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El amor en los tiempos de Tinder: el desafío de las relaciones de calidad

A pesar de las tendencias, números y modas, lo que realmente parece marcar la diferencia en las relaciones actuales es la calidad

En la era de las aplicaciones, el like y el match, las relaciones amorosas han adquirido nuevas dimensiones. Aunque el amor sigue siendo un tema universal, la manera en que lo vivimos, lo buscamos y lo compartimos parece estar en constante cambio. Y, como en toda moda, hay tendencias que marcan las relaciones del presente. Así que pongamos la lupa sobre cómo las parejas actuales se forman, qué tipo de relaciones prefieren y qué dicen los datos en España, Europa y Estados Unidos sobre esta peculiar danza del amor moderno.

Lo que antes parecía un juego de “todo o nada” -una pareja estable o la soltería-, ahora cuenta con un abanico de posibilidades. El poliamor, las relaciones abiertas, los amigos con derechos, las “situationships” -esas relaciones indefinidas donde nadie sabe si son amigos, pareja o ambos- y la soltería por elección son algunas de las opciones que cada vez ganan más adeptos.

Según un estudio realizado por YouGov en 2022, más del 8% de los estadounidenses afirma estar en una relación no monógama consensuada. En Europa, los números son más bajos pero no menos reveladores: en España, alrededor del 4% de las personas encuestadas reconoce participar en relaciones no exclusivas, una cifra que crece notablemente en las grandes ciudades.

En contraste, en países como Francia y Suecia, la aceptación de relaciones no monógamas parece ser mayor, con porcentajes cercanos al 10%. En estos lugares, el poliamor y las relaciones abiertas están mucho más normalizados, lo que podría ser una señal de cómo las culturas del norte de Europa tienden a abrazar nuevas formas de vivir el afecto con más apertura.

Rompiendo estereotipos

Las estadísticas revelan diferencias interesantes en cuanto a las preferencias relacionales entre hombres y mujeres, aunque con algunas sorpresas que podrían romper estereotipos. Un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en España, realizado en 2021, mostró que el 65% de las mujeres entre los 25 y los 40 años afirman que prefieren relaciones monógamas tradicionales. En el caso de los hombres, el porcentaje es algo menor, con un 55%. Sin embargo, cuando se trata de generaciones más jóvenes (millennials y generación Z), las cifras cambian. Aquí, el 30% de las mujeres y el 35% de los hombres prefieren experimentar con formas no convencionales de relación, como las abiertas o el poliamor.

¿Dónde entra el humor aquí? Bueno, podríamos decir que el mayor cambio es que ahora, en lugar de pedir un café para empezar a conocerse, muchos parecen preferir “definir los términos de la relación” antes del segundo encuentro. Y si no hay contrato de exclusividad, que no se diga que no se ha avisado.

En Estados Unidos, esta tendencia es aún más fuerte, especialmente entre los más jóvenes. Un informe de Pew Research en 2023 sugiere que un 40% de los hombres jóvenes están más abiertos a las relaciones abiertas o casuales, en comparación con un 25% de las mujeres.

La comparación transatlántica

Comparando a España con nuestros vecinos europeos, queda claro que somos más conservadores que países como Suecia o Dinamarca, donde la soltería consciente y las relaciones no monógamas son vistas como opciones perfectamente viables. Mientras que en Suecia el 40% de las personas entre 25 y 35 años dice no estar interesada en una relación estable a largo plazo, en España, solo el 20% se posiciona en ese mismo lado del espectro.

Por otro lado, si miramos hacia el Atlántico, en Estados Unidos, la cultura del “hookup” y las citas rápidas está más extendida. Las cifras de la aplicación Tinder muestran que el 30% de los usuarios estadounidenses no buscan una relación seria, comparado con solo el 18% de los usuarios en Europa, donde parece que aún prevalece la idea de buscar una conexión emocional más profunda.

El desafío de las relaciones de calidad

En medio de este panorama lleno de opciones, términos nuevos y dinámicas fluidas, queda una pregunta clave: ¿estamos mejor o peor? Según un informe reciente de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), un 50% de los encuestados en España afirma que las nuevas tecnologías han dificultado las relaciones amorosas. Sin embargo, el 25% opina lo contrario, creyendo que estas han ayudado a conectar con personas con las que, de otra manera, nunca habrían interactuado.

Aquí es donde entra la ironía: nos conectamos más que nunca, pero la calidad de esas conexiones parece estar en crisis. Las relaciones se han vuelto más fugaces, más líquidas, en palabras del sociólogo Zygmunt Bauman. Y, aunque algunas personas disfrutan de esta flexibilidad, muchas otras sienten la presión de tener que cumplir con expectativas que no se alinean con lo que realmente quieren. El gran chiste es que, en un mundo donde las opciones son infinitas, el compromiso genuino parece haberse convertido en un artículo de lujo.

Más calidad, menos cantidad

A pesar de las tendencias, los números y las modas, lo que realmente parece marcar la diferencia en las relaciones amorosas actuales es la calidad. Da igual si decides tener una relación monógama, abierta o poliamorosa; lo importante es que la conexión sea genuina, que la comunicación sea clara y que ambas partes se sientan respetadas.

Quizás el gran aprendizaje del amor moderno no sea cuántos matches tienes o cuántas etiquetas de relación puedas acumular, sino cuán capaz eres de crear vínculos que valgan la pena. Así que, entre swipe y swipe, recuerda: puede que el verdadero éxito no esté en la cantidad de opciones, sino en la calidad de las conexiones.

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