linfedema, una condición que desarrolló después de su tratamiento contra el cáncer. El linfedema es una hinchazón dolorosa de las extremidades, causada por un bloqueo en el sistema linfático, que suele aparecer tras la cirugía de ganglios linfáticos.

En su caso, la reducción de peso alivió notablemente los síntomas del linfedema, brindándole calidad de vida. A pesar de los desafíos de vivir con linfedema, la protagonista de Tomates Verdes Fritos ha utilizado su experiencia para abogar por una mayor conciencia sobre esta condición.

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