CASA DECOR 2025

Las tendencias que marcarán el interiorismo: azulejos, verdes infinitos y cocinas con alma

Esta edición habla de sensaciones, de tecnología que no se ve pero transforma, de hogares que se piensan como refugios emocionales. Así es el nuevo hogar que propone la gran cita del diseño en Madrid

Cortesía Casa Decor

En Madrid hay edificios que no están construidos con ladrillos ni hormigón, sino con tiempo. El número 33 de la calle Sagasta es uno de ellos. Un inmueble de esos que tienen molduras en el techo y madera en el suelo, pero que, durante unos meses, se convierte en otra cosa: en una especie de oráculo del diseño de interiores. Casa Decor 2025 ha instalado su cuartel general aquí, en pleno Chamberí, y lo ha llenado de futuro.

Este año no se entra solo a mirar, se entra a sentir. Hay espacios que huelen a higuera, otros a tierra mojada. Uno no sabe si está en una exposición o en la antesala de un recuerdo de infancia. Lo sensorial se ha convertido en pilar estético, y eso se nota en cada detalle. La decoración ya no solo viste la casa, ahora la perfuma, la conecta, la emociona. Como si los espacios hablaran en voz baja, y tú solo tuvieras que pararte a escuchar.

Cortesía: Casa Decor

Pero que no te despiste el aroma: aquí se viene también a tomar notas. Las tendencias no se imponen, se sugieren. Y la primera es un regreso inesperado: el azulejo. Después de años recluido en baños y cocinas, ahora trepa por las paredes del salón, se cuela en techos, invade muebles. Los hay texturizados, artesanales, geométricos, incluso con relieves que parecen sacados de una película de ciencia ficción con presupuesto. El mensaje es claro: el azulejo ha vuelto, y quiere quedarse.

La segunda gran protagonista es la naturaleza. La paleta cromática gira en torno a los verdes, todos los verdes: musgo, esmeralda, salvia, oliva, eucalipto. Cada uno con su propia personalidad, cada uno buscando traer algo del exterior al interior. Es como si las casas estuvieran reclamando su parte de bosque, aunque sea en un sofá.

Cortesía: Casa Decor

En esa búsqueda de lo natural también aparece el rojo, pero no cualquier rojo. Hablamos del terracota, del burdeos, del teja. Colores que no gritan pero marcan presencia. Que se llevan bien con la madera y que aportan ese punto cálido que hace que un salón no parezca una sala de espera de hotel caro.

Y luego está la cocina. Qué revolución silenciosa está viviendo. Ya no se esconde. No es un cuarto aparte ni un espacio de servicio. Ahora es el alma de la casa. En Casa Decor 2025, las cocinas se han vestido de gala: encimeras con vetas de mármol que parecen acuarelas, islas convertidas en escenarios sociales, electrodomésticos integrados como actores de reparto en una película coral. Todo dispuesto para que cocinar vuelva a ser un acto social, y no una obligación escondida entre puertas abatibles.

Cortesía: Casa Decor

Hay también una corriente que no se ve, pero se intuye. Es la tecnología emocional. No se trata de enchufes con USB o lámparas que se encienden por voz (que también). Se trata de piedras que emiten luz, tejidos que calientan solos, muebles que cargan el móvil sin cables.

Todo este despliegue estético viene acompañado de una conciencia que ya no se puede ignorar: la de la sostenibilidad con maderas reutilizadas, textiles orgánicos, soluciones de eficiencia energética camufladas con estilo.

Cortesía: Casa Decor

Y como toda gran historia, esta también tiene su homenaje. El recorrido rinde tributo a Sandra Tarruella, interiorista de referencia que ya hace dos décadas diseñaba espacios que ahora, en 2025, siguen siendo plenamente vigentes. Su estilo natural, funcional y elegante ha sido una brújula silenciosa para muchos de los espacios que vemos en esta edición.

 

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