Cada 16 de enero, desde 2015, España y varios países de Latinoamérica conmemoran el Día Internacional de la Croqueta; un evento que rinde homenaje a uno de los bocados más queridos en la gastronomía internacional.
La croqueta tiene sus raíces en la gastronomía francesa del siglo XVII, donde se creó como un bocado destinado a cautivar tanto el paladar como los sentidos. Su nombre, derivado de la palabra francesa croquer —”crujir”—, alude a la textura característica que la define. El primer vestigio escrito de este manjar aparece en 1691, en las recetas del célebre chef François Massialot, quien deleitaba a la corte de Luis XIV con platos que combinaban opulencia y delicadeza. En su concepción original, las croquetas eran joyas culinarias elaboradas con ingredientes exquisitos, como aves de caza y trufas, pensadas para ensalzar los banquetes de la aristocracia.
Con el paso de los siglos, este bocado trascendió las fronteras francesas y se adaptó al alma de cada región que lo acogió. En España, por ejemplo, la croqueta encontró su lugar no en los palacios, sino en los hogares, donde se convirtió en un emblema de ingenio culinario. Aquí se transformó en un recurso magistral para reutilizar restos de carne, pescado o verduras, elevando lo cotidiano a un nivel de exquisitez. Así, la croqueta pasó de ser un símbolo de opulencia a un plato que celebra la simplicidad y el buen gusto, conquistando cocinas de todo el mundo con su contraste entre la suavidad cremosa de su interior y el crujiente dorado de su exterior.
Bodega La Ardosa
Recomendaciones croqueteras
Si eres un verdadero amante de las croquetas, te presentamos cinco lugares donde podrás disfrutar de las mejores versiones de este manjar.
- Santerra: En el corazón del barrio de Salamanca se encuentra Santerra, un templo para los apasionados de las croquetas. El chef Miguel Carretero ha convertido estas pequeñas joyas en una obra maestra, tanto que sus croquetas de jamón ibérico fueron galardonadas como las mejores del mundo en Madrid Fusión 2018. Con un exterior perfectamente crujiente y un interior de una cremosidad sublime, Santerra es una visita obligada para quienes buscan la excelencia croquetil.
- Casa Labra: Fundada en 1860, Casa Labra es una institución histórica de Madrid. Situada a un paso de la Puerta del Sol, esta taberna es famosa por sus croquetas de bacalao, una receta que ha permanecido inalterada durante décadas. Su sencillez y autenticidad son el reflejo de la tradición castiza…, un clásico que nunca pasa de moda.
- Colósimo: En el barrio de Salamanca, Colósimo se ha ganado la fama de servir unas de las mejores croquetas de Madrid. Su especialidad, las croquetas de puchero gaditano, son un homenaje a la cocina andaluza. Crujientes por fuera y casi líquidas por dentro, cada bocado es un viaje directo al sur de España. Su sencillez y sabor contundente las convierten en un auténtico deleite para el paladar.
- Casa Mortero: Casa Mortero es un lugar donde la croqueta alcanza nuevas cotas de sofisticación. Este restaurante ofrece una versión clásica y perfecta de las croquetas de jamón. La dedicación a la tradición y la excelencia culinaria convierten a Casa Mortero en una parada obligatoria para los amantes de las croquetas tradicionales.
- Berria: Con una ubicación privilegiada en la Plaza de la Independencia, Berria se ha consolidado como un referente para los amantes del buen vino y la buena comida. Sus croquetas de jamón son una delicia que combina una fritura impecable con un interior suave y lleno de sabor.
- Barrutia y el 9: Este restaurante sorprende con una propuesta diferente: sus croquetas de queso idiazábal. La intensidad del queso ahumado se equilibra con la cremosidad de la bechamel, creando una experiencia única para los amantes de los sabores fuertes y complejos.
- La Ardosa: Es una de las tabernas más emblemáticas de Madrid. Famosa por su amplia selección de tapas y su atmósfera castiza, entre sus joyas culinarias destacan las croquetas de chorizo, que combinan un toque especiado con una textura cremosa y un exterior crujiente. Este lugar, cargado de historia y tradición, es perfecto para disfrutar de una experiencia auténticamente madrileña.
- El 2 de Sagasta: Prueba -con un vermú, claro- sus croquetas de rabo de toro. Son cremosas, súper sabrosas y con un intenso sabor a carne estofada, convirtiéndolas en un imprescindible para los amantes de las croquetas con carácter.
- Arallo Taberna: La creatividad de su cocina se refleja en sus croquetas de marisco, que destacan por ser originales y exquisitas, con una base cremosa y sabrosa que se corona con un gambón a la parrilla, aportando un toque elegante y sorprendente a este clásico.
- Barra Alta: El restaurante del chef Daniel Roca eleva las croquetas a otro nivel con opciones como las croquetas de boletus con velo de panceta, donde el sabor terroso del boletus se complementa a la perfección con el toque ahumado y graso de la panceta. También ofrecen las croquetas de carne rustida con foie rougié, que combinan la profundidad de la carne asada con la untuosidad del foie para un bocado irresistible.
Diez años celebrando el Día Internacional de la Croqueta
La iniciativa de celebrar este día surgió como parte de una estrategia de marketing ideada por Cristina Barbero, periodista y directora de la agencia de comunicación Ideas Bien Contadas, para el restaurante madrileño La Croquetta, que en la actualidad ya no está en funcionamiento.
El impacto fue inmediato: la campaña se viralizó, y numerosos restaurantes decidieron sumarse a esta peculiar celebración, creando un vínculo especial con sus clientes. El 16 de enero de 2015 marcó el inicio de esta tradición, que desde entonces ha incorporado nuevas propuestas culinarias y participantes de distintos lugares, incluyendo países como Puerto Rico, Argentina, República Dominicana y Cuba.