Estos días hemos sido testigos de una triste noticia que nos ha conmocionado. La repentina pérdida de Caritina Goyanes, hija de la conocida pareja de la alta sociedad madrileña formada por el productor Carlos Goyanes y Cari Lapique, nos ha dejado consternados. Su fallecimiento tuvo lugar el pasado lunes como consecuencia de un infarto, mientras apuraba los últimos días de verano junto a su marido e hijos en su residencia de vacaciones en Marbella. Este verano ha sido especialmente difícil para la familia, ya que recientemente despidieron al cabeza de familia, Carlos Goyanes, fallecido tan sólo 19 días antes también tras sufrir un infarto y también mientras se encontraba en la ciudad malagueña.
A pesar de su linaje reconocido, Caritina siempre mantuvo un perfil discreto alejado de la vida pública y de la etiqueta de socialité. Aunque estudió Derecho, nunca ejerció la profesión, pues su verdadera pasión era la cocina. Tras formarse en alta cocina en París, fundó su propia empresa de catering, la cuál pronto se convirtió en una de las más solicitadas en Madrid.
En el año 2008, contrajo matrimonio con el amor de su vida, Antonio Matos, con quien tuvo dos hijos y construyó una bonita familia. En los últimos años, se centró en renovar su fe en Dios a través de su participación e implicación en los retiros espirituales de Emaús, lo que le ayudó a superar momentos difíciles y fortalecer su relación familiar.
Quienes la conocían resaltan su espíritu luchador, su amabilidad y su bondad ante todo. Caritina será profundamente recordada por todos aquellos que fueron compañeros de vida.
Por ello, desde aquí este humilde reconocimiento a su persona, más allá de las especulaciones sobre la tragedia familiar. Una mujer que rompió estereotipos y supo abordar con naturalidad todos los capítulos de su vida, desde sus pequeños tropiezos o superaciones hasta sus logros y éxitos.
Siempre supo comunicar con humildad, sencillez y con una eterna sonrisa cada momento o situación, convirtiéndose así en referente femenino, una mujer humilde y decidida que siguió su propio camino lejos de las expectativas impuestas. Una mujer emprendedora, valiente y de gran corazón.
Descansa en paz, Caritina Goyanes.