La Pascua Militar es uno de los eventos más destacados en la agenda oficial de los Reyes, y como cada año, doña Letizia acaparó todas las miradas. Este 6 de enero, el Palacio Real de Madrid fue el escenario de una ceremonia solemne en la que el Rey Felipe VI y la Reina Letizia presidieron el acto junto a Leonor, aunque la atención se centró especialmente en el estilismo de la monarca.
El conjunto de la Reina lo componían un jersey de cuello redondo y manga larga de cashmere, de la firma italiana Falconeri, con falda larga con botones laterales a juego, que caía con la elegancia de quien sabe que no necesita lentejuelas para brillar. Burdeos de pies a cabeza, con tacones bajos, un clutch burdeos de Magrit y un abrigo de pelo negro que hacía lo que debe hacer cualquier prenda en invierno: abrigar y añadir textura sin complicarnos la vida. Es decir, el tipo de prenda que no molesta, que no roba protagonismo, pero que termina elevando todo el conjunto. Y lo mejor: las joyas.
Los Reyes Felipe VI y Letizia, junto a la Princesa de Asturias, Leonor, escuchan el himno nacional
Hablamos del espectacular collar de perlas de Isabel II que recuperó para la ocasión; un regalo de pedida que le hizo Francisco de Asís de Borbón a la reina entonces de España en 1846; y que años después, en 1906 concretamente, Alfonso XIII le regalaría a la reina Victoria Eugenia. Lo combinó con sus pendientes de perlas australianas -y que guarda desde que nació la princesa Leonor- y peinado liso, muy sencillo, con ligeras ondas en las puntas.
El look no era nuevo: la falda había debutado en 2015; y el collar en los Princesa de Asturias, un año después. Sin duda, y si algo queda claro, es que la Reina tiene una especie de superpoder: convierte un acto solemne en una pasarela sutil y, de paso, da una clase magistral de cómo ser la invitada perfecta.
La reina Letizia, junto a la princesa Leonor, durante el acto de celebración de la Pascua Militar este en el Palacio Real en Madrid.
Año tras año, ha convertido este acto en una lección de cómo cumplir con las exigencias del protocolo sin perder un ápice de estilo personal. Desde los conjuntos más estructurados de su etapa inicial como reina hasta los vestidos capa y las faldas largas de los últimos años, Letizia siempre sabe encontrar el equilibrio perfecto entre tradición y modernidad. Y lo hace con una naturalidad que parece diseñada para desarmar cualquier crítica.
En un acto donde la solemnidad lo condiciona todo, la Reina demuestra que no hay que elegir entre ser adecuada y destacar. Cada look, lejos de ser un mero ejercicio de moda, responde a un entendimiento profundo del contexto, los códigos y el momento. No es solo vestir bien; es hacerlo de manera impecable sin parecer excesiva. Eso, en la Pascua Militar, es algo que Letizia lleva dominando desde el primer día.