Las redes sociales de Ivanka Trump llevan tiempo siendo extremadamente parecidas a las de una influencer de estilo de vida que emplea el universo digital para presumir de viajes, familia perfecta y un armario pensado para capturar likes. Si no fuera por su apellido, alguien que desconoce de quién se trata jamás pensaría que es la hija del actual presidente de los Estados Unidos, pues hace dos años, cuando Donald Trump volvió a reactivar su candidatura, hizo saber al mundo que sus coqueteos políticos habían llegado a su fin. “Aunque siempre voy a amar y a apoyar a mi padre, de ahora en adelante voy a mantenerme al margen de la política”, dijo. “Por más que por descontado, nuestras vidas van a cambiar durante estos cuatro años si su padre es presidente, no creo que haya un gran cambio en cuanto a lo que vamos a priorizar”, dijo su marido, Jared Kushner. “Le apoyamos y estamos obviamente orgullosos de él, pero pase lo que pase, nuestra vida va a seguir adelante”, añadió.
“No necesitan entrar en el gobierno”, asegura Vicky Ward, autora de ‘Kushner Inc.’, a ‘New York Times’. “Ya han demostrado, en cierto modo, que el gobierno es realmente un buen negocio para ellos”, asegura. No hay que olvidar que cuando Donald Trump dejó la Casa Blanca, Ivanka Trump y Jared Kushner crearon Affinity Partners, un fondo que como asegura ‘Forbes’, gestiona 925.000 millones de dólares de Arabia Saudita y más de 400 millones de dólares en inversiones de fondos de riqueza en Qatar y Abu Dhabi.
Señalan que aproximadamente 600 millones de dólares en fondos adicionales han procedido de un inversor anónimo y del multimillonario taiwanés Terry Gou, “cuya Foxconn fabrica la mayoría de los iPhones del mundo. Kushner ayudó a negociar subsidios para una fábrica de Foxconn en Wisconsin mientras estaba en la Casa Blanca”. Por eso, en realidad al matrimonio le daba -al menos en términos financieros- igual quién ganara las elecciones, pues el dinero es ya parte de su vida, esa que al parecer, prefieren mantener al margen de la Casa Blanca… Si la victoria electoral se lo permite, claro.
El día de la victoria electoral de Donald Trump, Ivanka apostó por un traje de terciopelo azul que se convirtió en el centro de los debates de los fashionistas, que quisieron ver en el modelo elegido un mensaje en contra de su padre, pues en lugar de haber apostado por un diseño rojo, el color asociado a la política de los republicanos, optó por el azul. Lo que sí es cierto es que Ivanka dejó atrás, al menos para esa fecha tan señalada, el armario del que llevaba tiempo haciendo gala desde que anunció su voluntad de alejarse de la política, un vestidor repleto de prendas más cercanas a las que lleva una celebridad o una estrella de las redes que a las que luce una mujer vinculada a la política. Fuentes cercanas a la pareja aseguraron a ‘The New York Post’ que aunque Ivanka ama a su padre, su presidencia y sus escándalos funcionaron en contra de su vida social. “Muchos amigos les dieron la espalda a causa de las acciones de Donald”, aseguró una fuente al medio. “Ahora tiene una vida estupenda, por lo que no necesita estar en la Casa Blanca para tener una vida mejor”, dijo otra.
El matrimonio dejó su vida en Nueva York, donde las malas lenguas aseguran que dejaron de ser bienvenidos a causa de las polémicas generadas por Donald Trump, para ir a una isla de Florida conocida como “El búnker de los millonarios”, donde viven nombres como Jeff Bezos y Tom Brady. Ahí se dedica a cuidar de sus tres hijos y de su abuela Marie Zelníčková, que tiene 98 años, a hacer labores de voluntariado y a practicar jujitsu con los Valente Brothers (uno de ellos, Joaquim, es el novio de Gisele Bündchen), respiración en Quigong, golf, tenis y guitarra. “Como muchas mujeres hacen, solía centrarme principalmente en cardio, yoga y pilates. Desde que me mudé a Miami, he cambiado mi enfoque al entrenamiento de halterofilia y resistencia”, ha explicado sobre su durísima vida. Sí: hay ironía en mis palabras. “Ahora estoy trabajando con mi marido. Tenemos un terreno en el Mediterráneo y estamos trayendo a los mejores arquitectos y marcas. Serán villas y Carbone nos dará la mejor comida. Es increíble unir todo este talento. Para mí volver a entrenar el músculo del negocio inmobiliario está siendo divertido”, explicó en el podcast de Lex Friedman, profesor e investigador especializado en robótica y machine learning del MIT.
La vida de Ivanka Trump, aunque tras sus palabras pudiera parecer era más cercana al trigo y a la meditación que al glamour, lleva un tiempo siendo la de una celebridad. Acude a los cumpleaños de Kim Kardashian y Bezos y ha hecho de sus redes una exhibición de un estilo de vida que quizás ahora vuelva a dejar atrás, al menos en apariencia o en el espectro digital, los brindis de champán para regresar a los trajes de businesswoman… Aunque por su bien, esta vez, en rojo.