Katharine Hepburn no era una actriz más y la Academia de Hollywood se encargó de dejarlo claro. La ganadora de cuatro premios Oscar, nadie en la historia ha igualado esta cifra, fue también una rebelde, la anti diva -como muchos la apodaron- y una adelantada a su época en todos los sentidos. Deslumbró dentro y fuera de la gran pantalla con su talento y carisma; aunque en cuestiones de amor se mantuvo en la sombra al mantener una relación de más de 25 años con Spencer Tracy, quien por su condición católica de la época, nunca se divorció de su esposa, Louise Treadwell.
Podríamos dedicar páginas y páginas a hablar sobre esta fascinante figura, considerada un emblema en la historia del cine e icono del feminismo por su firme independencia, su rechazo a los roles tradicionales de género y su actitud desafiante hacia las expectativas sociales. Desde el inicio de su carrera, Hepburn se destacó por su personalidad fuerte y su estilo poco convencional, prefiriendo usar pantalones cuando la mayoría de las mujeres seguían las normas más estrictas de vestimenta femenina. Su carrera estuvo marcada por la elección de personajes que reflejaban su convicción de que las mujeres eran tan capaces y complejas como los hombres, lo que la convirtió en un modelo a seguir para generaciones de mujeres. Hepburn desafió las normas de su tiempo y contribuyó a cambiar la percepción de lo que una mujer podía ser, tanto en la pantalla como en la vida real.
Su amor por los pantalones redefinió la feminidad y la convirtió en un símbolo de independencia y elegancia. Esta elección era entonces un acto de desafío y uno de los ejemplos más emblemáticos de su estilo lo encontramos en la película La mujer del año (1942), donde interpretó a una periodista de carácter fuerte y autosuficiente, luciendo pantalones con una seguridad que rompió esquemas. De hecho, esta fue la primera película de las nueve que rodó junto a Spencer Tracy. La química entre ambos fue evidente desde el principio, marcando el inicio de una de las parejas cinematográficas más queridas y exitosas de la historia del cine.
En La costilla de Adán (1949), otro clásico en el que compartió pantalla con Tracy, Hepburn demostró que los pantalones podían ser tan femeninos como un vestido de noche. La película consolidó su imagen de mujer moderna que no necesitaba ajustarse a las normas sociales para ser sofisticada.
Sin duda, en cada uno de los clásicos que protagonizó, desde La fiera de mi niña (1938), Historias de Filadelfia (1940), hasta El león en invierno (1968), Hepburn proyectó una seguridad en sí misma que desafiaba las convenciones sociales. Su estilo era una extensión de su carácter: audaz, independiente y absolutamente auténtico.
Katharine Hepburn, la mujer que nos inspira este otoño
Este otoño estamos de enhorabuena: vuelven a llevarse los pantalones de corte ancho y de cintura alta, similares a los que ella llevaba en sus películas y recordándonos que la moda es una herramienta poderosa para expresar nuestra autenticidad. Revisitando sus películas recordamos que la inspiración que nos deja no está solo en los pantalones que eligió llevar, sino en la forma en que los llevó.
¿Cómo combinarlos? Recuerda que si hay una prenda que Hepburn supo convertir en símbolo de elegancia, es la camisa blanca; que regresa con detalles renovados, pero manteniendo la esencia clásica que la actriz inmortalizó. Más ideas: En De repente, el último verano (1959) llevó su estilo andrógino a la gran pantalla con abrigos largos y capas que añadían una capa (nunca mejor dicho) de misterio y sofisticación a su personaje. Si te animas a emular su look, opta por tonos neutros y cortes limpios para recrear esa mezcla de masculinidad y feminidad que definió su estilo.
Hepburn no era de las que recargaban su look con accesorios, pero sabía cómo hacer que cada pieza contara. En La reina de África (1951), la vemos con sombreros y pañuelos que, sin restarle protagonismo a su atuendo, añaden un toque de personalidad a su personaje. En la vida real, sus mocasines de cuero y sombreros masculinos se convirtieron en sus distintivos. Este otoño, sigue su ejemplo con accesorios sencillos…, pero bien escogidos: un buen par de mocasines o un sombrero fedora pueden ser todo lo que necesitas para dar el toque final a un look inspirado en la icónica Hepburn.