MODA

Demna toma las riendas de Gucci: el ‘enfant terrible’ de la moda se instala en la casa italiana

El diseñador georgiano, conocido por su irreverencia en Balenciaga y por hacer de la moda un escenario de provocación, toma el mando creativo de Gucci. Su llegada supone un punto de inflexión para la marca, que busca recuperar su brillo tras una caída en ventas

En el mundo de la moda hay noticias que llegan como un chisme bien contado: inesperadas, vibrantes, con un punto de escándalo y otro de emoción. La designación de Demna como nuevo director creativo de Gucci es una de ellas. No porque no fuese una posibilidad en el horizonte, sino porque su llegada a la firma italiana supone una colisión entre dos fuerzas de la industria que, hasta hace poco, parecían destinadas a orbitar en universos distintos.

Desde que Demna irrumpió en el panorama con Vetements y luego convirtió Balenciaga en el epicentro del fashion statement más extremo, su nombre se asoció a la disrupción.

Con él al mando, la moda se convirtió en discurso: desde abrigos de hombros descomunales que parecían diseñados para titanes hasta botas que imitaban bolsas de basura de lujo. Su Balenciaga era un juego de espejos, una parodia del lujo que al mismo tiempo lo reinventaba.

En Gucci, sin embargo, la historia es distinta. Durante los últimos años, la marca ha sido un experimento de maximalismo bajo la batuta de Alessandro Michele, un director creativo que convirtió la casa en un santuario del barroco, con guiños al pasado y una celebración de la excentricidad.

Pero tras su salida, Gucci ha tenido dificultades para mantener la conexión con su audiencia, algo que se ha reflejado en las cifras: en 2024, las ventas cayeron un 23%, un dato que ha encendido las alarmas en Kering, el conglomerado dueño de la firma.

Y ahí entra Demna. Un hombre que no diseña ropa, sino provocaciones. Un diseñador que, en plena era de la sobreexposición digital, ha sabido jugar con la ironía y el concepto de lujo en tiempos de crisis. ¿Cómo encajará su visión en una marca como Gucci, que durante décadas ha sido un símbolo de sofisticación italiana?

Desfile de Gucci. Fotografía: EFE

Las apuestas están abiertas. De entrada, su nombramiento parece indicar que Gucci busca un golpe de efecto, un cambio radical que recupere el interés del público y haga que la marca vuelva a ser relevante en la conversación global.

No es un movimiento sin riesgos: el estilo de Demna no es del gusto de todos, y su enfoque conceptual podría resultar demasiado extremo para ciertos clientes tradicionales de Gucci. Pero si algo ha demostrado el diseñador georgiano es que la indiferencia no está en su diccionario.

En las próximas temporadas, veremos si Demna domesticará su caos para adaptarse a Gucci o si, por el contrario, será Gucci quien sucumba al huracán Demna. Lo que está claro es que, por primera vez en mucho tiempo, la industria de la moda tiene un nuevo espectáculo en el horizonte. Y nadie quiere perdérselo.

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