Si ustedes pensaban que los jefes de gabinete solo tienen dolores de cabeza por temas personales en España, se equivocan. Pedro Sánchez no es el único que sufre un gallinero revuelto por asuntos de familia.
Ahora le ha tocado el turno a Keir Starmer, premier británico que se ha visto en el ojo del huracán por las dádivas que tanto él como su mujer, Victoria, han recibido por arte del millonario Waheed Alli. En concreto, la “primera dama”, habría recibido más de 5.000 euros para gastos en moda.
La exposición pública que supone un cargo como el de primer ministro en cualquier democracia, obliga sin lugar a duda a tener que tirar de un nuevo armario.
Lo vemos en Francia con Brigitte Macron, que se ha convertido en una de las mejores embajadoras de la moda francesa y, en especial, de la casa Louis Vuitton, y lo hemos visto también en Kamala Harris, de la que ya analizamos su estilo (por cierto, su marido, dando todo un ejemplo, decidió retirarse de toda actividad que pudiera comprometer a su mujer).
En España, la primera dama no lo es tal, porque para eso han estado durante la democracia tanto doña Sofía como doña Letizia, pero siempre ha despertado interés todas las informaciones sobre estas habitantes de la Moncloa.
La historia comenzó con las dos más desconocidas u olvidadas: Amparo Illana, mujer de Adolfo Suárez, y Pilar Ibañez-Martín Mellado, esposa de Leopoldo Calvo-Sotelo. De ellas poco se sabe de sus gustos, más allá de que fueron las primeras encargadas de convertir aquellos espacios en un hogar.
Con Carmen Romero, ex mujer de Felipe González, la cosa cambió. Por una parte, su perfil político la convirtió en un personaje popular y conocido por el público en general. Fue durante su residencia en Moncloa cuando la moda española despegó con la Pasarela Cibeles.
Esto se notó en su vestuario, ya que ella fue durante aquel periodo una mujer vinculada con nombres como Jorge Gonsalves, uno de los diseñadores más conocidos de aquella época y que le hizo lucir algunas de las hombreras más llamativas del momento. Además, la peletera Elena Benarroch también se convirtió ya no solo en una referencia de moda con Romero, sino en la modista del Partido Socialista Obrero Español.
Con la llegada del Partido Popular al gobierno, también cambiaron los gustos en la moda. Con Ana Botella, Roberto Torretta se convirtió en el diseñador de cabecera. La vimos en sus desfiles, pero en su vida Botella no solo ha vestido del argentino. En su época como alcaldesa de Madrid, repitió varios diseños de Lorenzo Caprile y hace poco tiempo dio mucho que hablar al presentarse en una boda luciendo la firma La DoubleJ, una referencia de las mujeres más elegantes del mundo.
Sonsoles Espinosa, por su parte, decidió recuperar a Elena Benarroch en la Moncloa. El estilo cambió por completo: de un corte más clásico y elegante, se pasó a unas propuestas algo más contemporáneas y angulosas, con la firma Maison Martin Margiela como una de las referencias a la hora de vestir. Espinosa, eso sí, nos dejó para el recuero de todos aquellos famosos guantes blancos que Benarroch les colocó a todas las invitadas a la boda de Felipe VI que le pidieron consejo.
Tras las dos legislaturas de José Luis Rodríguez Zapatero, regresó el PP al poder con Mariano Rajoy a la cabeza. Fue entonces el turno de Elvira Fernández, que optó por adoptar un perfil muy discreto, al estilo de Illana o Ibáñez-Martín Mellado. De ella poco se supo, ya que optó por reducir su presencia pública a la mínima expresión.
Nada que ver con Begoña Gómez. La mujer de Pedro Sánchez ha preferido tener un perfil mucho más activo. Dejando de lado su cátedra y su actividad laboral, lo cierto es que ha demostrado tener bastante interés por la moda. De hecho, nos ha dado grandes titulares, apareciendo, incluso, en MBFWM con su marido para presenciar desfiles como el de Teresa Helbig, una de sus modistas de cabecera y de quien ha lucido alguna que otra vez un modelo suyo, o en la exposición de Pedro del Hierro que se puede ver ahora en el Museo Lázaro Galdiano.
Lo mismo ha pasado con Moisés Nieto, Adolfo Domínguez, Pedro del Hierro o Marcos Luengo, que también saben lo que es que la mujer de presidente luzca uno de sus diseños. De Luengo era el vestido verde con el que se presentó en la Alhambra durante la cumbre europea de 2023. Aunque quizás el más comentado fue el diseño de más de 2.300 euros con el que plantó cara a Melania Trump en 2018.
Se trataba de un modelo modificado de la firma Delpozo, que escogió para conseguir acaparar todos los flashes, algo que hizo con creces y que demostró el interés y la importancia de la mujer del presidente del gobierno le da a la moda. Eso sí, en su caso, esta le da menos dolores de cabeza que a su colega británico.