ESTILO 14

Amordazada, a punta de pistola y un robo millonario: Kim Kardashian revive su noche más oscura

Nueve años después de ser atada y despojada de sus joyas -valoradas en 10 millones de dólares- por un comando de abuelos ladrones en un hotel parisino, Kardashian vuelve a la capital francesa para mirar a los ojos a sus asaltantes

Han pasado casi nueve años, pero la imagen sigue congelada como una instantánea maldita: un hotel de lujo en París, hombres disfrazados de policía, una puerta forzada, una mujer amordazada y a punta de pistola. La madrugada del 3 de octubre de 2016, en el Hôtel de Pourtalès, Kim Kardashian dormía con sueño ligero. La capital francesa, que ya era de noche y siempre un poco de película, guardaba en sus esquinas a unos actores que parecían sacados de un casting equivocado: tipos de más de setenta años, entradas pronunciadas, andares cansinos.

Entraron vestidos de policía, subieron en ascensor como quien va a entregar una pizza y, en la habitación de Kardashian, en apenas siete minutos, se llevaron diez millones de dólares en joyas, incluyendo el anillo de compromiso con el que Kanye West había prometido amor eterno y que, irónicamente, terminó en un bolsillo desconocido rumbo a Bélgica.

Foto de archivo de Kim Kardashian. EFE/EPA/DAVID SWANSON

Ahora, casi una década después, París ha montado su propio teatro para juzgar los hechos. El juicio, que empieza este 28 de abril entre flashes, y se espera que concluya el 23 de mayo, tiene la sensación de ser el epílogo de una novela que ya se ha contado demasiadas veces: la del golpe maestro, ejecutado no por adolescentes musculados sino por veteranos de guerra que cambiaron la trinchera por el Rolex.

La justicia francesa la llama a testificar a ella también. Será el 13 de mayo, frente a un grupo de hombres que rondan los setenta y a los que la prensa ha bautizado como “los abuelos del crimen”. Kardashian, que ha vendido su vida capítulo a capítulo, tendrá que relatar en público el único episodio que preferiría no haber protagonizado jamás.

Doce acusados estarán en el banquillo, aunque falta uno: Marceau Baum-Gertner, el supuesto cerebro que debía recolocar las joyas robadas, y que murió en marzo, llevándose a la tumba secretos que ya nadie podrá interrogar. Entre los presentes, Yunice Abbas -el vigilante aquella noche-, que ahora pide perdón en entrevistas y firma libros contando cómo fue robar a una Kardashian.

Mientras tanto, la hermana más famosa de las Kardashian sigue arrastrando aquel asalto como un trauma caro: desde entonces, su exposición pública ha cambiado, sus joyas viajan más custodiadas que nunca -si es que se atreve a volar con ellas- y ha asegurado en varias ocasiones que desde aquel susto “nunca volvió a ser la misma”.

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