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Elon Musk y sus bebés a la carta: un planeta solo para hombres

Su hija Vivian se rebeló contra el sexo masculino que le asignó su padre en el proceso de fecundación in vitro y ahora denuncia su plan para procrear solo hombres. ¿Qué países lo permiten?

El cerebro de Elon Musk es fantasía exaltada. Tan capaz de idear túneles que conectan galaxias como de modelar el futuro de la humanidad con su propio ejemplo expansivo de natalidad. Lo inquietante no es el número de hijos que trae el mundo, ni siquiera ver corretear al pequeño Lil X, de cuatro años, detrás de Donald Trump o a su lado en el Despacho Oval, sino su ingeniería reproductiva. Sirva de ejemplo el nombre inicial del niño, X Æ A-Xii. Tan enigmático como el de la mayoría de sus otros 13 hijos.

Si damos veracidad a las palabras de su hija Vivian Jenna Wilson, la hija trans de 20 años, el magnate estaría haciendo un uso selectivo de la fecundación in vitro (FIV) con el fin de procrear solamente varones. La joven aviva así un rumor que viene de lejos. Tanto ella como como sus cinco hermanos por parte de madre, Justine Wilson, nacieron por FIV y a todos se les asignó sexo masculino. Vivian, anteriormente, Xavier, nació al mismo tiempo que su hermano Griffin. En 2022 solicitó legalmente cambiar el nombre y su género.

La hija rebelde de Musk desea que el mundo entero conozca el propósito fallido de su padre. “El sexo que me asignaron al nacer fue una mercancía que se compró y se pagó. Así que cuando era una niña femenina y me declaré transgénero, estaba yendo en contra del producto que se vendía”, publicó hace unos días en Threads, la red social de Mark Zuckerberg. “Esta expectativa de masculinidad contra la que tuve que rebelarme toda mi vida era en realidad una transacción monetaria”.

Elon Musk / EFE

Esta vez el magnate no se ha pronunciado. Ya se despachó a gusto cuando denunció, hace unos meses, que su hijo Xavier había sido asesinado por “el virus de la mente progresista”. Más allá de la refriega paterno filial, Vivian ha abierto un interesante debate sobre la reproducción asistida con componentes éticos, legales y biológicos. Científicamente, la posibilidad de determinar el sexo del embrión incluso antes de su implantación es una realidad gracias al diagnóstico preimplantacional (DPI), una biopsia entre el tercer y día de desarrollo in vitro. Permite detectar alteraciones cromosómicas y genéticas en los embriones obtenidos en el laboratorio, además de conocer el sexo del futuro bebé.

Ahora bien, ¿es legal darle un fin caprichoso? ¿Y ético? En España, como en la gran mayoría de los países, la selección de género está prohibida, salvo en casos excepcionales para evitar la transmisión de anomalías genéticas desencadenantes de enfermedades graves y asociadas a un determinado sexo. Por ejemplo: la hemofilia o la distrofia muscular de Duchenne, que sólo afectan a los hombres. La ley 14/2006 de 26 de mayo sobre técnicas de reproducción humana asistida considera infracción muy grave “la selección del sexo o la manipulación genética con fines no terapéuticos o terapéuticos no autorizados”.

La legislación es más permisiva en Estados Unidos y en lugares como la isla mediterránea de Chipre, donde algunas clínicas privadas ofrecen la selección de sexo sin que exista una razón médica. El riesgo más inmediato es que se abra una puerta al turismo de fertilidad para padres obsesionados con el sexo de su hijo. Y esta posibilidad sería solo una de muchas, como el color de ojos, el coeficiente intelectual, la estatura. Ni sospechamos los avances genéticos. El problema es el uso que se haga de ellos.

Como hemos visto a raíz de las declaraciones de Vivian, las dudas se disparan. ¿Solo los millonarios podrán optimizar su descendencia? ¿Es ético mercadear con los bebes, como dice la hija de Musk? “Una transacción monetaria”, repite hasta tres veces y en mayúsculas. “¿Cómo diablos es eso legal?”

Las limitaciones que fija la ley en la mayoría de los países europeos, reservando la opción de la selección para patologías genéticas hereditarias ligadas al sexo, tienen aparejadas duras sanciones en caso de vulneración. En España, el organismo competente, la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida, dependiente del Ministerio de Sanidad, vela por su cumplimiento.

¿Qué ocurriría si nos dieran carta blanca para elegir el sexo del bebé? De la acusación lanzada por la hija de Elon Musk se deduce que, si por él fuera, habría claramente primacía masculina. No obstante, no deja de ser un caso infrecuente, insuficiente para provocar un desequilibrio demográfico. El único anhelo de las parejas que recurren a la reproducción asistida es un hijo sano.

En cualquier caso, a Vivian no le falta razón cuando habla de mercadeo. Según Jeffrey Steinberg, fundador de Institutos de la Fertilidad, una red de centros de fertilidad que promueven la selección de género, color de ojos o estatura, el negocio recauda en Estados Unidos unos 500 millones de dólares anuales. Con sus valientes palabras, la hija de Musk nos hace pensar si la conciencia crítica será capaz de dar los mismos pasos de gigante.

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