Sin duda alguna, Ozempic ha sido uno de los grandes protagonistas del año, pues desde la alfombra roja hasta incluso un alarmante porcentaje de perfiles en las redes sociales muestran un llamativo descenso del peso de sus protagonistas gracias al cada vez más popular fármaco. Ya hemos hablado de que no sólo tiene consecuencias directas sobre la silueta, sino también incluso sobre los rostros de quienes los emplean, y la última sorpresa es que influye también en las relaciones sentimentales y sexuales.
Antes de continuar, la dietista-nutricionista Laura Jorge advierte que aunque se consiga el resultado esperado en poco tiempo, “los pacientes pierden peso, pero porque dejan de comer y no porque hayan aprendido a alimentarse mejor ni a llevar un estilo de vida más saludable. Llevar una dieta pobre en nutrientes y un estilo de vida sedentario hace que se pierda masa muscular, lo que es muy peligroso para la salud, especialmente a largo plazo”, explica. “Cuando se termina el tratamiento, el hambre vuelve a sus niveles anteriores, y si no se ha trabajado en cambiar los hábitos, es muy probable que se recupere todo el peso perdido, o incluso más. Esto genera frustración y puede tener efectos negativos en la autoestima y en la salud metabólica, así como efecto rebote”, advierte.
El boom de la autoestima
Precisamente la autoestima es una de las grandes responsables de que las relaciones de pareja cambien sus dinámicas cuando uno de los miembros de la pareja emplea Ozempic. “Cuando uno de los dos experimenta una rápida pérdida de peso, es posible que se sienta más seguro y atraiga una mayor atención de los demás, lo que podría crear sentimientos de celos o inseguridad en la relación. Por otro lado, esta nueva confianza también puede conducir a una conexión romántica más satisfactoria si ambos socios navegan juntos por los cambios de una manera saludable”, asegura a ‘PureWow’ la Dra. Supatra Tovar. “El peso y la imagen corporal están profundamente entrelazados con la identidad y la forma en la que nos relacionamos con los demás. Cuando una de las partes de la pareja experimenta una transformación física, sin querer puede resaltar las inseguridades existentes en la otra parte o incluso en la dinámica existente”, añade.
Quienes recurren a las dating apps para encontrar pareja aseguran además que al haber dejado ahora de preocuparse tanto por la comida, prefieren centrarse en otros intereses, por lo que tienen citas en las que desde los planes deportivos hasta culturales vencen a esas cenas tradicionales que además, ni siquiera disfrutaban antes del medicamento, pues se preocupaban más por lo que la otra persona pudiera pensar sobre lo que comían que de la comida en sí.
Báscula VS sexo
En los foros se habla mucho de cómo estos fármacos varían la libido de quienes los emplean. “Antes de Ozempic apenas tenía erecciones sin ayuda. Ahora, tengo constantemente. Me siento como un adolescente de nuevo. Me encanta mi vida… ¡Y a mi mujer, también!”, dice un orgulloso internauta en Reddit. “He estado usando Ozempic durante aproximadamente seis meses y en general, he de decir que ha sido una experiencia positiva, pues personalmente no he experimentado efectos secundarios muy graves. Ya no tengo náuseas y he reducido significativamente mi consumo de azúcar. Pero sí creo que mi deseo sexual se ha reducido significativamente. Es extraño dado que estoy perdiendo peso y me siento con más energía”, dice una usuaria. No son pocos quienes coinciden con ella. “Los placeres de la comida, el sexo y las drogas son diferentes. Sin embargo, el cerebro procesa muchas emociones a través de los mismos circuitos. Los circuitos del deseo suelen depender del neurotransmisor dopamina, mientras que el placer está más asociado a los opioides naturales del cerebro. Tener estas divisas comunes de la emoción permite al cerebro modular lo que queremos, dependiendo de lo que percibe como necesidades más apremiantes”, indica en un artículo de opinión publicado en ‘New York Times’ Maia Szalavitz.
Por si fuera poco, son muchos los estudios que hablan de cómo las variaciones de peso pueden afectar a las parejas. Un estudio de 2013 de la Universidad Estatal de Carolina del Norte descubrió que cuando uno de los miembros de la pareja perdía peso, el matrimonía sufría estrés y problemas. El estudio determinó que la pérdida de peso de un cónyuge podría hacer que éste se sienta celoso y más inseguro acerca del matrimonio. También descubrieron que cuando los objetivos de pérdida de peso de una pareja no coincidían, quien hacía dieta se sentía frustrada en el matrimonio. Otro dato: según “Bariatric TV”, entre el ochenta y el ochenta y cinco por ciento de los pacientes que padecían obesidad antes de haberse casado o ya durante el matrimonio, se divorciarán en los dos años siguientes de haber bajado peso.
Por eso al final, para evitar que cualquier cambio de peso afecte a la vida en pareja, lo fundamental es mantener siempre viva la comunicación y cómo no, cuidar siempre la autoestima y recordar que aunque Ozempic puede ofrecer resultados rápidos, si quien apuesta por el fármaco no aprende a establecer hábitos saludables y a lograr una relación saludable con la comida, se encontrará con que al dejar Ozempic, le pasará como cuando salimos de una relación tóxica sin haber procesado el duelo: terminará inmerso en otra similar. Porque en demasiadas ocasiones, el hambre no sólo la sentimos en el estómago, sino que ese hambre emocional que tanto nos acecha nos puede empujar a lanzarnos de lleno a relaciones poco o nada saludables con tal de disfrutar de ese bocadito de felicidad momentáneo. Si me permitís pedir algo a los Reyes Magos o al Año Nuevo, pido un fármaco que me quite el apetito hacia la gente emocionalmente irresponsable y por los imbéciles. Gracias.