Generación conectada

Bybit: robo masivo de cripto y riesgos de invertir en lo desconocido

Este “golpe del siglo” a una de las plataformas de intercambio más famosas del mundo afectó no solamente a los miles de propietarios, sino que puso de nuevo de manifiesto el problema recurrente de la fiabilidad

El pasado 21 de febrero, el mercado de las criptomonedas se vio sacudido por un robo de magnitudes sin precedentes. Unos hackers de origen desconocido consiguieron robar unas 400.000 monedas virtuales Ethereum valoradas en más de 1.500 millones de dólares. Este “golpe del siglo” a una de las plataformas de intercambio más famosas del mundo (Bybit) afectó no solamente a los miles de propietarios, sino que puso de nuevo de manifiesto el problema recurrente de la fiabilidad de este nuevo modelo económico.

Un robo y tiembla todo el mercado

El robo de guante blanco ocurrió mientras la plataforma Bybit realizaba una rutinaria transferencia (aunque siempre delicada) de sus criptomonedas. Una maniobra que siempre suele realizar personalmente Ben Zhou, su fundador y propietario omnipotente.

En términos entendibles para el común de los mortales, la plataforma estaba moviendo “dinero virtual” de una cuenta segura a otra y es cuando los atacantes aprovecharon para realizar una suplantación de identidad (phishing) con la ayuda de un método complejo. Engañaron al personal y a las propias máquinas desviando los fondos a un desconocido paradero.

Inmediatamente tras el ataque, el CEO de la compañía tuvo que salir a la palestra presionado por los miles de afectados que vieron sus arcas digitales saqueadas. Aseguró que la empresa cubriría las pérdidas con sus propios fondos (¡1.500 millones de dólares!) y que los activos de los clientes no estarían “para nada” en peligro.

Pese a todo su esfuerzo de sosiego, este enorme desfalco desencadenó miles de noticias alarmantes en todos los medios, generando una súbita desconfianza en la moneda en cuestión y la caída de su cotización. Por supuesto, tumbó también a casi todo el mercado. Bitcoin, la moneda “estrella” de referencia, perdió más de un 15% en tan solo una semana.

Algunos lo atribuirán, en parte, a otros factores (como los vaivenes arancelarios de Trump y la inestabilidad mundial que provoca cada vez que sale) pero no hay lugar a duda de que este saqueo millonario no ayuda.

A fecha de hoy, la empresa estaría colaborando con expertos internacionales (unos hackers “buenos” para que me entendáis) e intentando encontrar el rastro de los malvados. Bybit ofrece, de hecho, más de 180 millones de dólares a cualquier individuo que ayude a recuperar parte o totalidad de los fondos sustraídos.

No es el primer caso

La trampa tendida a Bybit no es una anécdota aislada y probablemente no será la última estafa de la cual se oiga. A lo largo de esta década del boom de las criptomonedas, se han registrado varios robos y a gran escala.

Recordemos que, en 2016, la plataforma Bitfinex perdió cerca de 120.000 bitcoins valorados por aquel entonces, en unos 72 millones de dólares. Ese “pequeño” incidente provocó una caída del 20% del BTC, similar a la que hoy os cuento. Los bitcoins fueron recuperados años después, y la pareja responsable del delito fue encarcelada para unos cuantos años y meses.

Más recientemente, en el 2021, unos hackers sustrajeron unos 610 millones de dólares a la plataforma Poly Network, aunque devolvieron luego la totalidad de los fondos en un gesto inesperado y poco casual, probablemente por miedo a ser encontrados o temer algo fatal.

La última gran hazaña de unos piratas digitales fue detectar un fallo de seguridad en un juego (basado en la blockchain) llamado Axie Infinity, un “Pokémon de las NFT” donde los jugadores acumulan ganancias en criptomonedas. Les permitió quedarse con más de 615 millones de dólares de manos ajenas.

Todos estos ataques no solo provocaron pérdidas millonarias, sino que han ido generando un cierto temor y una gran desconfianza entre el pequeño y mediano inversor. “A mar revuelto, ganancia de pescadores”, los grandes inversores ellos están ya acostumbrados a estas idas y vueltas. Aprovechan precisamente estas fluctuaciones, para comprar mucho más barato y seguir ganando mucho dinero, como en el caso de las acciones.

