La 39ª edición de los Premios Goya, celebrada en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Granada, contó con la destacada presencia de Chiara Ferragni, quien hizo su debut, radiante, en la gala del cine español. La reconocida influencer italiana, con más de 28 millones de seguidores en Instagram, se convirtió en una de las figuras más fotografiadas de la noche.
Para esta ocasión especial, Ferragni optó por un diseño exclusivo del español Ze García. El vestido, confeccionado a medida, presentaba un vibrante tono rojo y un escote asimétrico. Ceñido al cuerpo, el diseño incorporaba pliegues drapeados que realzaban su figura, mientras que una elegante tela caía desde el hombro, creando un efecto de capa que aportaba sofisticación al conjunto.
El estilismo se completó con una melena suelta, peinada con ondas suaves que evocaban el glamour del Hollywood clásico. Este peinado, conocido como “blowout”, aportaba volumen y movimiento, complementando perfectamente el look general.
La elección de Ferragni de lucir un diseño español en su primera aparición en los Goya fue interpretada como un guiño al talento local y una muestra de aprecio por la moda española.
A pesar de las recientes polémicas en su vida personal, Chiara Ferragni demostró una vez más su capacidad para deslumbrar en la alfombra roja, consolidándose como un referente de estilo y elegancia a nivel mundial.
Pero Ferragni no es solo tela y corte, es actitud y contexto. El cabello, suelto pero disciplinado, jugaba con la luz en ondas estudiadamente descuidadas, como si se hubiese despertado así, perfecta. La joyería, mínima pero precisa, decía mucho sin gritar, y el maquillaje, de una sobriedad intencionada, dejaba que el vestido hablara.