La princesa Amalia de Holanda ha visitado este lunes Madrid en un acto institucional marcado por la sencillez y el simbolismo. La heredera al trono de los Países Bajos ha sido recibida por el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, en los Jardines de Sabatini. Allí ha donado un jardín de tulipanes -la flor nacional neerlandesa- como muestra de la buena relación entre ambos países.
El estilo juvenil y alejado del protocolo clásico de Amalia de Holanda
Lejos de los excesos o de los códigos estéticos más tradicionales de la realeza europea, Amalia ha apostado por un look sobrio y juvenil. Un estilo en línea con su imagen habitual y con el carácter relajado del acto.
La princesa ha elegido un vestido largo de estética boho de la marca francesa Ba&sh con estampado étnico en tonos burdeos y blancos. De manga larga y escote en pico, la prenda tenía un corte fluido que recordaba a las tendencias artesanales y sostenibles cada vez más presentes en las nuevas generaciones de ‘royals’.
El estilismo se completaba con unas botas de caña alta de piel burdeos, a juego con el vestido, de Gianvito Rossi con tacón alto. El cabello, suelto y con raya en medio, reforzaba la naturalidad del conjunto. Para los pendientes, la princesa eligió un diseño de aros ondulados grandes de plata 925 bañada en oro amarillo de 18K de Aristocrazy (están disponibles en la web de la firma por 99 euros). Por su parte, elolso de hombro burdeos de la firma belga Natan completaba un look sin artificios, elegante y con estilo.
La elección resulta especialmente coherente con el contexto del acto: un gesto simbólico ligado a la naturaleza que no requería de protocolos estrictos ni de grandes despliegues. Frente a un Palacio Real de Madrid en segundo plano, los tulipanes donados por la princesa cobraban protagonismo visual. Ella, en cambio, optaba por integrarse en el paisaje urbano y primaveral de forma discreta.
Protocolo basada en cercanía y discreción
Amalia de Holanda, que atraviesa un momento clave de formación y exposición pública tras cumplir la mayoría de edad, vuelve a demostrar que su manera de entender la representación institucional pasa por la cercanía y la discreción. Una estrategia que también se refleja en sus elecciones estéticas: sobrias, cómodas y alejadas del exceso.
Un rincón neerlandés en el corazón de Madrid
Madrid suma ahora un nuevo rincón vinculado a los Países Bajos. Un jardín de tulipanes que permanecerá como recuerdo de esta visita. Y lo hace con una Amalia de Holanda, una heredera que entiende que el estilo, en ocasiones, también es saber cuándo dejar el protagonismo a las flores.
“Entrego a vuestra ciudad una pequeña muestra de las hermosas flores de los Países Bajos, para que luzcan en la bonita plaza de Oriente. Espero que aporten un poco de colorido extra a Madrid, sobre todo en primavera, del mismo modo que yo recibí todo lo que generosamente me brindó la ciudad”, expresó el pasado otoño, después de que el 11 de noviembre, el embajador de los Países Bajos en España, Roel Nieuwenkamp, plantara los primeros bulbos.