Halle Berry devuelve a Adrien Brody su icónico beso en los Oscar 22 años después

En 2003, el actor se llevó dos cosas de la gala de los Oscar: una estatuilla por 'El pianista' y el beso más comentado de la historia de la ceremonia. Ahora, Berry contraataca: "Te lo debía"

En la memoria de Hollywood hay besos que quedan grabados en la retina del público como una escena de cine. El de Clark Gable a Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó o el de Peter Parker y Mary Jane bajo la lluvia en Spider-Man. Y después está el de Adrien Brody y Halle Berry en los Oscar de 2003, un beso que no estaba en el guion y que nadie vio venir, ni siquiera la actriz que lo recibió en pleno escenario del Kodak Theatre.

Aquel instante se convirtió en historia del cine por inesperado. Brody, eufórico tras ganar el Oscar al Mejor Actor por El pianista, atrapó a Berry por la cintura y le plantó un beso que dejó al público entre la ovación y la sorpresa. Ella, atónita, apenas tuvo tiempo de reaccionar. La imagen se convirtió en un icono de la ceremonia, se replicó en millones de memes cuando los memes eran apenas un lenguaje en formación, y con los años pasó de ser una anécdota graciosa a un tema de debate en la era del consentimiento y la corrección política.

El tiempo, como en el cine, siempre se reserva un giro de guion. Y en 2025, 22 años después, la historia tuvo su segunda parte. La noche del 2 de marzo de 2025, los focos de los Oscar iluminaban a Halle Berry en la alfombra roja con la misma majestuosidad de siempre. Llevaba un vestido que parecía un homenaje al Oscar que ganó en 2002 y, al parecer, un plan en la cabeza. Adrien Brody, nominado de nuevo por The Brutalist, cruzaba la alfombra cuando la vio. Se saludaron con la calidez de quienes comparten una historia en la cultura pop, un saludo que cualquier otro año habría sido solo eso: un cruce de miradas, un apretón de manos, un “qué bien verte”.

Pero Halle Berry tenía otros planes. Sin previo aviso, sujetó el rostro de Brody con ambas manos y le estampó un beso en la boca. No un beso tímido ni un roce casual: un beso de venganza, medido al milímetro, con el punto justo de teatralidad y revancha. La escena fue como un espejo del pasado, solo que esta vez con los papeles invertidos.

El público enloqueció. Los fotógrafos capturaron el momento como si asistieran a una reedición de la historia. Brody, con los ojos abiertos de par en par, se quedó unos segundos procesando la jugada. Cuando Berry se separó, le guiñó un ojo y le dijo, entre risas: “Te lo debía”.

Las redes sociales hicieron su trabajo. En cuestión de minutos, los titulares comenzaron a aparecer: “Halle Berry devuelve el beso a Adrien Brody” o “La venganza es un plato que se besa en la alfombra roja”. En la sala de prensa, cuando un periodista le preguntó por el momento, ella contestó con ironía: “Yo solo estoy equilibrando el universo”. Brody, que ya había encontrado las palabras tras el shock inicial, bromeó: “Esta vez sí que no me lo esperaba”.

Sea como sea, con la noche de ayer en Los Ángeles quedó claro que las historias nunca terminan del todo, y que, en el gran guion del cine, a veces los capítulos más inesperados se escriben fuera de la pantalla. Y si se escriben con un beso, mejor aún.

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