Hay algo poderoso en el regreso de una estrella que ha conocido el abismo. Lindsay Lohan fue una de las figuras más prometedoras de los años 2000, y ahora ha vuelto para ocupar un lugar en nuestras vidas. Pero esta vez no lo hace con la furia desenfrenada de la fama adolescente ni el caos mediático que marcó sus veintes con varios capítulos clave.
En 2007 fue arrestada por conducir bajo los efectos del alcohol y posesión de drogas, marcando el inicio de una serie de enfrentamientos con la justicia. En 2010, violó los términos de su libertad condicional y fue condenada a 90 días de cárcel, aunque cumplió sólo 14 días.
Tras un período largo de silencio y un retiro que muchos consideraron definitivo, Lohan vuelve al séptimo arte con Nuestro Secretito, una comedia romántica navideña de Netflix que ha encontrado su público. En la película, la actriz interpreta a Avery, una mujer enfrentada a situaciones tan incómodas como divertidas durante una Navidad rodeada de familia, secretos y amores pasados. No es un peliculón ni mucho menos, y su guion es previsible y roza lo absurdo, pero sí entra en la categoría de “qué ver” cuando buscamos algo fácil que nos distraiga un par de horas del mundo real.
Lindsay Lohan en ‘Nuestro Secretito’. Cortesía Netflix
Mientras su carrera resurge, su vida personal también ha florecido. A los 38 años, es madre de Luai, un niño que llegó al mundo en 2023 y que, según ha declarado en entrevistas recientes, le ha devuelto la “chispa”. Casada con el empresario Bader Shammas, con quien mantiene una relación sólida y alejada del escrutinio mediático, disfruta de una estabilidad que parecía inalcanzable en el apogeo de su fama, cuando era perseguida por paparazzi y juzgada por cada paso en falso.
De las luces al abismo (y vuelta)
En su reciente aparición en The Today Show, Lohan habló con una sinceridad que contrasta con la imagen de misterio que construyó durante sus años en la cima de Hollywood. “Ser madre es un mundo completamente nuevo”, explicó. Pero Lohan no es ajena al escrutinio público. Fue una de las figuras más reconocidas de los años 2000 gracias a éxitos como Tú a Londres y yo a California y Chicas Malas, aunque su carrera se desvió cuando los escándalos personales y las luchas con las adicciones comenzaron a ocupar más titulares que sus logros profesionales. Durante años se convirtió en un símbolo de la fragilidad que puede acompañar a la fama temprana.
‘Chicas Malas’ (Mark Waters, 2004)
En los últimos años, el panorama parece haber cambiado. Hollywood ha comenzado a redescubrir a sus iconos femeninos, ofreciendo nuevas oportunidades a quienes alguna vez fueron descartadas. Pero el regreso de Lohan es también fruto de su propio trabajo interno. A lo largo de la última década ha reconstruido su vida, redefiniendo lo que significa para ella el éxito.
En 2021 sorprendió al público al anunciar su matrimonio con Shammas, este financiero de Dubái con quien ahora comparte una vida tranquila lejos de las cámaras. Lindsay Lohan por fin había encontrado la paz en una rutina discreta, en su papel de mujer y, más tarde, de madre; haciendo las paces con su pasado.