MACHISMO EN LOS JÓVENES

¿Son los jóvenes más machistas?

Artículo14 debate con las generaciones del futuro: admiten avances, piden despolitizar la causa y coinciden en que queda mucho por hacer

Dice la ciencia que la especie humana ha entrado ya en un nuevo proceso de evolución donde el hombre será un híbrido tecnológico y biológico. Sin embargo, el común de los mortales nos devanamos los sesos por conseguir algo tan puramente lógico y sensato como la igualdad de género. Más vale que lo hagamos antes de que nuestros sesgos pasen a la inteligencia artificial que dominará el mundo. Para saber en qué punto estamos, hemos salido a la calle a preguntar a esa generación Z decisiva, mal llamada generación de cristal.

María, Paula, Jaime, Ángel y Pablo tienen menos de 25 años y se están abriendo al mundo en ámbitos muy diferentes. ¿Representan ya el cambio que queremos ver, ese que hoy se reivindica con motivo del Día de la Mujer? ¿Qué les preocupa realmente? España ha registrado un notable avance en materia de igualdad en los últimos diez años. Así lo cree el 71% de los españoles, según la encuesta del CIS “Percepciones sobre la igualdad entre hombres y mujeres y estereotipos de género”. Y aunque los hombres mayores de 65 son los que más dicen identificarse con el feminismo, son las generaciones jóvenes las que están impulsando el cambio real. No obstante, como veremos, queda mucho por hacer.

Pablo Alcalde

Identificación de micromachismos

Siguen presentes esos pequeños gestos, a veces muy sutiles, que perpetúan roles de género, violencia contra la mujer o hipersexualización. “Cada vez lo veo menos en mi círculo, pero sí en las series, películas y medios de comunicación. Son comentarios y actitudes que hace un tiempo podría considerarse normal y, claramente, hoy nos provocan rechazo”, indica Pablo Alcalde, consultor de datos.

También están en la calle. “Esta mañana mismo -cuenta Jaime Antón, profesional autónomo-, vi cómo un hombre le gritaba a una conductora: ¡Mujer tenías que ser, deberías estar fregando! Estas cosas siempre te hacen pensar y te quedas alucinando”.

Respuesta al machismo

“Nuestra generación cuenta ya con referentes femeninos a nuestro alrededor que transmiten independencia, igualdad y esa necesidad de seguir conquistado libertades. Es algo que ha calado de una forma natural. Esa presencia nos sirve para rechazar de una manera abierta y contundente el machismo”, señala Pablo.

Ángel Ramos, estudiante de ADE, observa ese cambio y, lo que es más importante, una mayor tendencia a no tolerar ciertas actitudes. “Mi generación es más consciente del machismo y los micromachismos, lo que lleva a cuestionar actitudes y comentarios que antes se normalizaban. También en entornos sociales y laborales. Aunque aún persisten ciertas resistencias, el cambio es evidente y sigue en evolución”.

Ángel Ramos

Distribución de las tareas en el hogar

Es el gran caballo de batalla y lo confirma la encuesta de Oxfam Intermón: en la franja de 16 a 24 años, el porcentaje de mujeres que asumen tareas de limpieza (15,2%) duplica al de los hombres (7,8%).  Jaime Antón Sanz, profesional autónomo, reconoce que “persisten los estereotipos en la distribución. Aunque empieza a haber una corresponsabilidad natural, sin necesidad de discusión, hay funciones que siguen asociadas a la mujer, como cocinar, lavar o planchar. En la gran mayoría de las familias, no en todas, es necesario un cambio de mentalidad en los padres. Sí observo un gran cambio, en cuanto a igualdad, en el cuidado de los hijos”.

La opinión de Paula Hernández, profesora en un colegio de Las Rozas, no es muy diferente: “Aunque los estereotipos han disminuido y se busca una distribución más equitativa, todavía persiste la idea de que las mujeres deben encargarse de las tareas del hogar. Es necesario tener una conversación y así mejorar la convivencia. Las nuevas generaciones somos más conscientes de la importancia de la equidad de género y creo que estamos dispuestas a cuestionar y cambiar las normas tradicionales. Aún hay padres muy conservadores que transmiten valores poco evolucionados a sus hijos. De cara a formar una familia, confío en que la igualdad se impondrá de forma natural, aunque siempre habrá ciertos aspectos como la planificación del hogar y las tareas aún puede haber desafíos porque observo que sigue habiendo muchas madres que cargan con la mayor parte del peso tanto en el trabajo como en el hogar”.

Feminismo laboral y comentarios maliciosos

Tanto María, consultora en una agencia de publicidad mayoritariamente femenina, como Paula, que trabaja en el ámbito educativo, indican que no han vivido desigualdad de primera mano, pero sí son conscientes de que ocurre. “En otros sectores y profesiones, el liderazgo y la autoridad se asocia con los hombres”. “He sido testigo de ese machismo con mayúscula”, añade María.

