En el mundo de la restauración, hay historias que destacan por su autenticidad y esfuerzo. Entre ellas, la de D’Berto, un restaurante ubicado en O Grove, que se ha convertido en uno de los referentes más importantes de España en pescado y marisco. Sin embargo, su camino al éxito no ha sido fácil, sino el fruto del trabajo incansable de una familia apasionada por la cocina y comprometida con la calidad.
La historia de D’Berto comienza gracias a Lola, una madre excepcional que deleitaba a su familia con su maestría culinaria. Su hija Marisol, heredera de ese talento, tomó el testigo y, junto con sus sobrinos David y Nerea, construyeron un proyecto que hoy está entre los mejores restaurantes especializados en pescado y marisco de España.
El sueño comenzó a tomar forma cuando, con solo 16 años, Berto trabajó en el Gran Hotel de La Toja durante los veranos de 1985, 1986 y 1987. Allí descubrió su vocación por el mundo de la hostelería. Tras finalizar el bachillerato, decidió no continuar estudiando y, junto a unos amigos, se trasladó a Gran Canaria para trabajar como camarero. Aunque allí encontró felicidad, el destino lo llevó de regreso a casa debido a motivos familiares.
De vuelta, Berto ideó un plan: abrir una churrasquería en el bajo del edificio de sus padres. En 1989, con el apoyo de su madre Lola y un crédito de dos millones y medio de pesetas, inauguró su churrasquería el mismo día que cumplió 20 años. Al principio, el negocio era modesto, con pocos recursos y gestionado únicamente por Berto y su madre. Más tarde, su hermana Marisol comenzó a ayudar los fines de semana y, con el tiempo, se convirtió en su socia, consolidando un equipo familiar que trabajaba sin descanso.
El restaurante evolucionó con los años. Inicialmente, la churrasquería se centraba en ofrecer churrasco y menús del día para obreros. Sin embargo, en 2001, los clientes empezaron a demandar más pescados y mariscos. Esto marcó un cambio fundamental en la dirección del negocio.
Uno de los momentos más significativos ocurrió en 2002, cuando un pescadero ofreció a Berto cuarenta kilos de cigala del “cantil”. Estas piezas extraordinarias marcaron un punto de inflexión: Berto decidió especializarse en productos exclusivos del mar. Dejó atrás la carne y se adentró de lleno en el mundo del pescado y marisco. Para 2004, el 80% del menú ya estaba compuesto por estos productos, y en 2006, el restaurante cerró temporalmente para transformarse en una marisquería.
Con esta reinvención, el restaurante empezó a atraer a una nueva clientela. La filosofía era clara: ofrecer solo los mejores ejemplares, preparados de forma sencilla, siguiendo los principios que Lola había transmitido a Marisol. Mientras Marisol lideraba la cocina, los hijos de esta, David y Nerea, se sumaron al proyecto, aportando frescura y continuidad al legado familiar.
El esfuerzo y la calidad de D’Berto comenzaron a recibir importantes reconocimientos. En 2012, fueron mencionados en el programa Cocineros sin Estrella y en uno de los libros de Pepe Ribagorda. Dos años después, Madrid Fusión los nombró la mejor marisquería de España, y en 2018 fueron destacados en el libro Templos del Producto como uno de los 14 mejores restaurantes de producto en España.
Estos logros atrajeron la atención de clientes de todo el mundo, consolidando a D’Berto como un destino gastronómico de referencia. En 2023, obtuvieron el título de segundo Mejor Restaurante Casual de Europa según la guía OAD y fueron reconocidos por la Guía Michelín y la Guía Repsol, donde cuentan con dos “Soles Repsol”.
La clave del éxito de D’Berto está en su apuesta por la calidad suprema. El menú incluye platos emblemáticos como el bogavante frito, las nécoras a la sal, percebes, camarones, cigalas, virrey y mero del Atlántico. Todos los ingredientes son seleccionados minuciosamente en las lonjas para garantizar estándares de excelencia.
Además, cada plato se prepara con un toque sencillo pero magistral, dejando que el producto brille por sí mismo. Esta filosofía ha conquistado a críticos y comensales, pero lo que más valoran en D’Berto es el cariño y la gratitud de sus clientes.
D’Berto no es solo un restaurante, sino un proyecto familiar que refleja el esfuerzo de varias generaciones. Desde los principios humildes de Berto y su madre, hasta la participación de Marisol, David y Nerea. Cada integrante ha contribuido a construir un legado que hoy es sinónimo de calidad y excelencia.
A pesar de los numerosos premios y reconocimientos, para ellos, el verdadero éxito radica en la satisfacción de quienes visitan su casa. Siguen trabajando con la misma pasión que al principio, manteniendo intacta su esencia y su compromiso con el mejor pescado y marisco de Galicia.
Así, D’Berto ha demostrado que, con esfuerzo, dedicación y amor por la cocina, es posible alcanzar la excelencia y convertir un restaurante en un destino gastronómico único.
Empanada de centollo
Para el sofrito:
Ingredientes:
- 1 centollo de 1,5kg cocido y desmenuzado
- 3 puñados de sal gruesa
- 500g de cebolla picada
- 1 pimiento rojo picado
- 4 cucharadas de tomate natural
- 2 cucharadas de sal fina
Elaboración:
- Cocemos un centollo de 1 kilo y medio en agua.
- Una vez cocido, dejamos que se enfríe, sacamos toda su carne, la desmenuzamos y reservamos.
- Pelamos y picamos 6 cebollas muy finas.
- Y lo mismo con los dos pimientos y los dos tomates.
- A continuación, en una cazuela, pochamos las verduras en aceite de oliva, añadimos un puñadito de sal y lo dejamos enfriar.
- Escurrimos el aceite y mezclamos con la carne del centollo.
- Reservamos.
Para la masa:
Ingredientes:
- 600g de harina blanca de trigo
- 1 cucharada de sopera de sal fina
- 75g de levadura natural
- 6 huevos
- 200g de manteca de cerdo
- 200g de mantequilla
- 300cl de agua caliente
Elaboración:
- Para la masa, en un recipiente mezclamos la harina con la grasa de cerdo y una cucharada de mantequilla.
- Añadimos los 6 huevos, los 50g de levadura y trabajamos la mezcla con las manos hasta conseguir una textura blanda y esponjosa.
- En una superficie plana, estiramos bien la masa.
- Untamos aceite de girasol sobre papel vegetal y colocamos la masa estirada en la bandeja de horno, con el papel vegetal de base para que no se pegue al poner el relleno.
- Estiramos también la capa de arriba, colocamos el relleno en la masa base y ponemos la segunda plancha de masa por encima.
- Cerramos bien para que no se escapen los jugos.
- Batimos 2 huevos y bañamos la empanada con un pincel.
- Metemos la bandeja en el horno a 180º unos 20 minutos.