PLANES CON CARLA DE LA LÁ

Crimen con Camela y expiación con Cassavetes

Esta semana la escritora despide a la musa del cine independiente Gena Rowlands, nos recomienda un gran hotel dogfriendly y el lado más atractivo del chonismo patrio

¡Milagro, hermanas! Algo ha cambiado a mucho mejor esta mañana, temprano,  mientras paseaba a mi manada de cavaliers como siempre; algo que me hace increíblemente feliz: frío, mucho glorioso frío. “Me hubiera echado  encima un abrigo austriaco” “¡Exagerada!”. Dice mi amiga Paloma. 

Llevaba minishorts y camiseta, como cada día en esta impenitente ola de calor. Al salir a las calles, el cuerpo reaccionó descaradamente a sus instintos, tensión muscular, escalofríos, vellos, pezones, en esa contracción preconsciente que nunca pide permiso. Escuchaba, como tantas mañanas bonitas y otras grises, las Variaciones Goldberg, igual que haría Hannibal Lecter, a la vez que mi cuerpo se preparaba para enfrentar un cambio, sin florituras ni romanticismos, solo fisiología y ¡felicidad!. ¡Te quiero frío, joder!

En efecto, el calor, como buena norteña me precipita al desespero y la anhedonia, a lo peor, pero baja la temperatura y entonces todo es un milagro -recojo excrementos de perro azotada por el viento- y el amor, el sonido, el perdón, la lluvia, el tímpano. Un perro haciendo caca. Pobres de los que no pueden ver.

Cita con Gena Rowlands:  amigas, la diosa del cine descarnado, ha decidido cambiar de escenario, pero nos deja un legado que es pura dinamita emocional. Si ha existido una actriz que supo cómo hacernos reír, llorar y meditar, todo al mismo tiempo, esa fue Gena (Descansa en paz).

Y si hay una película que proyecta todo lo que ella y su genial maridito, John Cassavetes, podían hacer juntos, esa es “Una mujer bajo la influencia”. En este filme, Gena nos muestra el infierno psicológico y al mismo tiempo la fantasía febril de una ama de casa con una sublimidad terrible. Un recordatorio de lo que significa actuar a calzón quitado ¡hasta siempre, nena!

Escena de la película “Una mujer bajo la Influencia” de John Cassavetes, 1975

Cita con tu manada: Si eres como yo, de las que no se despega de sus perros llueva o truene, te recomiendo el mejor hotel petfriendly que he conocido, el NH Canciller Ayala de Vitoria-Gasteiz. En la zona más representativa, verde y elegante de la capital del País Vasco, el Paseo de la Senda, emerge fresquito este templo a la amabilidad y el bienestar de mujeres como nosotras.

En la habitación, que es un lujo minimalista con vistas a los castaños del Parque de la Florida y la Catedral neogótica, encontrarás todo lo que tus amigos cuadrúpedos necesitan para ser dichosos, con sus camitas perrunas comodísimas e impecables platos.

Tengo que añadir que en mi caso, fueron muy generosos,  me aparcaron el coche cuando llegué a altas horas, con dificultad para no estamparlo entre las columnas del garaje. ¡Gracias!

Cita con tus amigas: Conversación con mi querida Inés: -No te voy a comprar esas sandalias, hija, son vulgares. -Ya sé que son vulgares, mamá, por eso me gustan. Este sencillo razonamiento de la adolescente me hizo pensar. Porque a mí, como seguramente a vosotras, hermanas, hay muchas realidades chonis que me fascinan y me atraen (con la misma fuerza que me repelen) y que las quiero en mi vida, por ejemplo las botas altas blancas, ya he tenido dos pares y voy a adquirir el tercero.

En cuestiones de moda, el chonismo es interesante, y en música ni hablemos. Me considero psicóticamente omnívora, si abrís mi Spotify, al que os invito, veréis que escucho con la misma fruición a Bartok, Johan Sebastian Bach y a Karol G. Y qué mejor pasatiempo agosteño y choni que el mítico grupo Camela, icono nacional y máximo exponente de la tecno- rumba.

Esta noche llegan a los Veranos de la Villa para celebrar su treinta aniversario con hitazos como Cuando zarpa el amor, Háblale de mí, La estación del querer Palabras de papel, todos ellos himnos de la degeneración poética intergeneracional. 

Camela. Gira 30 aniversario | Veranos de la Villa 2024

Cita con tu lover: Madrid está plagado de cines exteriores y veraniegos, algo que hace se me quiten las ganas, herencia de mi madre que nunca va al teatro porque dice que a la gente le huelen los pies.

Sin embargo, bien podemos hacer una excepción cuando se trata de la preciosa oferta de “Cibeles de cine” con este plan tan feminista como heteruzo, “La princesa prometida”. Recordemos al hermosísimo Westley AKA “Como desees” atravesando los acantilados de la desesperación, y regresando a su tierra parapléjico para casarse con Buttercup, presa del casposo príncipe Humperdinck,  un señoro gilipollas que se peinaba igual que José Luis Rodríguez, el Puma. En Cibeles de Cine las películas se escuchan con auriculares inalámbricos y es un gozo: “Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate a morir”.

Cibeles de Cine LA PRINCESA PROMETIDA

 

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