¿Debo invertir en criptomonedas?

Si bien el mundo de las criptomonedas es complejo y requiere un análisis profundo, hay ciertas lecciones que cualquier inversor debe considerar antes de entrar en este mercado. Si este ataque nos puede ayudar a sacar una lección, es que invertir en criptomonedas sin sólidos conocimientos puede resultar ser una equivocación.

Lo primero, y como inversor “pequeña mano” como nos llaman a los humildes aficionados, es que no es un mercado para lanzarse sin antes entender sus riesgos. La mayoría de los intercambios, de dinero real a monedas virtuales, son incomprensibles para la gran mayoría. Son plataformas que no requieren únicamente un password o una contraseña única, sino que te piden dirección de email, teléfono, código de verificación y, a menudo, reconocimiento facial, táctil o una lista ordenada correctamente de 20 palabras.

De ahí las historias de desdicha de cientos de usuarios que perdieron sus claves y se quedaron sin un duro, al perder sus agendas con sus claves, o como ese famoso británico que llevó su ordenador a un vertedero con sus 7.500 bitcoins incluidos. Hoy no le quieren dejar buscar entre los escombros y eso que el ordenador desechado equivale a más de 500 millones de euros.

Las criptomonedas son también altamente volátiles. Cierto es que las noticias retratan a millonarios que apostaron hace años y hoy recorren el mundo en avión privado, pero también se puede perderlo todo, de un plumazo. Se puede duplicar una inversión en unos minutos y, de repente, consultar el saldo y estar en cero, sino que se lo pregunten a Milei y a su reciente embrollo.

¿Cómo invertir en criptomonedas?

Si aún así estás considerando invertir en cripto, te recomendaría (como en otros mercados financieros) que no invirtieras un dinero del cual no puedes prescindir a diario. Deberías ser asesorado por un amigo de máxima confianza y experto en este mundo tan complejo. También deberías utilizar plataformas reconocidas, aunque como lo hemos visto con Bybit, la segunda plataforma en tamaño, no es certeza de nada.

También te aconsejaría que no pongas todo tu dinero en una sola criptomoneda, como cuando se trata de acciones en bolsa. Diversificar puede reducir el riesgo y añadir inversiones más tradicionales ayuda a equilibrar tu cartera y ser sinónimo de alguna alegría. Tampoco se debe caer en las promesas de los “pelotazos”, de crecimientos exponenciales de empresas de dudosa o ninguna trayectoria.

Criptofiebre del oro

Las criptomonedas básicamente no tienen valor y no producen nada. No poseo ninguna y nunca invertiré en ellas” sentenció el legendario inversor Warren Buffett. Algunos podrían seguir ese dogma del magnate americano o pensar en invertir en algo inmobiliario, que tampoco es tan equivocado. Sin embargo, el morbo del dinero fácil y rápido ha provocado una ola precipitada de neófitos en este mercado.

Cada vez que ocurre un robo de estas características, queda en evidencia la fragilidad de todo el sistema. Todo se rige por complejos códigos y claves y si llegasen a extraviarse, sería como si de una caja fuerte de banco se tratase, millones de euros podrían esfumarse. Lo que ha cambiado aquí, no obstante, es la envergadura de las fechorías. Con un acceso “facilitado” a la inversión a millones de pequeños y medianos inversores, en estos últimos cinco años, los factores de riesgo y las cantidades de las cuales estamos hablando, se han demultiplicado.

Invertir en criptomonedas se parece cada vez más a la época de la fiebre del oro, en la cual cualquier individuo podía recorrer el oeste lejano y hacerse rico con una pala y algo de ahínco. Esa época carecía curiosamente también, como en este caso, de leyes que amparasen la propiedad y la potencial recuperación de un fondo.

Si antes, los ladrones debían tomar altos riesgos, usar armas y jugarse la vida, hoy algunas mentes especialmente privilegiadas, pueden realizar el atraco del siglo, sin atacar un furgón, ni salir de casa. La blockchain (y las criptomonedas que la inundan) es un territorio hostil, donde se puede caer en desgracia, ya no a punta de pistola, sino con el clic del ratón de una computadora.