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Así se vivió la época dorada del Waldorf Astoria de Nueva York

La historia de este hotel -cerrado temporalmente- es, en muchos aspectos, una microhistoria de las turbulencias y triunfos del siglo XX. En el Waldorf, la vida social era un espectáculo en sí misma

Cuando pensamos en el glamour y el esplendor de la ciudad de Nueva York, es imposible no evocar la imagen del Waldorf Astoria, un emblema del lujo que ha sido testigo de innumerables historias, desde encuentros con celebrities hasta decisiones políticas que han moldeado el curso de la historia. Pero, ¿qué hay detrás de las puertas de este legendario hotel que se alza majestuoso en Park Avenue? Realizamos un recorrido -un tanto nostálgico- por la era dorada de este icónico hotel que alberga un pasado fascinante y que promete volver a deleitarnos próximamente.

Inaugurado en 1893, el Waldorf Astoria nació de la visión del empresario George C. Boldt, quien quería crear un refugio para la élite de la sociedad neoyorquina. Desde sus inicios ha sido sinónimo de opulencia, albergando a presidentes, aristócratas y artistas. La época dorada del Waldorf Astoria se sitúa entre las décadas de 1920 y 1940, cuando su fama alcanzó alturas inimaginables.

El microcosmos de la alta sociedad

En sus días de gloria fue más que un simple hotel; era un microcosmos de la alta sociedad. Los lujosos salones, decorados con mármoles italianos y candelabros de cristal, eran el escenario perfecto para banquetes y galas. La famosa “Suite Real” se convirtió en sinónimo de exclusividad, donde los huéspedes podían disfrutar de un servicio personalizado que incluía desde butler privado hasta su propio chef.

Pero no todo fueron flores y champagne. Los rumores sobre la alta sociedad volaban más rápido que un ascensor en el lobby. ¿Quién no querría escuchar las últimas novedades sobre las rivalidades entre las damas de la élite o los escarceos amorosos de las estrellas de Hollywood? En el Waldorf, la vida social era un espectáculo en sí misma.

Su gastronomía también ha pasado a la historia. La creación de la ensalada Waldorf, una mezcla refrescante de manzanas, apio, nueces y mayonesa, es solo una de las muchas delicias que han surgido de sus cocinas. Pero el verdadero estrellato culinario llegó con la apertura de su famoso restaurante, el Astoria, que ofrecía platos exquisitos preparados por chefs de renombre mundial. Y las cenas se convirtieron en banquetes que atraían a los paladares más exigentes de la ciudad.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el Waldorf Astoria se convirtió en un refugio para los dignatarios y soldados que llegaban a la ciudad. Su papel como sede de importantes conferencias internacionales, incluyendo las que llevaron a la creación de las Naciones Unidas, solidificó su estatus como un lugar donde el mundo se unía, aunque fuera por un breve momento.

Su arquitectura y su aura de sofisticación han servido como telón de fondo perfecto para contar historias memorables, también en el cine. Con la muerte en los talones o Tal como éramos son algunas de las más memorables. En la primera, el hotel sirve como refugio para el protagonista, Roger Thornhill (interpretado por Cary Grant), en su intento por escapar de sus perseguidores; mientras que en la segunda, esta película protagonizada por Barbra Streisand y Robert Redford incluye algunas escenas memorables en el mismo. La historia de amor entre sus personajes transcurre en el contexto de la política y la historia de Estados Unidos. En este caso, el hotel representa no solo un refugio físico, sino también un espacio simbólico donde los sueños y las realidades de la vida se entrelazan.

A pesar de que permanece cerrado temporalmente, sigue siendo un símbolo del lujo neoyorquino, aunque ha pasado por su propia transformación. Tras una extensa renovación, contamos los días para disfrutar de la elegancia de sus salones, explorar el Museo Waldorf, que rinde homenaje a su historia, o sentarse en su famoso bar…, en el que un cóctel bien servido es una experiencia que nunca pasa de moda.

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