HISTORIAS DE VERANO

Detrás de una instagrammer siempre hay un gran hombre

Tener un compañero o compañera de vida hace que las personas se sientan más predispuestas a alcanzar sus metas

Marie Curie y su marido, Pierre Curie; un matrimonio de químicos, ganadores del Premio Nobel de Física

Estos días me encontraba esperando a unos familiares a las puertas de un museo, sin batería en el móvil y con 40 minutos de espera por delante me dediqué a observar a mi alrededor. De repente, mi atención se detuvo en una pareja que estaba tomando fotos en los jardines; bueno, él le hacía las fotos a ella. De un ángulo, de otro, sentada, de pie, dando saltos, con las piernas cruzadas, sin cruzar… y de cada postura una serie de frente, de perfil, de espaldas, con gafas de sol, sin gafas de sol. Así, alrededor de unos 30 minutos. En ese momento se me vino a la mente la típica frase: “Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer”. Obviamente, por asociación pero a la inversa.

La profesión de instagrammer requiere de alguien que te tome muchas fotografías para captar tu mejor versión al tiempo que te acompañe a lugares exclusivos, icónicos, para dichos posados. Esa persona suele ser tu pareja, pues dudo que un amigo o familiar se preste a tener esa infinita paciencia y admiración hacia la persona fotografiada. Volviendo al momento en el museo, me pareció una escena muy tierna e inspiradora sobre cómo han cambiado los roles y ahora, por fin, es muy normal que en una relación el hombre apoye a su pareja para alcanzar sus objetivos sociales y retos profesionales.

Es por todos sabido que la Historia ha arrebatado en innumerables ocasiones a las mujeres su papel en la cultura y en la sociedad en general, ocultadas tras las sombras proyectadas por sus parejas. Hubo excepciones. Mujeres que alcanzaron el éxito al lado de un hombre, y que no habrían llegado a conseguir sus merecidos reconocimientos sin el apoyo y generosidad de sus parejas. Y ellos, quizás, tampoco lo habrían logrado sin ellas.

Es el caso de la gran Marie Curie, primera mujer en recibir un Premio Nobel por sus descubrimientos y aportaciones al mundo de la ciencia. Fue su marido y compañero de investigación, Pierre, quien dijo que rechazaría el Nobel si no se reconocía el trabajo de Marie. En respuesta a este reclamo la incluyeron en la nominación. El papel de Pierre en la obra científica de Marie es de suma importancia porque no sólo la apoyó sino que también luchó por visibilizar su trabajo ante el mundo. Ambos constituyen un ejemplo de que el trabajo en equipo tiene un efecto multiplicador capaz de cambiar el rumbo de la Historia.

En este sentido, un reciente estudio publicado por la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos asegura que la elección de la pareja de una persona no sólo define su éxito, sino que también podría ejercer el efecto contrario y ser motivo de fracaso. Así, el valor del apoyo mutuo trasciende las etiquetas de género y se convierte en el cimiento sobre el cual se construyen historias de éxito y superación. Desafortunadamente, el estudio no menciona la posibilidad de tener éxito sin pareja, aunque sí destaca que el hecho de tener un compañero o compañera de vida hace que las personas se sientan más predispuestas a alcanzar sus metas.

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