El anillo de compromiso que el príncipe Guillermo entregó a Kate Middleton en 2010 no es una joya cualquiera. Se trata del mismo anillo que Carlos de Inglaterra ofreció a Diana Spencer en 1981: una pieza de 18 quilates de oro blanco con un zafiro azul de Ceilán de 12 quilates, rodeado por 14 diamantes, diseñado por la casa Garrard. Desde entonces, se ha convertido en uno de los símbolos más reconocibles de la realeza británica.
Sin embargo, en un vídeo publicado hace unos días en la cuenta oficial de Instagram de los príncipes de Gales, los seguidores notaron la ausencia del icónico anillo en la mano de Kate Middleton. En su lugar, la princesa lucía un discreto anillo, algo que ha generado diversas interpretaciones sobre el significado de este cambio.
Según informa la prensa británica, esta decisión podría tener un doble propósito. Por un lado, al no llevar una joya tan reconocible, la futura reina de Inglaterra podría estar buscando que el público se enfoque más en el mensaje del vídeo –centrado en la naturaleza y el bienestar mental– que en su persona.
Pero, por otro lado, y tras su reciente tratamiento médico, la princesa podría estar optando por un estilo más sobrio y simbólico, reflejando un cambio en sus prioridades personales.
No obstante, esta decisión también ha reavivado antiguas leyendas sobre una supuesta “maldición” asociada al anillo. Algunos creen que el zafiro azul, relacionado en astrología con el planeta Saturno, atrae energías kármicas negativas, como infidelidades y divorcios. Esta teoría se basa en las dificultades matrimoniales que enfrentaron tanto a Lady Di como, según rumores, la propia Kate Middleton.
A pesar de las especulaciones, no hay confirmación oficial sobre el motivo detrás de la decisión de Kate Middleton. Lo que es evidente es que, al dejar de lucir el anillo, la princesa ha generado un debate sobre la carga simbólica de las joyas y cómo estas pueden reflejar momentos personales y emocionales en la vida de quienes las portan.
En cualquier caso, el anillo de compromiso de Lady Di continúa siendo una pieza cargada de historia y significado, cuya presencia -o ausencia- en la mano de Kate Middleton seguirá siendo objeto de atención y análisis.