Vulnerabilidad o armadura. Arte u ordinariez. Sensualidad o pornografía. La desnudez se presta a un doble rostro según la intención. Evolutivamente, la falta de pelaje nos hizo adoptar la vestimenta y con la desnudez nació la vergüenza. ¿Qué experimenta Bianca Censori cuando aparece sin ropa con su marido Kanye West? En la alfombra roja de los Grammy, la modelo australiana parecía seguir órdenes del rapero cuando se despojó del abrigo de piel y se mostró con un vestido al desnudo. ¿Arte viviente o abuso? ¿Pasión creativa o degradación de la mujer? Las opiniones, a medida que han ido pasando los días, cada vez están menos divididas.
Del asombro se ha pasado al estupor. La imagen de Bianca despierta incomodidad. Su desnudez no es la de otras famosas que han paseado por las alfombras rojas con transparencias atrevidas. No hay en ella nada sugerente, ni siquiera coqueteo o gesto juguetón, sino desasosiego. Y esa inquietud es reveladora en su rostro inexpresivo, en la falta de brillo en sus ojos, en la ausencia de una mueca que delate que encuentra placer o comodidad en su desnudez. El resultado no es estéticamente bello, sino que nos dirige la mirada a Kanye, que se regodea con la impresión que está causando.
Dio ejemplo de su fanfarronería en sus redes sociales cuando apenas habían pasado 48 horas desde su expulsión del evento. “Mi esposa es la persona más buscada en Google en el planeta Tierra”, escribió en su cuenta de Instagram. Enseguida lo borró, igual que ha hecho con otros posts que ha ido escribiendo y eliminando desde la noche de la ceremonia. La periodista Meghan McCain, hija del senador fallecido John McCain, que también sufrió su acoso durante un tiempo, condenó el comportamiento del rapero con unas palabras que no tardó en borrar: “Es un pedazo de basura repugnante y vil y su esposa parece una víctima y una rehén”.
De su obsesión casi pornográfica por mangonear el vestuario de las mujeres que van pasando por su vida han hablado algunas de sus parejas, como Amber Rose, con quien mantuvo una relación de dos años, o Julia Fox, con la que vivió un breve romance. En sus memorias Down the Drain, esta última describió esta costumbre como una “táctica de manipulación”. De todo ello fue testigo el diseñador japonés Yohji Yamamoto, que recibió el encargo de rehacer las prendas de su colección con la talla de su ex Kim Kardashian. Era algo que ella odiaba, pero la famosa socialité juega en otra liga.
Bianca no habla. Es difícil saber qué piensa de su desnudez, aunque parece que forma parte de una performance marital ideada exclusivamente por su marido, la representación más burda y directa de dominación sexual en una relación claramente asimétrica. Siempre aparece con Kanye y sin apenas ropa. Un body transparente sin cubrir los senos en un restaurante, tanga sin pantalón en el lujoso hotel Chateau Marmont, short minimalista y top transparente sin sujetador en el cine. Él la manosea y le exige favores sexuales en público. Una empresa de alquiler de barcos en Venecia le vetó después de ser fotografiados en actitud obscena en septiembre de 2023.
La desnudez de Bianca contrasta con la figura opaca del rapero, siempre cubierto con ropa de talla XL y gafas oscuras que ocultan su rostro. La imagen perversa, casi repugnante, es la de un hombre que seduce a la dama y goza exhibiéndola desnuda en público simplemente porque la considera suya y la esculpe a capricho. Es su proyecto, su fantasía pornográfica cada vez menos sutil, su muñeca viviente. Esta forma de BDSM en la edad de oro de la permisividad sexual pervierte cualquier relato romántico. No es un juego doméstico para divertirse en la intimidad, sino una relación de control espeluznante que parece romper cualquier límite de cordura y consentimiento.
Según la crítica, al rapero, de 47 años, se le ha agotado el talento y este podría ser un reflejo de su declive creativo. Con 24 premios Grammy y más de 160 millones de discos vendidos, ha sido un icono en la industria musical, pero cualquier atributo ha ido quedando aplastado en los últimos años por su comportamiento errático, sus declaraciones antisemitas y sus excesos. Al menos dos mujeres le han demandado por agresión sexual. Una es una modelo de un vídeo musical a quien sometió a un extraño ataque mientras le gritaba: “Esto es arte, esto es jodido arte”. La otra es una antigua asistente que le acusa de agredirla sexualmente en repetidas ocasiones, una de ellas en presencia del rapero detenido Sean “Diddy” Combs.
Padre de cuatro hijos con Kim Kardashian, escapó del entorno humilde en el que nació y se permitió desarrollar una trayectoria musical exitosa e incluso un nombre propio como diseñador de moda. Canta, rapea, escribe y ha creado álbumes muy distintos entre sí. Todo ello derivó en un carácter dominante y en una capacidad de influencia que se tradujo en ventas de su música y ropa. En su defensa, dicen que sigue sin superar su ruptura con Kardashian, cuyo matrimonio duró de 2014 a 2022. En enero de 2023, se casó con Bianca, aunque la boda podría no estar reconocida legalmente. Durante un tiempo hizo de la vida de su exmujer un auténtico infierno, seguía refiriéndose a ella como su esposa y se resistía a firmar los papeles del divorcio.
Proyecta sobre sus mujeres la necesidad de seguir manteniendo una identidad única, de seguir siendo reconocido por su singularidad. Desde la pérdida de su madre, su gran soporte emocional, son su punto de apoyo vital. Sus fans le acusan de maltratarlas psicológicamente y de comportarse con ellas de un modo tóxico, abusivo y narcisista. Kanye le reza a Dios en sus canciones y pide su perdón, pero difícilmente encontrará absolución. Representa el estereotipo de masculinidad que creíamos a punto de extinguirse. No ama a las mujeres, sino que las toma como un objeto de su propiedad. Es algo que no tiene justificación, ni siquiera por su reconocido trastorno bipolar.
“Tenía un montón de problemas no resueltos con los que estaba lidiando. Parecía que tenía mucho en lo que trabajar, y yo no tengo tiempo ni energía para eso. No tengo la capacidad emocional para ello porque tengo que centrarme en mi vida y mi hijo”, declaró la actriz Julia Fox después de romper con él. Bianca Censori, arquitecta, además de modelo, y con un futuro prometedor en el diseño de interiores, no es ni sombra de la mujer fuerte e independiente que era antes de conocer al rapero.
¿Qué será lo siguiente que tiene pensado para ella? ¿Tal vez un burka? Su propia madre, Alexandra Censori, sabe que las consecuencias de seguir a su lado serán devastadoras. Hay quien vaticina que no tardaremos en ver un caso judicial de altos vuelos o unas memorias donde relate los años de abuso. Pero quienes presenciaron la ruptura con Kim Kardashian saben que escapar de él no es fácil, no al menos sin pagar un alto costo emocional.