MODA

Kamala Harris: en busca de un nuevo estilo para el poder

Género, compromiso y diversión: esto es todo lo que nos cuenta con su forma de vestir la candidata demócrata

El estilo de Kamala Harris

Conseguir relanzar las esperanzas demócratas en un mes es un trabajo que no muchos confiaban que lograra Kamala Harris. La vicepresidenta de Estados Unidos ha visto cómo en las últimas semanas pasaba de ser considerada como una más de las candidatas a reemplazar a Joe Biden a la esperanza del Partido Demócrata. Con ello, además, el mundo ha conocido al talante y la personalidad de esta mujer que, como le suele pasar a los VP americanos, ha tenido un perfil mucho más discreto durante los cuatro años de la Administración Biden.

Este nuevo protagonismo que tiene en la política internacional Kamala Harris hace, por tanto, que su imagen pública se cuide más todavía si cabe y ella, que ha demostrado sus altas capacidades durante toda su vida, no descuida tampoco este apartado. A ella le toca lidiar, eso sí, con el papel de mujer en un territorio principalmente masculino (si accede a la Casa Blanca, será la primera mujer en la historia que lo haga) y ahí todavía hay un estilo que marcar.

Sabemos cuál es el estilismo que se le atribuye a una Primera Dama. Lo hemos visto con todas las mujeres de los presidentes americanos, algunas más volcadas en la moda, como han sido los casos de Jacqueline Kennedy, Michelle Obama o Melania Trump, y otras apostando por un papel más conservador a la hora de vestir, como han sido Jill Biden o Laura Bush. Pero, ¿cómo debe de vestir una mujer que se sientan en el despacho oval? ¿Puede permitirse esos coqueteos con la moda o debe apostar por un estilo “power dressing”?

Lo cierto es que Kamala parece buscar un nuevo lenguaje a la hora de enfrentarse a esta decisión. Si bien es cierto que en su armario son populares, sobre todo, los trajes (rara vez la vemos con falda), en ellos busca siempre cierto aire de feminidad, ya sea buscando una silueta algo más relajada (e, incluso, con algún pantalón campana) o combinándolos con blusas fluidas con grandes lazadas, que parecen ser sus favoritas. Chloé parece ser la firma predilecta en estos momentos para la vicepresidenta americana, ya que es la marca que ha firmado varios de sus últimos outfits, como fue el del pasado jueves, un elegante diseño a medida realizado en azul oscuro que escogió para aceptar la nominación del Partido Demócrata para ser la candidata a la presidencia de Estados Unidos.

 

La elección de esta firma no ha dejado de sorprender, ya que Harris siempre se ha caracterizado por apoyar la moda estadounidense. Por ejemplo, en 2021 para los diversos actos durante su toma de posesión la vimos vistiendo diseños de Christopher John Rogers, Sergio Hudson y Pyer Moss, los tres diseñadores independientes negros. Para su discurso tras la victoria electoral de Biden, escogió un traje de Carolina Herrera en blanco, el color de las sufragistas, en lo que se entendió como un claro guiño a los derechos femeninos. Tom Ford o Michael Kors también han tenido un hueco en su armario en los últimos años. Ahora, en cambio, parece apostar por la maison parisina, pero lo hace después de que esta haya fichado a Chemena Kamali como directora creativa, justo en un momento en el que el grupo Kering estaba recibiendo críticas por la poca diversidad de género que se podía observar entre los diseñadores de sus firmas.

De todas formas, esta no es la primera vez que vemos a Harris vistiendo alguna firma extranjera. En su armario hay piezas de Valentino y nunca fallan los zapatos de Manolo Blahnik, que al parecer son otro de sus “guilty pleasures”. Para contrarrestar este aspecto tan “high class”, Harris también recurre a las que parece que se han convertido en sus zapatillas por antonomasia: el modelo Chuck Taylor de Converse, con las que incluso posó para la portada de la revista Vogue. Buscando un estilo informal que atraiga también a un público joven, hace unas semanas la vimos también apoyando a la comunidad LGTBIQ+ luciendo una cazadora vaquera de la firma Levi’s con miles de cristales recreando la bandera arcoíris.

 

En esta construcción de un estilo para la candidata a la presidencia, donde vemos cómo los trajes dejan de ser tan encorsetados (como sucedía, por ejemplo, con Hillary Clinton), juega un papel fundamental también el color. Harris apuesta mucho por el monocolor y se presenta delante de su audiencia con trajes azules y marrones, sobre todo. No olvidemos, además, que el azul es el color del Partido Demócrata.

Otro elemento fundamental en su estilo y que parece que le está trayendo algún que otro dolor de cabeza son las joyas. Las perlas son una de sus señas de identidad por varios motivos. El principal, según cuentan, es que ella pertenece a la hermandad Alpha Kappa Alpha, cuyas fundadoras son conocidas como las “twenty pearls” (las veinte perlas). Harris se unió a esta institución en 1986, durante su estancia en la Universidad de Howard y desde entonces ha estado muy vinculadas a ellas. Tanto es así que en su toma de posesión la pudimos ver lucir un collar de perlas creado por Wilfredo Rosado, un protegido de Andy Warhol e hijo de padres emigrantes, y en los últimos tiempos suele lucir al cuello un collar de perlas de doble vuelta diseñado por la creadora Irene Neuwirth.

Ambas piezas cuestan varios miles de dólares, pero la que más polémica ha tenido es el diseño HardWear que luce estos días también de Tiffany&Co. valorado en más de 20.000 euros, aunque algunos medios dijeron que superaba los 60.000. Sea como fuere, lo cierto es que Harris parece una enamorada de las joyas y no tiene problemas en lucirlas. Lo mismo sucede con su Ballon Bleu de Cartier, el que parece ser su reloj favorito.

Lo que nadie puede negar es que la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos nos está enseñando cómo se puede jugar con la moda, cómo se puede generar un discurso, combinar tendencia con un mensaje, reivindicar sus raíces o el trabajo de la mujer, sin dejar de divertirse, porque la moda, a fin de cuentas, está para eso.

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