Lo que no evoluciona es la sospecha cuando la mujer triunfa. “Si una mujer llega a un puesto alto o de gran responsabilidad, se cuestiona cómo ha llegado o su forma de haber llegado. Pero veo que el comentario procede de hombres y generalmente mayores”, indica Jaime. También Paula ha sido testigo. “He escuchado comentarios sobre personas que consiguen puestos altos por sus contactos y no por sus méritos. Estos comentarios pueden venir tanto de hombres como de mujeres y de personas de diferentes generaciones”.

María Villa

¿Son necesarias las cuotas?

Tanto Pablo como Paula opinan que se debería valorar “la experiencia, el talento y la formación de cada individuo, independientemente de su género. El puesto debería ser para quien sea más apto”. No obstante, están de acuerdo en que “las cuotas pueden ser una herramienta útil para corregir desequilibrios históricos y garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres”.

Consentimiento y feminismo en las relaciones de pareja

Dar las contraseñas de sus redes sociales es visto como un acto de amor para el 26,9% de los chicos y para el 16,9% de las chicas de 14 a 20 años, según un estudio realizado por la Universidad Castilla-La Mancha. La actitud de nuestros entrevistados, mayores de 20, es diferente. “Nunca compartiría mis contraseñas a menos que yo quisiera hacerlo voluntariamente. No observo esta práctica a mi alrededor. La confianza y el respeto mutuo son fundamentales”. En los mismos términos se expresa el resto de los jóvenes que han participado en este reportaje.

En cuanto al consentimiento en las relaciones sexuales, dice Jaime que su generación lo ha comprendido. “Otra cosa es que lo aplique en situaciones reales”. También Ángel lo ve así, pero matiza: “Hay margen de mejora. Se ha normalizado más la idea de que el consentimiento debe ser claro, mutuo y continuo, pero aún persisten mitos y confusiones. Falta educación”. Es la misma percepción que tiene María. “Hay jóvenes que se declaran feministas, pero no acaban de tener ni idea de qué significa consentimiento”.

Paula Hernández

¿Una mujer sola se sigue sintiendo amenazada?

“Rotundamente, sí -contesta María-. He pasado miedo, incluso yendo con una amiga y ni siquiera de noche. Solo por ser mujer. A menudo me he sentido intimidada por un hombre o un grupo de hombres. Esto provoca que tenga que ir buscando espacios, por ejemplo en el metro, donde hay más mujeres o, al atardecer, lugares más iluminados que me den seguridad”. También Jaime da fe de situaciones que le han compartido con él algunas mujeres que se han sentido “amenazadas al volver de fiesta o incómodas por los comentarios de grupos de chicos”.

Percepción de la violencia de género y denuncias falsas

Uno de cada cinco hombres de entre 15 y 29 años considera que la violencia machista no existe y que es solo un “invento ideológico”, según se recoge en el barómetro sobre juventud y género de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). Nuestros tres entrevistados varones se alzan contra este dato con una afirmación rotunda: “La violencia de género es una realidad”.

“Es innegable -afirma Ángel tajante-. Un problema que debe abordarse con seriedad. Sin embargo, la existencia de denuncias falsas puede generar desconfianza en algunos sectores, aunque estadísticamente sean una minoría. La presunción de inocencia es un derecho fundamental, y es comprensible que algunos hombres sientan temor ante posibles acusaciones infundadas. Es importante encontrar un equilibrio: luchar contra la violencia de género sin comprometer derechos básicos, garantizando siempre un sistema justo para todas las partes”.

Jaime reflexiona sobre el silencio de las víctimas. “Entiendo que muchas mujeres callen por miedo a la revictimización y a las represalias o porque tienen que vivir bajo el mismo techo que su agresor. O tienen un familiar en común. Entiendo también que las denuncias a personajes públicos se hagan de forma anónima o a través de redes sociales como alternativa a la Justicia”.

La lucha feminista es también de ellos

“Siento que debo involucrarme”, declaran Pablo y Jaime. “Creo que aún falta más implicación. La igualdad debería ser un valor fundamental inculcado desde la infancia, tanto en el colegio como en casa. La educación es clave para que las nuevas generaciones crezcan con una mentalidad más equitativa y comprometida con el respeto y la justicia para todos”, añade Ángel.

Jaime Antón

Feminismo sin ideología

Los cinco jóvenes insisten en que es positivo que la política aborde la igualdad, pero sin que ningún partido político se apropie de la lucha. “No estoy de acuerdo -señala Ángel- cuando estos debates se utilizan para enfrentar a hombres y mujeres en lugar de buscar soluciones conjuntas. No es solo una lucha de las mujeres, sino un desafío que nos involucra a todos”.

¿Qué falta para dar el salto definitivo?

Cristina Delgado, psicóloga de Creciendo Juntos, nos ofrece su reflexión final: “A pesar de que los jóvenes tienen una visión más abierta del feminismo, la integración en la vida diaria sigue siendo un proceso en evolución. Las estructuras sociales y culturales tradicionales a menudo dificultan que estos ideales se reflejen en la práctica. Las nuevas generaciones están cada vez más dispuestas a cuestionar las normas establecidas, pero también enfrentan conflictos internos y sociales mientras navegan entre la tradición y el cambio. Estamos en un proceso de cambio crucial que invita a los hombres a redefinir su identidad y a participar activamente en la construcción de una sociedad más equitativa”.

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